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El Hospital Materno ha atendido tres casos del nuevo tipo de hepatitis aguda infantil de origen desconocido, según ha confirmado este periódico en fuentes sanitarias. La evolución de los tres pacientes ha sido buena. En dos de los afectados la enfermedad cursó de forma leve, ... por lo que no se produjeron complicaciones. El tercero de los enfermos sufrió una coagulopatía, pero no necesitó ingresar en la unidad de cuidados intensivos pediátricos, puesto que evolucionó de modo satisfactorio, han señalado las fuentes citadas.
Entre el 1 de enero de 2022 y el 26 de mayo de 2022, en España se detectaron 30 casos de hepatitis aguda grave infantil, que están en investigación; 24 de esa treintena de pacientes tienen una edad igual o menor a 10 años y ninguno está relacionado entre sí. Los casos se han registrado en una decena de comunidades autónomas. Uno de los menores enfermos sufrió un fallo hepático y se sometió a un trasplante de hígado.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene contabilizados hasta el momento más de 650 casos probables de esa hepatitis en niños procedentes de 33 países, Además, hay un centenar que están pendientes de clasificación.
La causa de esta hepatitis aguda grave que afecta a los niños no se sabe, lo que ha suscitado el miedo a lo desconocido. Sin embargo, el pediatra Juan José Díaz, especialista en enfermedades digestivas infantiles y miembro del comité ejecutivo de la Sociedad Española de Pediatría, en declaraciones realizadas a este periódico, hace un llamamiento a la calma. «No está justificada una alarma social importante teniendo en cuenta que en España hay 30 casos en estudio después de varios meses», argumenta este experto.
«Todos los años hay hepatitis graves en niños. El número de enfermos que ha habido hasta ahora en nuestro país no es para alarmar a nadie ni hay que hacer ningún tipo de medida preventiva especial. Cuando un niño tenga síntomas no van a pasar inadvertidos. Hay que consultar y el médico ya decidirá el tratamiento más adecuado como en cualquier otra hepatitis, dice el doctor Díaz. Y añade que hay que tranquilizar a la población. »Se trata de una enfermedad que todavía se está investigando y que puede tener en determinadas ocasiones una evolución peligrosa, pero el sistema sanitario español está perfectamente preparado para detectar esta hepatitis y hacer frente a los casos más graves. Hay que tener tranquilidad y confianza«, destaca el pediatra.
En la edad pediátrica se ven distintos tipos de hepatitis. Las más frecuentes son las infecciosas víricas provocadas por los virus de las hepatitis A, B, C, D y E, cuyos efectos concretos se sabe cuáles son y se identifican mediante un análisis de sangre. Asimismo, hay otras enfermedades por virus que no afectan específicamente al hígado, sino al organismo en general, pero que también pueden producir una afectación hepática. También están los virus intestinales (enterovirus) que provocan pequeñas inflamaciones del hígado, señala Juan José Díaz.
Por otro lado, están las hepatitis originadas por otras causas, como las autoinmunes, las que surgen por afectación de la vía biliar y las tóxicas relacionadas con comer setas venenosas. Igualmente, el consumo de fármacos puede desencadenar una hepatitis.
El problema con respecto a la hepatitis aguda grave en la infancia es que se ignora la causa que la origina, indica este pediatra. Se especula que hay un tipo de virus (el adenovirus 41), que se ha detectado en gran parte de los niños enfermos. También se ha visto que muchos de esos niños, previamente, habían pasado el Covid. Por eso, se interpreta que esta hepatitis puede ser como una interacción, es decir, una reacción anómala del sistema inmunitario, al seguir habiendo restos del virus del Covid en el intestino de los niños, comenta el doctor Díaz.
«Los pequeños se podrían estar infectado por el adenovirus 41, que en otras circunstancias produciría una infección más o menos banal, pero el sistema inmune, de alguna manera, reacciona de forma anormal. Esta explicación no es más que una teoría y no está demostrada», subraya este experto en enfermedades digestivas infantiles.
En cuanto a los síntomas de las hepatitis, son muy inespecíficos: cansancio, fiebre, molestias digestivas y vómitos. Cuando hay una inflamación más evidente del hígado aparece un color amarillento (ictericia) en la piel y en el blanco de los ojos. Igualmente, la orina cambia de color y es más oscura (color parecido al coñac), es lo que se llama coluria. Por su parte, las heces tienen una coloración más pálida. También puede surgir picor en la piel por un exceso de bilirrubina. Estos síntomas no aparecen siempre. En el caso de la hepatitis aguda grave hay niños que sufren un fracaso hepático y necesitan un trasplante de hígado. En España, de momento, solo ha habido un enfermo que ha necesitado un implante hepático y no está claro que el fallo del hígado fuese provocado por la hepatitis.
Este pediatra dice que ninguna de estas hepatitis graves infecciosas, en su forma aguda, tiene un tratamiento curativo, lo que hay es un tratamiento de soporte: hidratación, reposo digestivo, paracetamol o ibuprofeno y antitérmicos si hay fiebre. Estas hepatitis, como la A, se curan solas, aunque en algunas ocasiones pueden desembocar en un fallo hepático y hacer falta un trasplante de hígado.
Por su parte, el director de la unidad de gestión clínica de digestivo del Hospital Clínico y catedrático de la Universidad de Málaga, Raúl Andrade, explica a SUR que las llamadas hepatitis entéricas (la A y la E) las provocan los virus entéricos, que proliferan en el tracto digestivo. El contagio se produce por vía fecal-oral, es decir, por restos de heces del paciente que pueden contaminar el agua o entrar en contacto con las manos.
«En caso de que se demuestre que esta hepatitis aguda grave es de origen vírico, que es algo que todavía no se sabe, se contagiaría con toda probabilidad por vía entérica, a través de restos fecales de un paciente infectado, por lo que la transmisión no es tan fácil como los virus que se contagian por vía respiratoria como es el coronavirus», señala el doctor Andrade.
El nuevo tipo de hepatitis aguda grave se detecta a través de un análisis de sangre en el que los marcadores de las transaminasas (enzimas que se producen en las células de distintas partes del cuerpo, sobre todo en el hígado) están elevados, pero en la analítica no se descubre la presencia de los virus que suelen provocar la hepatitis (A, B, C, D y E), por lo que no se puede determinar la causa de esta inflamación del hígado, ya que tampoco se debe a haber ingerido productos tóxicos o fármacos. Por eso, se dice que el origen es desconocido.
El término agudo se emplea en medicina para referirse a una enfermedad que se desarrolla durante un periodo corto de tiempo y luego se cura. Si la dolencia se mantiene durante más de seis meses se considera que se ha cronificado. A veces surge una hepatitis aguda fulminante que provoca un fallo hepático ante el que la única solución es un trasplante de hígado.
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