Empiezan las pruebas del metro en el Centro de Málaga. El buen ritmo de las obras, que están prácticamente terminadas, ha hecho posible el inicio de los primeros ensayos por el interior de los túneles bajo la avenida de Andalucía y la Alameda Principal. La ... previsión, anunciada por SUR a principios de este mes y que fue confirmada por la Consejería de Fomento, se ha cumplido y una composición del suburbano ya está circulando entre el intercambiador del Perchel y las estaciones de Guadalmedina y Atarazanas.
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Los primeros test se centran en probar el suministro de energía en las catenarias desde la nueva subestación eléctrica que se ha montado dentro del subterráneo, cerca de la estación de El Corte Inglés, para lo que se ha hecho unas primeras circulaciones con «marcha a la vista», esto es, a muy baja velocidad. Se trata, en cualquier caso, de unos ensayos preliminares, ya que todavía no está terminada la instalación de los sistemas de seguridad y señalética en las vías.
El tren se introdujo por la noche, para no interferir con el servicio comercial de las líneas 1 y 2. Para ello, primero hubo que derribar un tabique de seguridad que existía en la conexión con el intercambiador del Perchel, que evitaba posibles accidentes con los trabajadores y la entrada de polvo y ruidos en la zona donde el metro funciona en servicio comercial. Las vías y las catenarias ya tienen solución de continuidad entre ambas partes.
De la buena marcha de los trabajos da cuenta también el hecho de que los edículos (cubierta) de las tres bocas de la estación Guadalmedina ya están prácticamente terminadas, especialmente las dos que se encuentran en Callejones del Perchel, a ambos lados de la confluencia con la glorieta de Albert Camus; y algo más retrasada la que está justo a las puertas de El Corte Inglés.
Los hitos para la llegada del suburbano al Centro Histórico se suceden con rapidez desde que el actual equipo de la consejera Marifrán Carazo se puso al frente de la cartera de Fomento. Las primeras circulaciones entre las estaciones del Perchel, Guadalmedina y Atarazanas permitirán probar los gálibos, los contracarriles y el resto de estructuras que se han terminado recientemente y que permitirán las conexiones de los convoyes desde Carretera de Cádiz y Teatinos.
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Para ello, lo primero que se ha probado es la subestación eléctrica, que ya está lista para conectar y dar energía a las catenarias que alimentan los trenes, una vez que Industria ha visado el proyecto. Mientras, Alstom está culminando la instalación de los sistemas de seguridad y comunicaciones con el centro de control.
Se trata de un hito histórico en la larga trayectoria de la mayor infraestructura urbana de transporte en la capital, y el más esperado desde su inauguración, en 2014. Por ello, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, acudirá a finales de este mes a Málaga para supervisar el comienzo oficial de esta fase definitiva, que deberá culminar con la esperada llegada del metro hasta las puertas de la calle Larios. Ello supondrá el inicio de la cuenta atrás, que llevará un plazo mínimo de cuatro meses y medio, a contar a partir de ahora, con el objetivo de que se pueda poner en servicio el próximo mes de agosto, antes de la feria, como anunció el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo. Las fiestas de la capital comenzarán el 12 de agosto.
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Este tramo es el que da sentido comercial a toda la infraestructura, con la previsión de alcanzar los 18 millones de viajeros al año una vez que se pueda acceder desde la Carretera de Cádiz y Teatinos a la Alameda Principal en apenas 20 minutos. Para calibrar su impacto, cabe recordar que Metro de Málaga transportó en su mejor año, antes de la pandemia (2019), a 6.877.296 pasajeros, lo que supuso un 9% más que en 2018. Aunque los efectos del coronavirus todavía no han permitido que se recupere este nivel de demanda, las proyecciones técnicas mantienen que el suburbano moverá a casi el triple de usuarios que el máximo que se ha alcanzado desde que se puso en servicio, el 30 de julio de 2014.
Este próximo hito llega tras el que tuvo lugar a principios de este mes, cuando la estación de la Alameda, Atarazanas, se dio prácticamente por acabada, también en el exterior. Un avance cargado de simbolismo, que da cuenta del grado de ejecución de esta infraestructura, pues fue el último tramo que comenzó las obras, allá por la primavera de 2015. El proyecto de la Agencia de Obra Pública de Andalucía, que fue validado por la Gerencia Municipal de Urbanismo, ha supuesto la creación de un acceso abierto, directo mediante escaleras mecánicas y normales, al estilo de la parada de Gran Vía del metro de Madrid. La pieza de acero con el nombre de la parada y la barandilla de vidrio templado tienen una altura de 1,3 metros. La entrada estará perimetrada con alumbrado led.
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En este punto no habrá estructuras que sobresalgan, más allá de la torreta del ascensor para garantizar el acceso a las personas con discapacidad, para que esté en consonancia con el aspecto de la Alameda tras la peatonalización y reducir así su impacto visual. No obstante, todavía faltan por instalar los edículos (que serán como en el resto del trazado) de acceso a la estación Guadalmedina, frente a El Corte Inglés.
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