La Granizada

Miguel Ruiz: «El vehículo conectado y autónomo llegará, parecido a 'Minority Report'»

- Imagínese que hay un personaje de novela que se llama Miguel Ruiz y dirige una empresa de transportes. ¿Cuál sería su perfil?

- Un tipo inquieto que vive la vida; que trata de hacer muchas cosas; que, de alguna manera, tiene inquietudes, y que esas inquietudes las trata de plasmar siempre de la mejor manera y con eficacia.

- ¿Qué le tiene más miedo, al folio en blanco o a un retraso en una línea de autobús?

- Al retraso en una línea de autobús, yo me sigo poniendo nervioso cuando estoy esperando. Lo utilizo mucho. Si estoy en una parada y, por lo que sea, se retrasa alguno, sufro mucho al ver que mis clientes sufren. Más que con el folio en blanco.

- ¿Usted coge de verdad el autobús?

- Yo utilizo mucho el autobús, todos los días, siempre que puedo, sobre todo el 20, que es el que me une desde la sede de la EMT con el Ayuntamiento.

- ¿Pero se sube como viajero o como fiscal?

- Como las dos cosas. Es imposible desligarlo. Me gusta mucho coger el autobús en Feria, en Semana Santa, en operaciones especiales... Analizas lo que has visto, las decisiones que has tomado, la información que sale por pantalla, la limpieza del autobús, de los cristales... Todo eso lo va analizando uno y hay veces que descubres cosas que tú creías que se haciendo una manera se hacen de otra... Yo creo que es imposible vivir de algo que tú no utilizas o en lo que no crees. Evidentemente, el gerente de la EMT, tiene que utilizar el transporte público, por descontado, claro que sí.

- Usted cree en el transporte público, no es postureo, ¿no? Hay mucho discurso vacío en torno a esto.

- Yo estoy convencido de que el futuro del transporte público es inmenso y que al final es uno de los grandes ganadores del tipo de ciudad que queremos los europeos. Hay otros que serán probablemente perdedores de esta batalla por la movilidad pero desde luego el perdedor será el coche. Eso de una persona un coche está cayendo a una velocidad abismal. En EEUU cada día se venden menos coches porque los jóvenes han crecido en la cultura del 'streaming'. Están acostumbrados a pagar por el uso. No entienden que tengas que comprarte un disco; no entienden que tengas que comprarte en una película; no entienden que tengas que comprar, sino que pagan por usar. Y con la movilidad quieren hacer lo mismo. Y eso en Estados Unidos está yendo a una velocidad tremenda. Aquí en España ha tardado un poquito más este tema del 'car sharing' y demás, pero yo creo que en los próximos 20 años va a ser absolutamente revolucionario porque la ciudad que queremos sin coches va a hacer que los coches vayan desapareciendo progresivamente de nuestra vida. En 100 años, 'Minority Report': los coches serán todos compartidos; los cogerás un momento, te cogerán a ti y serán sin conductor... Ya muy probablemente vamos hacia eso.

- ¿Dónde le gusta más el término 'circular', en una línea de bus o como estilo narrativo?

- Pues mira, estoy muy contento de haber creado las líneas circulares en Málaga. Es uno de los bagajes, de las herencias, más importantes... ¿Te acuerdas tú cuando hicimos las líneas circulares con con Nuria Fergó de madrina, y aquello fue un enorme éxito? Ahora son de las líneas más importantes de Málaga. Hoy en día ya Málaga no se entendería sin las líneas circulares. Y en cuanto a la parte literaria, yo hablaría más de los giros que se dan que las novelas. Hoy en día una novela que no tenga muy buenos giros, el lector la desprecia porque vivimos en una sociedad donde los lectores de novelas son extraordinariamente inteligentes. Como tú al principio no le ofrezcas una promesa de que con lo que va a encontrar el resto de las páginas lo va a pasar bien, la novela la deja. Porque vivimos en una sociedad de ocio donde hay muchas cosas que hacer. Pasa con las series de Netflix y demás. Como en el minuto 5 no hayas enganchado al espectador, la deja. Hay que dar muchos giros. Hay que andar en círculos. Esos giros tienen que ser continuos y tienes que sorprender al lector. Y sobre todo sobre todo el mayor giro es el final, tiene que ser sorprendente y el lector no tiene ni que ni que esperárselo.

- ¿Se plantea alguna vez dar el salto al ensayo con algo más técnico?

- He escrito libros técnicos pero no los recomiendo porque son un rollazo, las novelas son mucho más divertidas. Tengo varios libros técnicos escritos sobre gestión pública y este tipo de temas, de marketing... pero lo mío es la novela.

- Usted es profesor, ingeniero técnico, economista, escritor... ¿Es un hombre renacentista en el siglo XXI?

- Bueno, yo creo que el renacentismo del siglo XXI también es posible, ¿no? Explorar cosas nuevas. Yo creo que todos somos un poquito renacentistas en lo que hacemos, vosotros también en el periódico, ¿no? Estáis investigando cosas nuevas, cada día hacéis más. Ahora estáis con temas universitarios. ¿Sois renacentistas en el SUR? Y hay una sociedad donde tienes que tratar de darle salida a todo el torrente intelectual que tienes en la cabeza. Y, si eso incluye escribir libros y hacer novelas, pues aquí estamos.

- ¿Mira mucho de reojo a los otros transportes públicos de la ciudad, al metro, al Cercanías?

- Yo creo que somos todos transporte público y estamos trabajando mucho y bien con el Consorcio de Transportes y la mejor prueba es que, aunque mucha gente pensaba que la EMT se iba a dar un batacazo cuando llegara el metro al Centro, la realidad es que no hemos perdido ni un solo viajero. Hemos hecho las cosas bien en este tiempo. Desde las líneas circulares hasta hoy hemos cambiado un montón de líneas y hemos hecho las famosas macrolíneas. No sobra ningún autobús en la calle, todos hacen falta. El metro suma viajeros nuevos y nosotros seguimos creciendo. Es una gran noticia para Málaga.

- ¿Su peor pesadilla al frente de la EMT fue vivir una pandemia, más allá del drama sanitario per se, como gestor?

- Sí, fue una etapa muy intensa para mí profesionalmente. No falté ni un solo día aquí. Ni el 14 de marzo, ni el 15, ni el 16.... Yo no he faltado ni un solo día que al trabajo. Cuando no había mascarilla, he tenido reuniones con los representantes los trabajadores a los cuales les quiero agradecer también su apoyo durante esa etapa. Fue muy importante ese problema, lo resolvimos entre todos entre los representantes los trabajadores y la dirección y estuvimos saliendo a la calle 24 horas 7 días a la semana. La EMT no se paró ni un solo minuto. Y eso se lo agradezco a toda la plantilla. Fue una etapa muy intensa económicamente y también en la gestión del riesgo detrás son personas trabajadores que estaban en cara al público y yo creo que en definitiva tuvimos una experiencia con resultado de éxito. Y tengo que decir también una cosa, sin incidencia apenas en el Covid de los trabajadores. Y todo es cuando no sabíamos casi qué era el Covid, en marzo de 2020.

- En cierta ocasión, hace muchos años, usted me comentó, porque había trabajado en Alstom, que le sorprendía en cierto modo la tecnología que hay que emplear para que un tren de alta velocidad no llegue a despegar. ¿Le siguen sorprendiendo las maravillas de la técnica?

- ¡Qué memoria! Sin ninguna duda. Y la alta velocidad es apasionante. ¿Cómo se puede mover un tren a 300-350 kilómetros por hora...? Uno de los mayores problemas es, efectivamente, que no despegue, que no vuele... Hay que recordar que los aviones despegan con la famosa VR, velocidad de no retorno. A partir de ahí el avión tiene que despegar sí o sí. En ese caso estamos hablando de 170 ó 180 kilómetros por hora. Y cuando un tren a 300 no lo hace no es porque pese mucho. Más pesan los aviones. Es verdad que no tiene alas entonces. Esa técnica es muy importante y detrás de la alta velocidad hay muchísima técnica, una ingeniería muy precisa y que es preciosa. Me sigue encandilando el mundo de los trenes.

- Usted se crio por la zona de la calle Gordón, en la Victoria. ¿Qué recuerda de aquella Málaga con muchas zonas sin asfaltar y otras carencias?

- Nací en la Plaza de los Monos. Recuerdo las vías del tranvía porque, cuando yo nací en 1962, ya habían quitado el tranvía. Llevaban un año sin operar por lo tanto yo no conocí los tranvías, aparte no tenía uso de razón en el 62 evidentemente, pero sí que en el 64, 65... Mi abuela María me llevaba a jugar al Jardín de los Monos. Jugábamos los niños sobre el raíl del tranvía. Eso lo recuerdo perfectamente. Tampoco conocí los monos porque los monos ya habían desaparecido, creo que también fue en el 61. Tengo muchos muchos recuerdos de aquella etapa luego con ya con siete años ocho años fui a vivir a la calle Gordón, zona Cristo de la Epidemia... Pues una infancia en la que corría por toda esa zona: Isabel la Católica, Conde Ureña...

- Tiene el despacho lleno de prototipos de transporte en miniatura, ¿también de pequeño jugaba con este tipo de juguetes?

- No mucho. La verdad es que si alguien me hubiera dicho hace 30 años que yo iba a acabar de gerente de la EMT no me lo hubiera creído. Tampoco una empresa pública porque yo he estado toda mi vida en la empresa privada, en la multinacional Alstom. No tenía entre mis objetivos esto, pero surgió esta posibilidad tras pasar por el Centro de Transportes de Mercancías. La EMT es una empresa muy atractiva, una de las más grandes de Málaga por presupuesto, número de trabajadores e importancia social. La verdad que no me lo pensé mucho y estoy muy contento los 20 años ya que llevo.

- ¿De qué color recuerda los autobuses cuando entró?

- Ya no estaban los autobuses naranjas y blancos. Yo conocí los autobuses verdes y los pasamos a azules. Y creo todavía en lo que hicimos. De alguna manera ese cambio de modernidad, más que azul celeste, es un celeste clarito, es más fresquito... Y el techo blanco que es importante para la refrigeración. Pasamos de prácticamente de 30 millones de viajeros al año a los casi 50 que somos. Hubo un salto sustancial en ese proceso de mejora. Parece una tontería pero no lo es, el color de los autobuses también tiene importancia.

- Y ahora el paso completo a híbridos y eléctricos; las nuevas instalaciones que irán en la calle Paquiro; la gestión de los aparcamientos y el SARE con la próxima absorción de Smassa; escribe... ¿Tiene usted un clon o algo?

- Simplemente trabajo 20 horas al día. El alcalde trabaja 24. Yo me quedo en 20, pero la verdad es que, de alguna manera, le echo muchas horas a esto. Aquí no puede uno apagar el teléfono. Vivo con el teléfono encendido toda la semana los 365 días del año, incluso de vacaciones porque en cualquier momento en cualquier sitio hay un accidente... Nosotros funcionamos 24 horas al día y en casos como la Feria no digamos. Este trabajo permite muy pocas vacaciones. Como mucho desde que termina la Feria hasta primeros de septiembre.

- ¿Qué hace en vacaciones?

- Leo mucho. Ni se me ocurre viajar, porque viajo mucho también por trabajo, sigo siendo presidente de la Asociación Nacional de Transporte, viajo mucho por la profesión... Me quedo en mi casa absolutamente derrengado y leyendo mucho, que es lo que me gusta, con todos los libros atrasados que tengo y bañándome en la playa.

- ¿Qué playas le suelen gustar?

Guadalmar, donde vivo. Allí me puede ver mucha gente por las tardes andando, corriendo, cuando puedo, haciendo un poco de ejercicio, por el paseo marítimo. Mi territorio.

- ¿Es un apasionado usted también de la zona de República Dominicana, Caribe, demás, de clases allí, incluso? 

- Incluso soy profesor asociado en la Universidad de Santo Domingo. Me gusta mucho aquella cultura porque son muy muy muy amables con nosotros. Y me invitan, me llaman y me vuelven a llamar... Allí estoy asesorando en materia de transporte al Gobierno y sigo haciéndolo, no he dejado ningún momento de hacerlo, voy dos o tres veces al año, unos pocos días, no mucho. Y, bueno, pues de alguna manera contribuyo con lo que se hace, que es el transporte a la movilidad de la República Dominicana, especialmente de Santo Domingo. Y al mismo tiempo me da para leer legajos antiguos, me da para ver libros antiguos... Y se me ocurren historias como la última novela, 'Donde nace el cielo', que es una novela que nace de un legajo que yo vi en el Archivo Nacional allí. Encontré el primer barco de mujeres que fue a Santo Domingo en 1510... Eso no lo había contado nadie absolutamente nadie. Me dije; aquí hay una novela. Ese mismo día ya empecé a pergeñar los personajes.

- Imagínese que hacemos esta entrevista dentro de 50 años. ¿Cómo será el transporte público en Málaga?, ¿volaremos?

- Creo que va a llegar la automatización absoluta. El vehículo conectado y autónomo tardará poco más, pero llegará. Lo veo muy parecido a lo que vimos en 'Minority Report'. Los personajes se subían a una especie de vehículos transcolectivos, como habitáculos sin conductor. Yo no sé si levitarán o irán por el aire... No lo sé. Autónomos, conectados, gratuitos... Es probable que funcione como una suscripción para ser más rápido. Si ahora mismo hay técnicas para ello, imaginemos dentro de 50 años.

- ¿Se subiría a un dron sin tripular de esos que ya se anuncian en Málaga?

- Creo que van a proliferar. Pensemos en hace 50 años... Acuérdese de la prueba de un bus sin conductor por la zona del puerto y hasta la zona del Ayuntamiento... En 1970, si le hubiera dicho eso a alguien... Yo no me atrevo a decir en 50 años....

-Seguramente volaremos por las ciudades antes de que el tren llegue a Marbella.

- [Risas] Quiero ser optimista. Ese tema se tendrá que resolver porque ya toca. No voy a repetir lo que digo siempre, que es increíble que Marbella sea la única ciudad con esa población sin tren... Soy optimista y creo que lo vamos a tener.