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El Monte Gibralfaro sigue siendo un estercolero. Hace tres semanas, en concreto el pasado 14 de octubre, este periódico publicó el estado de la zona, incluso dedicó su portada a ello. La situación era – y es – demoledora: cualquier viandante que se asome a la ladera puede divisar la gran manta de basura que cubre absolutamente toda la montaña, lo que evidencia, en primer lugar, una falta de civismo por parte de todos aquellos que tiran los residuos, principalmente los más jóvenes, que se adueñan de la zona los fines de semana para reunirse.
Tras una charla con fuentes del Ayuntamiento, el organismo público explicó que este enclave «no está en mantenimiento» por su condición de talud, y no se encuentra dentro del parque forestal de Gibralfaro, pero que se comprometía a limpiar «de manera extraordinaria» la zona, pese a no ser de sus competencias, aunque señala que al ser tan habitual la práctica de botellones y reuniones en la zona. El término que usaron fue que harían un batida «en breve».
Este periódico pudo comprobar in situ que la situación sigue igual – o peor –. La basura y los residuos siguen acumulándose y la manta ocupa cada vez más la ladera. Dos jóvenes que estaban sentados en el tradicional pollete charlaban conmigo sobre la situación: «Esto lleva sin limpiarse años, te lo decimos nosotros que vivimos aquí cerca». La lluvia comenzó asomar y mojaba poco a poco la basura. ¿Qué opinará Parques y Jardines de esto?.
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