El metro de Málaga cumple hoy 10 años con récord de pasajeros y en busca de nuevos destinos

Aquella fue una primera etapa, en la que el suburbano tenía una capacidad limitada de captación de viajeros, pero que sirvió para que muchos malagueños se familiarizan con el nuevo medio de transporte y sus bondades. Tanto es así que, de ser un problema para muchos, la percepción social del suburbano varió por completo, hasta el punto de que los vecinos de la Carretera de Cádiz, Cruz del Humilladero y Teatinos comenzaron a demandar que había que llegar hasta el Centro, cuanto antes.

El cambio de Gobierno, con el PP al frente, supuso un impulso renovado a las obras pendientes para cruzar Callejones del Perchel y la avenida de Andalucía hasta la Alameda Principal. Pero hubo que esperar casi nueve años, con un fuerte retraso a causa de la aparición de importantes restos arqueológicos y de otros cambios del proyecto, hasta el 27 de marzo de 2023. Ese día, el presidente del Gobierno andaluz, Juanma Moreno, de la mano de la anterior consejera de Fomento, Marifrán Carazo (actual alcaldesa de Granada) dio por inauguradas las estaciones Guadalmedina (junto a El Corte Inglés) y Atarazanas (al lado de la Casa del Guardia).

Aquel fue el salto definitivo del suburbano, puesto que estar en el Casco Histórico permitió duplicar mes a mes las cifras de usuarios. De hecho, todavía el pasado junio seguía creciendo a dos dígitos, un caso único en comparación con el resto de sistemas metropolitanos en España: 1.382.240 pasajeros, casi un 24% más que el año anterior, según los datos facilitados por la Consejería de Fomento de la Junta.

De manera que en seis meses suman ya casi nueve millones, y de continuar a este ritmo lo que resta de año, en diciembre se podrían alcanzar los 18 millones. Este sería mucho más que un nuevo récord de la todavía corta historia de esta infraestructura: este es el volumen que hace casi dos décadas las proyecciones de la concesionaria, Metro de Málaga, marcaron como un objetivo factible cuando los trenes alcanzaran el Centro. Esto da idea de hasta qué punto ha sido un éxito la apuesta autonómica.

Por lo demás, en esta década han sido del orden de 70 millones de pasajeros los que han utilizado esta infraestructura en algún momento, si bien la mayoría son usuarios habituales, que lo utilizan a diario para ir y venir a la Universidad y a sus puestos de trabajo.

Ahora, a la actual consejera de Fomento, Rocío Díaz, le toca dirigir el proyecto del ramal de prolongación hasta el Civil. Esta extensión, de 1,8 kilómetros, ya estaba acordada con la sociedad concesionaria desde antes incluso de la inauguración de la primera fase, en sustitución del complejo trazado hasta la plaza de La Marina y La Malagueta. Aunque tuvo un importante retraso a causa de la polémica decisión inicial de llevarlo en superficie por Eugenio Gross y Blas de Lezo, algo que no gustaba ni a buena parte de los vecinos ni al alcalde, Francisco de la Torre.

La llegada del PP dio un giro al proyecto, al decidir que iría 100% soterrado. Y este mismo año por fin han comenzado los trabajos del primer tramo, junto a El Corte Inglés y en la calle Hilera. Hace pocos días se ha licitado la segunda parte, correspondiente a Santa Elena y Eugenio Gross; y todavía queda una tercera, por Blas de Lezo hasta la trasera del Civil, en la esquina del Arroyo de los Ángeles.

A estas alturas, es poco probable que se pueda cumplir el compromiso firmado por la Junta con la concesionaria, de entregarle este ramal para su explotación a finales de 2027, pero la construcción de los tres tramos va a discurrir casi en paralelo, con el objetivo de no alejarse demasiado de esa fecha. Los cálculos de Fomento fijan para la prolongación de la línea 2 (que así se considera formalmente) una capacidad de captación de hasta cuatro millones de pasajeros.

Se llegará así a un horizonte de 21 a 22 millones, con los que se considera que estará garantizada la estabilidad económico-financiera de la infraestructura, entre las aportaciones públicas y el pago que hacen los usuarios, que ahora está dopado por unas fuertes subvenciones del Estado y la Junta para el fomento del transporte público.

Pero el metro de Málaga no se quedará ahí. La consejera de Fomento ya ha afirmado en varias ocasiones el compromiso de su Gobierno para que, una vez alcanzado el Civil, las vías sigan avanzando hacia otros barrios, hasta dotar a la capital de la Costa del Sol del sistema de transporte público que demanda una población de 600.000 habitantes.

Para ello, se están ultimando las bases para un concurso, por el cual se encargará a una consultora independiente el estudio de las tres alternativas que se ven con más posibilidades para convertirse en la siguiente estación: continuar desde el Civil hacia Ciudad Jardín, por el norte; desde la ampliación del campus y las cocheras (Los Asperones) hasta el Parque Tecnológico de Andalucía y Campanillas. O desde el Centro hacia el este, en busca de El Palo y Rincón de la Victoria.

Pero esta decisión tardará al menos dos años en llegar, pues tal es el plazo estimado para elaborar el informe con todas las potencialidades de cada una de las alternativas en cuanto a capacidad de captación de pasajeros, en relación al coste de la obra y los beneficios previstos.