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Es una historia recurrente de Málaga desde hace décadas. Nos inundamos, nos llevamos las manos a la cabeza y los dirigentes políticos hablan de todo lo que van a hacer para que no vuelva a pasar, y al cabo de una década nos encontramos el ... mismo problema. Desde el incumplido e inacabado Plan de Defensa contra las Inundaciones, que la Junta socialista de la época y otras administraciones, entre ellas el Gobierno del PP y el propio Ayuntamiento de Málaga, metieron en un cajón, donde sigue cogiendo polvo, pocas cosas han cambiado. Por decirlo suavemente, el conde de Guadalhorce, ministro de la época, reforestó la margen izquierda de los Montes de Málaga en 1930, hoy el parque natural. Pues bien, casi un siglo después, todavía ninguna administración ha sido capaz de acometer el mismo proceso en la degradada, erosionada y desertificada margen derecha. No basta sólo con tener el pantano del Limonero ojo avizor, hace falta una corrección hidrológico forestal en toda regla que debe acometerse.
En esta ocasión, la portavoz de Con Málaga, Toni Morillas, se fija en otra de las cuencas peligrosas de la capital y de la provincia, el Guadalhorce. El motivo no es otro que las dos últimas DANA que ha vivido Málaga. El 29 de octubre, la riada se llevó por delante vehículos y inundó calles y viviendas de Álora, Cártama, Carratraca y Ardales y un tren acabó descarrilado en Álora, con casi 300 personas, en el que por suerte no hubo que lamentar heridos. En la gota fría del 13 de noviembre, el río Campanillas, afluente del Guadalhorce, estuvo a punto de darle de nuevo el susto a una barriada muy castigada por las avenidas y las lluvias torrenciales. De este aciago día, una publicación que se hizo viral de cómo la Policía Local de Málaga llamaba a los vecinos a desalojar sus casas. Una vez más. Vivir con esa espada de Damocles cada vez que llueve debe ser desesperante.
Olvidado ya el Plan de Defensa de Málaga frente a las inundaciones, que era un proyecto hecho a conciencia, pero que se ve que ya no verá la luz, Morillas subraya que es prioritario que el Ayuntamiento de Málaga, la Diputación y la Junta recuperen el llamado Corredor del Guadalhorce, que sería el mayor parque fluvial de España, que contempla la recuperación ambiental y paisajística de las riberas del Guadalhorce y de sus afluentes, entre ellos el Campanillas. También se prevén actuaciones blandas de encauzamiento como escolleras, «no se trata de llenar de hormigón para que se pueda construir en la zona inundable como se pretende, sino de darle al río lo que es del río, con actuaciones de defensa ante avenidas por lluvias torrenciales», subraya Morillas.
La portavoz de Con Málaga subraya que desde que Málaga no va a ser sede de la Expo 2027 con el lema 'La era urbana, hacia la ciudad sostenible', al alcalde Paco de la Torre «se le ha olvidado cualquier proyecto que tenga que ver con renaturalizar espacios para mejorar la vida de la gente; lo sorprendente es que ha pasado menos de un mes de la DANA y ya nos hemos olvidado. No hay ni euro para 2025, el proyecto del Corredor Verde del Guadalhorce ha desaparecido del mapa», indica la portavoz.
Este fue un proyecto que «se vendió a bombo y platillo en 2019, hubo financiación europea para empezar su ejecución, pero como no fueron capaces de darle forma, tuvieron que devolverlas», indica Morillas, quien subraya que no hay que olvidar que en Málaga hay 100 focos de alto riesgo por inundabilidad, y es importante centrarse en los más peligrosos como se trata del Guadalhorce y el Campanillas.
La revegetación y reforestación de estos terrenos, supondrían un pulmón verde de 962 hectáreas, que abarcaría desde la zona de Santa Amalia (Alhaurín de la Torre) y Santa Águeda (Campanillas) hasta la desembocadura, y que estaría conectado con el corredor que seguiría por otros municipios del Valle del Guadalhorce.
Como explica la líder de Con Málaga, era especialmente interesante que el corredor verde de la capital incluía medidas para la conectividad ecológica con otros espacios cercanos como la laguna de los Prados o el campamento Benítez así como la instalación de sensores para controlar los niveles de agua en el río, al tiempo que se habían previsto accesos, recorridos peatonales, repoblaciones vegetales o escolleras, entre otras actuaciones, que servirían para que Málaga se adapte al cambio climático y pueda defender a la población frente a las avenidas, se aminore la temperatura y se recuperen espacios públicos verdes, que tanta falta hacen. «Hay que rescatar el proyecto del Corredor Verde del Guadalhorce y exigirle al Ayuntamiento de Málaga, la Junta y la Diputación que lo doten presupuestariamente de forma plurianual (tiene un coste total de 16,7 millones de euros), que vuelvan a presentarlo a ayudas europeas y que lo acometan. Hay mucho en juego como para olvidarlo en un cajón», puntualiza.
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