Que todo paciente que necesitaba sangre la tuviera sin problema ha sido el objetivo prioritario del médico Mariano Lozano. Durante 34 años ha ejercido su profesión en el Centro de Transfusión Sanguínea de Málaga (CRTS), donde ha desempeñado el cargo de coordinador médico hasta su ... reciente jubilación. En esta entrevista, el doctor Lozano hace un balance del trabajo llevado a cabo en más de tres décadas promocionando la donación de sangre.
Publicidad
–Tras estudiar el Bachillerato en el colegio Los Olivos, se matriculó usted en la Facultad de Medicina. ¿Por qué eligió esa carrera?
–Aunque en mi familia no había ningún médico, de las carreras que ofrecía la Universidad de Málaga en ese momento, la que más se ajustaba a mí situación y que más me atraía era la de Medicina. La asignatura que más me costó aprobar fue la de Psiquiatría, que me hizo perder un año completo de carrera.
–Una vez que consiguió el título, ¿empezó a ejercer en seguida o estuvo parado?
–Una vez que tuve el título de médico, lo primero que hice fue irme a la mili, porque había estado pidiendo prórrogas por estudio. Tras el servicio militar empecé a hacer la tesis doctoral. En eso estaba cuando me ofrecieron trabajar en un centro encargado de los donantes de sangre. Se hizo una selección entre los médicos, que nos presentaron y comencé a trabajar junto con otro compañero ya fallecido, Salvador Ciano, en 1988. De la selección se encargó el doctor Isidro Prat, que luego fue mi jefe y director del Centro Regional de Transfusión Sanguínea (CRTS).
–De esa primera época de su trabajo ¿qué es lo que recuerda con mayor nostalgia?
–Recuerdo que en el primer año (1988) se extrajeron en Málaga unas 18.500 unidades de sangre, que eran más que suficientes para el suministro que necesitaban los hospitales. Ahora, 34 años después, hacen falta 51.000 unidades como mínimo para poder garantizar el suministro. Fue una época en la que me inicié en un mundo profesional novedoso para mí. Me gustaba mucho visitar los pueblos de la provincia y tomar contacto con la gente explicando la importancia de donar sangre. En 1991, se creó la plaza de médico coordinador de extracciones y promociones, un cargo intermedio que conseguí.
Publicidad
–Vamos, que fomentar la cultura de donar sangre ha sido un referente en su vida profesional.
–Han sido muchos años promocionando la donación de sangre en centros educativos y en distintas áreas ciudadanas. Me he recorrido la provincia de Málaga dando charlas, así como las escuelas y facultades de la Universidad de Málaga (UMA). De ese modo, he procurado ir educando y haciendo ver la importancia de dar sangre a personas de distintas edades.
Publicidad
–¿Todavía se pagaba a las personas que donaban sangre en la década final de los años 80 del siglo pasado o todo era ya totalmente altruista?
–Cuando yo comencé a trabajar ya no existía dar una remuneración por cada donación de sangre. Solo quedaba un centro, creo que situado en la plaza de Bailén, en el que se pagaba, pero por la donación de plasma. Si es verdad que yo he conocido el pago de la sangre. De hecho, a mi madre la tuvieron que operar en el Hospital Civil, cuando yo tenía 18 o 19 años, y la sangre que le pusieron era remunerada.
–Más de 30 años después, volviendo la vista atrás, ¿está satisfecho con lo realizado o le habría gustado haberse especializado en otra rama de la medicina?
–Cuando comencé a trabajar en el Centro de Transfusión lo que echaba en falta era ver pacientes e, incluso, me planteé dejar ese trabajo, porque lo que me apetecía era atender a enfermos, ya que me había formado para ver, tratar y curar a las personas. Sin embargo, cuando me dediqué al apartado de la promoción de la sangre, tomé conciencia de que mi labor era importante y necesaria. Me di cuenta de que cada vez había una mayor demanda de sangre en los hospitales y se me pasó la nostalgia de haber cogido otra especialidad.
Publicidad
–Supongo que lo que más le gratifica es que a través de su trabajo se ha salvado la vida de muchos enfermos que han recibido la transfusión que necesitaban.
–En las muchas charlas que he dado he hecho hincapié en que la gente debe tomar conciencia de la importancia de la donación, que es una forma altruista de salvar vidas. La sangre no se fabrica, solo se puede conseguir mediante las donaciones. Para mí, ha sido una gran satisfacción ver que, tras una charla, acudía la gente de forma masiva a donar, una sangre que en 48 o 72 horas estaba disponible en los hospitales. Eso me ha llenado de alegría, es algo gratificante que me ha acompañado durante toda mi carrera profesional, porque donar sangre es algo vital para el buen funcionamiento de los hospitales.
Publicidad
–¿Está la población verdaderamente concienciada con la donación de sangre?
–Cada vez cuesta más trabajo que la gente acuda a donar; la respuesta no es la que desearíamos. Es algo que ocurre en toda España. Es cierto que cuando hay una necesidad de sangre, hay personas que toman conciencia del problema y acuden a nuestra llamada. Pero el primer empujón, que antes dábamos con mayor facilidad, ahora cuesta más. La sociedad parece que tiene la cabeza en otras cosas, si bien es verdad que hemos pasado unos años muy complicados por la pandemia.
–¿Resulta más fácil meter en el seno de la donación a la juventud o a las personas de mediana edad?
Noticia Patrocinada
–Yo siempre digo que cuando una persona acude a dar sangre por primera vez ese es el principio de su segunda donación si todo le va bien. El trato que le demos, la empatía que sienta y cómo le vaya en esa primera experiencia dependerá de que vuelva a no. Es muy importante que la gente joven se sienta a gusto cuando va a donar para que repita y no se quede solo en una donación. A los donantes habituales los tenemos fidelizados; a los que cuesta más convencer es a los jóvenes.
–¿Por qué ha decidido jubilarse un poco antes de la edad reglamentaria?
–Creo que he cumplido mi ciclo profesional. Aunque podría haber continuado dos años más, este es el momento adecuado para retirarme después de 34 años de trabajo en el tema de la sangre. Tengo ganas de descansar y de disfrutar de la familia. He dedicado mañana, tarde y noche durante muchos periodos de actividad. En el CRTS dejo buenos compañeros y amigos. Han sido muchos años de trabajar juntos. Tengo una gran admiración por Isidro Prat, que hasta su jubilación fue el director del CRTS y que me ayudó mucho en mi formación. El doctor Prat me transmitió el sentimiento que me ha tenido enganchado al Centro de Transfusión.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.