Falta un mes para las próximas navidades y en la Junta no se ve todavía la euforia y el nerviosismo propio de las grandes fechas. Bajo tierra, cada noche, los técnicos de Alstom y de las constructoras Sando y Acciona siguen trabajando para terminar las ... pruebas de los sistemas de señalización y seguridad ferroviaria, entre otras. A pesar del avance, todavía no hay una fecha cierta sobre la mesa para que el metro pueda llegar hasta el Centro.
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A estas alturas, este esperado hito ya no tendrá lugar antes de la Nochebuena, según han confirmado a SUR diversas fuentes técnicas. El pasado jueves, una reunión entre representantes de la Agencia de Obra Pública de la Junta y de Alstom puso de relieve que todavía no están en situación de marcar un día en el calendario.
En honor a la verdad, la Consejería de Fomento nunca ha comprometido oficialmente que la llegada al Centro tendría lugar en estas fechas. Aunque a nivel interno y en las expectativas de los ciudadanos, después del fiasco de la feria de agosto, todas las miras estaban puestas en la posibilidad de que los malagueños pudieran acudir en metro a ver las luces de la calle Larios.
Consultados sobre la reunión de seguimiento con Alstom, un portavoz de Fomento indica que esta ha permitido a la Agencia de Obra Pública confirmar la buena marcha de las pruebas dinámicas con trenes, para chequear la señalización ferroviaria en el tramo de extensión al Centro. «Estas pruebas de Alstom se encuentran en su recta final, lo que le permitirá avanzar en el dossier de seguridad que certifica dichos sistemas, y poder abordar ya la fase de la puesta en marcha final con el concesionario».
Al respecto, desde la Consejería añaden que se están haciendo pruebas en ambas líneas completas (la 1 y la 2 hasta Atarazanas), donde se ha comprobado que estas no han sufrido cambios, a la vez que se están verificando los tiempos de viaje, los puntos de parada, etc. Como novedad, el próximo jueves y viernes ya serán seis unidades las que circularán simultáneamente en pruebas, siempre fuera del horario comercial.
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Hay dos razones básicas que explican estos plazos. La primera es que Alstom todavía no ha culminado las pruebas de los sistemas que ha instalado. Sobre el organigrama de supervisión, ya tienen el ok la mayoría de las tareas, pero todavía hay algunas que se tienen que ajustar. Aunque el nuevo despliegue sólo se desarrolla en el tramo final, de un kilómetro, este ha obligado a volver a validar todos los sistemas que ya están operativos en las líneas 1 y 2, según indican fuentes técnicas.
La empresa tiene todavía dos meses por delante, hasta final de enero de 2023, para completar estas tareas según su contrato, y aunque desde el primer momento se ha intentado ganar tiempo, todo apunta a que el plazo se ajustará bastante a lo comprometido.
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De hecho, la Agencia de Obra Pública acaba de conceder una nueva prórroga de 67 días más para el contrato de las instalaciones y arquitectura de estaciones entre El Perchel y Atarazanas (el que llevan a cabo Sando y Acciona). Este vencía inicialmente el 23 de noviembre, y ahora seguirá en vigor hasta el 30 de enero de 2023. El objetivo de esta medida es hacerlo coincidir con la finalización del contrato de la señalización ferroviaria y de los sistemas de seguridad en este mismo tramo (que es el que acomete Alstom).
Una segunda cuestión clave que afectará al calendario, muy ajustado ya a estas alturas del año, es que el procedimiento marca una serie de trámites y de operaciones, a cargo de la concesionaria, Metro de Málaga, desde el momento en que Alstom dé por terminadas sus tareas hasta que el metro pueda abrir sus puertas a los ciudadanos en las estaciones de la Alameda (Atarazanas) y de la avenida de Andalucía (Guadalmedina). Fuentes de la Junta indican que estos trabajos ya han comenzado, al objeto de ganar tiempo.
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Junto a los trámites meramente burocráticos, los de la documentación necesaria para que la empresa que explota el suburbano pueda asumir la competencia de este tramo, habrá que llevar a cabo la llamada «marcha en blanco», en la que los trenes circularán en todo el recorrido de las líneas 1 y 2 hasta el Casco Histórico con normalidad, pero sin pasajeros. Todo ello requerirá de un plazo que los expertos consultados calculan en unas cuatro a seis semanas más.
Este tampoco es un tramo cualquiera. «No es como extenderlo un kilómetro desde el Martín Carpena hacia Torremolinos, este es mucho más complejo», explica uno de los especialistas consultados. Para los conductores de los trenes y para los profesionales del puesto de mando, la zona comprendida entre El Perchel y Atarazanas tiene una complejidad clara, que es la llegada con una vía única hasta Atarazanas (la parada final). Para que esto sea posible, en el tramo anterior, en la avenida de Andalucía, existen unos aparatos de vía (los sistemas que permiten que los trenes de las líneas 1 y 2 pasen de un carril a otro), «donde la coordinación tiene que ser al 100% para garantizar las frecuencias».
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«No veíamos viable que llegara en las fechas de Navidad, ante todo hay que garantizar la seguridad, no abrir por abrir», añaden. Así, el horizonte real con el que trabajan actualmente los responsables del metro es que se pueda llegar por fin con pasajeros a la Alameda a partir del mes de febrero.
La previsión de los técnicos que trabajan sobre el terreno para la puesta en marcha de la prolongación del metro es que la llegada al Centro con viajeros se puede producir a partir de febrero del año que viene.
Una vez que no ha sido posible llegar a tiempo para los otros dos grandes hitos en la vida de la capital malagueña, como son la feria de agosto y la Navidad, las procesiones del año que viene ya se atisban como el momento en el que el suburbano mostrará toda su capacidad para el transporte de pasajeros.
El Domingo de Ramos caerá el año que viene en 2 de abril, por lo que, de producirse la apertura comercial en el horizonte que prevén los técnicos, los operadores de la sociedad concesionaria todavía tendrían al menos un mes de rodaje, antes de afrontar el gran aluvión de viajeros que se producirá desde el Viernes de Dolores (el 31 de marzo).
No se puede perder de vista que la estación de Atarazanas llevará a los usuarios hasta el corazón mismo del recorrido oficial, en el lateral norte de la Alameda Principal, a escasos metros de la calle Larios. Aunque la estación Guadalmedina también será muy demandada, por la cercanía a las casas de hermandad de varias de las cofradías más señeras de la capital.
Este horizonte, basado en el estado actual de las pruebas de señalización y seguridad ferroviaria, así como en la tramitación que todavía es necesaria para llegar a la puesta en servicio, marca un escenario conservador, si bien desde la Junta insisten en que intentarán que la apertura sea cuanto antes.
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