Mantener actividad sexual frecuente con eyaculación previene enfermedades de la próstata

La próstata es una glándula que forma parte del aparato reproductor masculino; su misión es aportar toda la cantidad de líquido seminal para que los espermatozoides se mantengan bien nutridos y vivos. Entre las cuestiones que previenen enfermedades prostáticas está mantener una actividad sexual lo más regular posible con eyaculación, explicó a este periódico el jefe del servicio de urología del Hospital Clínico Virgen de la Victoria, Bernardo Herrera. Este experto hizo hincapié en una serie de recomendaciones para mantener la próstata sana.

Así, tener sexo de modo regular y con eyaculaciones sirve para prevenir determinados síntomas de varias patologías relacionadas con la próstata, sobre todo de temas de congestión inflamatoria. Además, hay otros factores que ayudan a que la glándula prostática esté en buen estado. En ese sentido, Bernardo Herrera indicó que hay que evitar el consumo de tóxicos como tabaco y alcohol y reducir la ingesta de cafeína. Junto a ello, es importante mantener una dieta sana como es el caso de la alimentación mediterránea. Igualmente, es conveniente disminuir el consumo de grasas, ya que estas generan mayor estrés oxidativo a nivel prostático. En cambio, es bueno lograr una abundante hidratación con más de un litro y medio de agua al día. Otro aspecto que ayuda a tener una próstata sana es hacer ejercicio físico de forma regular al menos 30 minutos diarios. «Estas son las medidas preventivas que más se recomiendan para la salud prostática», manifestó el urólogo.

El problema es que los hombres no suelen cumplir con esas normas. Por tanto, se mantiene el hábito tabáquico y el consumo de alcohol. Además, una falta de ejercicio y una alimentación inadecuada hacen que la obesidad siga aumentando entre la población, sin que tampoco se tenga una buena hidratación en muchos casos. «Vamos hacia un ritmo de vida que es cada vez menos saludable», manifestó el doctor Herrera.

Respecto a las propiedades diuréticas de la cerveza, este especialista en urología comentó que es cierto, pero hay que tener presente que el alcohol, igual que sucede con la cafeína, es un excitante del aparato urinario inferior, por lo que exacerba mucho los síntomas atribuibles a la hiperplasia benigna de próstata. Así pues, si se bebe mucha cerveza, se orinará más y también peor: con más frecuencia miccional y con más urgencia.

Sobre si es perjudicial aguantar las ganas de orinar, Bernardo Herrera subrayó que lo recomendable, tanto para mujeres como para hombres, es orinar regularmente, de seis a ocho veces al día. «Cuando se aguanta mucho ir al baño, lo que se genera en la vejiga es como un globo, un mayor volumen». Además del cáncer y de la hiperplasia benigna, la próstata se ve afectada por los procesos inflamatorios e infecciosos: la prostatitis, que puede ser de carácter inflamatorio o de carácter infeccioso.

Por otra parte, el jefe del servicio de urología del Clínico hizo hincapié en que la prueba del PSA es importante para detectar el cáncer de próstata a través de una muestra de sangre. Está indicado hacerla a partir de los 50 años y de los 40 en hombres con antecedentes familiares de tumor prostático. Con realizar la prueba una vez al año es suficiente. Sin embargo, muchos hombres no se controlan el PSA. Una encuesta reciente indica que del 67 por ciento de los varones que habían manifestado sufrir algún tipo de síntoma solo el 30 por ciento había acudido al urólogo, señaló el doctor Herrera.

A ese respecto, añadió: «Los hombres en las visitas al urólogo están a años luz de las mujeres en las revisiones ginecológicas. Es verdad que hay una mayor concienciación, pero todavía falta mucho. Por eso son tan importantes las actividades para concienciar a la población masculina de la trascendencia de las revisiones urológicas. Hay que acabar con el estigma de la visita al urólogo».

En cuanto al cáncer de próstata se refiere, cada año se diagnostican en la provincia de Málaga de 900 a 1.000. La supervivencia global de este tumor, gracias a los nuevos tratamientos, oscila entre el 85 y el 90 por ciento. Si la enfermedad se encuentra localizada, la curación alcanza el 90 por ciento. Por eso es muy importante la detección precoz de esta enfermedad.

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