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Miraflores de los Ángeles no acaba de remontar. De hecho, no solo no mejora, sino que en ciertos enclaves del Distrito 4 (Bailén-Miraflores) la cosa empeora por momentos. Se ha tratado el tema de Blas de Lezo y sus alrededores y su fuerte hedor a orina de las mascotas que pasean los residentes. También la parte alta cercana al colegio Gibraljaire y su suciedad paulatina. Ahora, los vecinos estallan contra la situación de la Plaza Monseñor Bocanegra, que además de acumular basura tiene desperfectos en su mobiliario, como las farolas, con claros signos de vandalismo.
Hace ya dos años que esta sección recogía testimonios de vecinos molestos con la situación: «Hay varios problemas, el de la basura sin duda es uno de los que más nos afecta. Vemos ropa tirada en el suelo continuamente alrededor de los contenedores de Madre Coraje, y calles como Aranda o Blanco Coris siempre tienen desperdicios tirados en la calzada. No entiendo cómo este barrio, tan pegado al Centro, está tan descuidado. Asumimos que parte del problema es la falta de civismo, ya que habría que explicar a más de uno que no se tiran las cosas al suelo, pero necesitamos por parte del Ayuntamiento que nos ayuden a limpiar más y mejor», comentaban los residentes, que dos años después ven cómo su barrio queda relegado con respecto a otros cercanos al Centro.
Los afectados explican que «en muchas ocasiones nos quejamos por las aplicaciones pertinentes, pero no nos sentimos escuchados».
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