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Cuando no hay amor es muy difícil aparentarlo. Los feelings y los entendimientos sobrepasan la actitud oficial ante las cámaras. Los gestos, la comunicación no verbal y los guiños cuando no existen son evidentes. Eso es lo que pasa en Unidas Podemos en el Ayuntamiento ... de Málaga. Las relaciones entre Podemos e IU saltan ahora a la palestra autonómica, con dimes y diretes, negociadores que se ausentan en la hora más delicada de sumar y otros que se salen de los grupos de Telegram para acordar la que al final es una coalición autonómica coja porque Podemos se quedó fuera. Que sí, que pueden ahora sus candidatos sumarse como independientes a las listas, pero de consumarse este extremo Podemos no aparecerá en el logo ni cobrará la jugosa asignación que había negociado, el 60% para ellos, y el 40% para Izquierda Unida.
Ayer también se sumaba el asunto del nombre 'Por Andalucía', que ya habían registrado el PP y Ciudadanos, aunque con la salvedad de que fue en la Oficina Española de Patentes y Marcas y no en el de coaliciones, que dicen marca la diferencia. En fin, que la confluencia ha nacido más estrellada que con estrella. Así para empezar. Todo dependerá de cómo se dirijan ahora y en lo que queda hasta la cita electoral, pero es innegable que la primera ha sido en la frente. Como añadido, no ha habido terceros, todo se ha cocido entre ellos.
Ahora, con todo este culebrón pre-electoral sólo había que observar el comportamiento de Unidas Podemos en el Ayuntamiento de Málaga. La misma situación de punto de partida que antes tuvieron en el Parlamento Andaluz, Adelante Andalucía, que de todos es sabido acabó con la separación de Teresa Rodríguez de IU y de Podemos. Una pérdida, para muchos, que no se ha podido superar.
Pero, vamos a lo que se cuece en la Casona. Lo que antes era Adelante Málaga, y pasó a llamarse, con buen criterio, Unidas Podemos, no es un vergel en mitad del desierto. Lo cierto es que se desenvuelven entre ellos de forma escueta y oficial. No es difícil atisbarlo cuando hay que hablar con las dos partes para cualquier asunto que concierne al grupo. Cada uno gestiona su parcela, sus dominios. Bueno, lo cierto es que han tenido que volver a parcelar no hace mucho. A petición de Izquierda Unida se hizo una adenda al acuerdo de coalición de 2019 para que la visibilidad de la concejal Remedios Ramos fuese el 50%, ya que IU, su partido, es la mitad de la coalición, de tal forma las tareas institucionales que les posicionan mediáticamente se hiciera a partes iguales. Como hemos contado en otras ocasiones, Remedios Ramos llegó de portavoz para sustituir a Eduardo Zorrilla, que se marchaba a un puesto de empleado público en la Diputación. Luego para cumplir el acuerdo, que dividía el tiempo de portavocía entre los dos grupos (2 años cada uno), Ramos pasó a ser viceportavoz. Pero hace unos meses, Nicolás Sguiglia se hizo con este puesto mientras que Paqui Macías seguía de portavoz, ambos de Podemos. Los dos cargos institucionales de visibilidad y mejor remunerados. Ramos, en menos de un año, pasó a ser concejala rasa, lo que buena parte de los concejales de la Casona entiende que fue muy a su pesar. De todo a lo básico dista un salto abismal. Máxime cuando sobre el papel del acuerdo tanto Macías como Ramos son coportavoces de la coalición, pero a la hora de tener galones en el Ayuntamiento, una es portavoz y la otra, edil a secas.
Ante la petición de Izquierda Unida para hacer valer su 50% del acuerdo en tareas y responsabilidades se llegó a un texto complementario para volver a repartir, no ya los bienes, que se supone están al 50%, sino otras cuestiones de funcionamiento en el Ayuntamiento, en la que se dividen las mociones a presentar en comisiones y plenos y deja claro que si el sistema actual no funciona se buscará un sistema que mejore los problemas desde los principios de ganar en horizontalidad.
Entre medias, hay otros asuntos que no dejan de ser curiosos como que Macías, la portavoz, apenas aparece en la cuenta de Podemos Málaga, y que el protagonismo lo acaparan los retuits de su segundo, Sguiglia. La representación política en redes es un baluarte, y aquí tampoco se estila el 50% entre los de una misma formación. Macías también ha dejado claro que iría las listas autonómicas, pero su puesto, que parecía de salida, ahora con toda esta vorágine está por ver.
Volviendo a la adenda que pedía IU para hacer valer sus derechos, esta designa que ambos partidos deben acordar la moción urgente, que es la gran píldora de los grupos municipales para el pleno. Por escrito queda. Si hay que llegar hasta ese detalle, que sería como decir qué partes de la casa corresponde a cada uno de los cónyuges, no cabe otra cosa que concluir que son un matrimonio de conveniencia con separación de bienes.
El edil no adscrito Juan Cassá sigue portándose bien en los plenos a ojos del PP, es decir vota lo que le dicen sin rechistar, y ni siquiera participa interviniendo para exponer su opinión. Como los convidados de piedra.
Llamaba la atención estos días que su asesor, Iñigo Vallejo, subiera el siguiente mensaje: «Quiero manifestar mi apoyo a Juanma Moreno para que siga siendo presidente de la Junta. Tuve diversas responsabilidades en Cs, partido que engañó a los votantes. La única opción de futuro de Málaga, Andalucía y España es el PP. #JuanmaPresidente». Lo retuiteaba Cassá, su jefe, amén de todos los tuits del PP que viene compartiendo ¿Dónde acabarán o dónde podrían estar ya ambos? Se admiten apuestas.
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