Miguel Ángel Martínez: «En ninguna parte de la medicina hay tanta seudociencia como en la alimentación»

El redactor de SUR Ángel Escalera condujo el acto y el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Málaga, Enrique Gómez Gracia, se refirió a Martínez como el único catedrático de su especialidad nombrado en Harvard; también que en el ranking de científicos más citados a nivel mundial él está en los primeros diez puestos de los 103 españoles, y tiene más de 900 publicaciones de gran impacto.

Asimismo, intervino Manuel Dorado, responsable de Deporte, Medio Ambiente, Ocio y Tiempo Libre de la Fundación Unicaja, quien celebró la «popularidad» de estos encuentros y la oportunidad que suponen de rendir un homenaje a los investigadores más «insignes» del panorama nacional.

En el transcurso de su intervención, Martínez defendió la dieta mediterránea apoyándose en numerosos estudios realizados en todo el mundo. Una dieta donde solo debe usarse el aceite de oliva como única grasa culinaria, se consuman tres piezas de fruta diarias, también dos raciones de verduras (una de ellas, en ensalada), tres raciones de frutos secos a la semana, otras tres de legumbres y otras tantas de pescado; se elijan carnes de aves en lugar de rojas o procesadas; se hagan sofritos dos veces a la semana, se reduzcan las mantequillas, margarinas y natas, se eliminen las bebidas azucaradas y se limiten la pastelería y bollería industrial como mucho dos veces por semana. Por último, se puede comer carne roja o procesada, pero donde haya dos días o tres a la semana que no se ingiera.

De este patrón dietético, el estudio Predimed, el mayor ensayo en Europa sobre el tema, arrojó la verdad sobre sus grandes beneficios con gran rotundidad. En esta línea y en respuesta a una pregunta lanzada por el público, rechazó el término ahora tan de moda de los 'superalimentos'. «Habría que desterrarlos, porque es puramente comercial. Forman parte de esa seudociencia que criticamos y que en ningún terreno de la medicina ha crecido tanto que en la alimentación y la salud», expuso con un aforo al completo.

Autor de libros como 'Salud a ciencia cierta. Consejos para una vida sana' (Planeta); 'Qué comes, ciencia y conciencia para resistir. Los mitos y errores en la dietética', y 'La sanidad en llamas', escrito con su hermano Julio (médico internista del Hospital Regional de Málaga), sobre la mala gestión de la pandemia, Martínez estructuró su conferencia los factores que determinan la salud; por qué es tan importante la alimentación saludable en la prevención; cuáles son los errores y mitos, y cómo se puede educar para contrarrestarla, y la pandemia.

A lo largo de su intervención fue desgranando estudios en donde se ha puesto de manifiesto el impacto de determinados alimentos o dietas en el aumento o reducción del riesgo de padecer ciertas enfermedades con el tiempo. En este sentido, se refirió a los ultraprocesados, aquellos que no se reconoce el alimento natural, «pero la química hace maravillas», apuntó. «En un estudio con 20.000 participantes vimos que engordan, producen hipertensión y si tenían efecto en el riesgo de mortalidad. Cuanto más se consumía, mayor era, sobre todo, en edad precoz prematura (unos 38 años)». Caso similar observaron en el consumo habitual de carnes rojas y aseguró que hay que reducir el consumo de carne en general. «Hay quien piensa que si no ha comido un día carne no ha comido. Esto es una falacia. Se pueden buscar otras fuentes de proteína, como huevos, pescado, legumbres o frutos secos».

Y también se refirió a los carbohidratos y al problema principal que tiene el grano de cereal que se puede hacer extensivo al arroz. «Tiene tres elementos: germen, endospermo y salvado. El endospermo es puro almidón y nuestro organismo lo convierte rápido en azúcar. Por eso, la industria lo que hace es quitar el germen y el salvado y se queda con el almidón para hacer la harina blanca. La gente piensa que el pan, la pasta (si está muy hecha sube mucho la glucosa a corto plazo), la patata y el arroz es dieta mediterránea y nada descompensa más a un diabético que una buena paella».

Por último, se refirió a la inseguridad que se crea intencionadamente en torno a la nutrición, lanzando mensajes falsos, como «cada día dicen una cosa diferente y eso ha tenido un impacto directo en el aumento de casos de obesidad». Por eso y más allá de las políticas que se puedan llevar a cabo, este experto apostó por la educación. «Gran parte de lo que sucede es por los comportamientos que el ser humano adopta, por eso cambiar conductas es fundamental y una de ellas es la alimentaria», zanjó.