La estatua del marqués de Larios, en los talleres de Chapitel, en Antequera. Foto: Salvador Salas | Video: Pedro J. Quero/ Jesús Hinojosa

El Marqués de Larios recupera su lustre

Urbanismo restaura el monumento que realizó Mariano Benlliure para su nueva ubicación

Jesús Hinojosa

Málaga

Miércoles, 26 de diciembre 2018, 00:29

De cerca se puede observar el trazo certero de las espátulas que utilizaba Mariano Benlliure para modelar el barro y la cera. El bronce parece tela en el recogido de la levita con la mano izquierda que se lleva al bolsillo en el que ... guarda el reloj, como denota una cadena enganchada a su chaleco. Están trazadas hasta las costuras de los pantalones y las mangas del abrigo. Magistral. No cabe otro calificativo para la imponente escultura del Marqués de Larios que Mariano Benlliure realizó cuando expiraba el siglo XIX con destino a la confluencia de la Alameda Principal con la calle que lleva su nombre y que pudo culminarse gracias a su aportación económica, a cambio de los derechos para construir los edificios de la nueva vía.

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En una nave junto a la iglesia de los capuchinos de Antequera, la empresa de restauración Chapitel acomete desde hace un mes y medio la limpieza y restauración de esta magnífica estatua y de la Alegoría del Trabajo que Benlliure labró para el monumento a Manuel Domingo Larios y Larios, cuya base fue desplazada el pasado 2 de octubre hacia la embocadura de la calle Larios, la nueva ubicación planteada por los arquitectos de la Gerencia Municipal de Urbanismo, a raíz del proyecto para hacer peatonales las calzadas laterales de la Alameda Principal y suprimir la rotonda en la que hasta ahora se encontraba este conjunto escultórico.

Las esculturas de Manuel Domingo Larios y de la Alegoría delTrabajo están siendo reparadas en Antequera

De cerca, las dos piezas sorprenden por su altura (el marqués mide 2,38 metros y la Alegoría del Trabajo, 2,55) y por la calidad y los detalles de su fisonomía. Han sido ya varias las ocasiones en las que responsables de la Gerencia de Urbanismo han acudido a la Ciudad del Torcal para seguir de cerca el proceso de restauración de las dos estatuas, para que el que, en primer lugar, se ha realizado un estudio de corrosión de los metales y la piedra del monumento, elaborado por el departamento de Minerología y Petrología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, y por el Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Este estudio ha servido para seleccionar el procedimiento a llevar a cabo para la restauración de las esculturas, realizadas en bronce con la técnica de la cera perdida. Benlliure las realizó en primer lugar en barro y luego les sacó unos moldes de escayola para pasarlas a cera. En este frágil material, el escultor terminó muchos de los detalles de las piezas. Una vez pasadas a cera, la fundición en bronce se hizo mediante otros moldes con material refractario (normalmente picadizo de ladrillo) a los que se aplicaba el metal derretido mediante unos conductos que hacían que la cera se derritiera automáticamente, dejando únicamente la capa de bronce, de ahí el nombre de la 'cera perdida'.

Francisco Pomares, Rafael Ruiz de la Linde, José Cardador y Javier Pérez de la Fuente, entre otros, junto a las piezas. Abajo, en la peana de la Alegoría delTrabajo figura el nombre de la empresa que la fundió. Detalle de la limpieza realizada en el rostro del marqués. Salvador Salas

En la base de la escultura de la Alegoría del Trabajo, para la que Mariano Benlliure tomó como modelo al torero Luis Mazzantini, se observa el relieve de algunas gotas de cera derretidas durante el proceso y aparece tanto la firma del escultor como el nombre de la fundición que culminó su obra: 'Masriera y Campins. Fundidores – Barcelona'. Se trata de un taller abierto en 1891 en la ciudad condal por el joyero Federico Masriera junto a su sobrino Antonio Campins, en el que recuperaron la técnica de la cera perdida y ejecutaron monumentos con las firmas de los más importantes escultores españoles del momento. Años más tarde, Masriera dejó la fundición; y Campins se asoció con su cuñado, Benito de Codina, dando lugar a la actual fundición Codina de Madrid.

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La estatua del marqués recuperará su posición original en la peana para mirar hacia su calle

En la estatua de la Alegoría del Trabajo, se aprecian los cortes de las distintas partes en las que está dividida la escultura para poder fundirse correctamente, unidas con remaches. Una de las labores de Chapitel consiste en sellar y ocultar esas uniones para que no se aprecien a simple vista. A diferencia de esta pieza, la escultura del marqués no conserva la peana original y ha sufrido muchas más modificaciones con el paso del tiempo. «Para los años que tiene, en comparación con otras estatuas similares que hemos restaurado, está muy deteriorada», explica Rafael Ruiz de la Linde, gerente de Chapitel. No es de extrañar, ya que en 1931, con la llegada de la Segunda República, la imagen del marqués fue arrancada del pedestal y arrojada a las aguas del puerto, en las que permaneció hasta que finalizó la Guerra Civil, cuando, según señalaron desde Chapitel, fue restaurada por su autor. «Hay documentación de que se lleva la estatua para retocarla, soldarle la cabeza y volver a darle pátina», señala Ruiz de la Linde, que aclara que, para el proceso de reparación, han contado con información suministrada por la Fundación Mariano Benlliure, entidad que fomenta la memoria y la obra del escultor y que se ha mostrado contraria al desplazamiento del monumento, si bien desde Urbanismo sostienen que va a ganar en vistosidad y protagonismo.

Durante la restauración, se ha descubierto que partes salientes de la zona posterior de la escultura presentan un llamativo estado plano que demuestra que fue arrastrada con cuerdas por la calle para ser llevada hasta los muelles portuarios y arrojada al mar. Además, se han encontrado todavía costras de corrosión provocadas por los agentes marinos que van a ser retiradas con este proceso de limpieza. También se le va a colocar una nueva peana de bronce, realizada por el escultor Pedro Fernández, en la que el marqués va a colocarse con la posición que tuvo originalmente y que ha podido observarse en fotografías antiguas. De este modo, la escultura enfocará su mirada hacia el frente, hacia la calle Larios, y no hacia su lado derecho como hasta ahora.

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Retirada de las costras de corrosión con bisturí. Se van a sellar las uniones de las piezas de la Alegoría del Trabajo.

También mediante fotos antiguas, se ha comprobado que el bastón que sostiene en su mano derecha, junto a su chistera, terminaba en un remate circular cuya reconstrucción aún no está decidida. En cambio, sí está claro que, en su nueva ubicación, el monumento contará con la placa que el Ayuntamiento le colocó para detallar su fecha de encargo (1896) y su autor, según señalaron el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares; el gerente de Urbanismo, José Cardador; y el responsable del departamento de Arquitectura e Infraestructuras, Javier Pérez de la Fuente, quienes mostraron su satisfacción por el resultado del proceso de restauración de las piezas, que culminará en las próximas semanas.

Procedimiento

Consiste en un cepillado con brocha para retirarles el polvo, lavado con agua destilada y jabón neutro, aplicación de papetas de celulosa impregnadas con agua destilada para extraer las sales por absorción, limpieza con agua destilada y alcohol al 50%, y cepillado para retirar las costras de corrosión (si es necesario se aplican papetas impregnadas de sexquicarbonato sódico en las áreas puntuales que se resistan a la limpieza). Por último se da una mano de citrato de amonio utilizando una brocha de pelo suave y, como inhibidor de la corrosión, se aplica benzotriazol al 3%, y se da una capa de cera para matizar el brillo del producto protector.

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Tras todo este proceso, las obras de Benlliure van a quedar como recién salidas de la fundición Masriera y Campins. No obstante, su reposición en el pedestal del monumento no se llevará a cabo hasta que estén más avanzados los trabajos que realiza la empresa Verosa, por 1,8 millones de euros, para renovar el pavimento de la calzada central de la Alameda y generar el espacio peatonal en torno a la embocadura de la calle Larios. La restauración del pedestal y de la escultura de la mujer con un niño en brazos, que se identifica como una representación de la ciudad agradecida, se hará 'in situ' cuando los trabajos de urbanización estén próximos a su finalización.

Los responsables municipales barajan la realización de una exposición de las dos esculturas de bronce que están siendo restauradas en Antequera, que podría tener como escenario el Archivo Municipal, para que malagueños y visitantes puedan admirar de cerca el resultado de su limpieza y consolidación. Merecería la pena porque desde el nivel de la calle no se observa la calidad de unas obras de arte que impresionan.

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