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Fue una de Velázquez en el Prado allá por 1996. Llegaba un cuadro de culto, el poder en toda su extensión. El retrato de Inocencio ... X; la primera vez que salía de Italia. Con esa mirada que atraviesa el lienzo, el elegido, sentado, llena toda la escena. Aún no cuelga el retrato de De la Torre en la galería de los alcaldes de la primera planta. Mala señal si lo hiciera. Hubiera terminado su mandato. En veinte años de poder ejerciente y ejercido es la primera vez que se separa físicamente de la Casona. No motu proprio, sino a causa de una lesión cerebral cogida a tiempo, que le tendrá convaleciente hasta el 10 de mayo, cuatro semanas de prescripción facultativa, que coincidirían a priori con lo que se estima el final del confinamiento, aunque se espera que poco a poco se vaya incorporando a sus quehaceres como regidor, según comunicaba el Ayuntamiento de Málaga la semana pasada, tras pasar satisfactoriamente la evaluación clínica. Su falta de presencia en este cautiverio ha podido pasar desapercibida, pero lo cierto es que su ausencia es muy destacada. De ser omnipresente a estar en su casa en 'stand by' y atendiendo con cuentagotas alguna llamada dista un abismo. Esta era la única forma, como estimaban en su familia, 'confiscarle' el móvil para que reposara hasta que estuviera al 100% y se pudiera reincorporar.
Pero estos no eran los planes iniciales. De la Torre pensaba seguir enganchándose a las vídeoconferencias (siquiera para saludar) y mantener el timón de mando, tal y como publicó este periódico. Pero lo cierto es que nadie es de hierro, aunque lo pretenda, y la realidad es que a día de hoy el Ayuntamiento está dirigido, al menos firma en los papeles oficiales, la alcaldesa accidental Susana Carillo, que aún no ha cumplido un año en estas lides. Nadie duda de que su trabajo en el mundo empresarial ha sido de matrícula, concretamente directora de la smarticity de Endesa en Málaga, pero lo cierto es que en política es una concejala novata. Días atrás, uno de bregados en esta tarea señalaba que la política no se enseña, que se aprende, y para eso lo que toca es pasar por ella. Carillo cogió las riendas en el pasado pleno telemático, el primero de la historia, pero fue una sesión de trámite, sin debate político, apenas una queja de Adelante Málaga por los eventuales de Limasa, que toreó la superconcejala limasera Teresa Porras.
Carillo también interactuó con los alcaldes de las siete ciudades con más población de España, pero el que transmitió el mensaje de cara a la galería fue el concejal de Economía, Carlos Conde. No todos los ediles están o han estado habilitados para hablar con la prensa en esta crisis. Tienen el plácet de la guardia pretoriana del alcalde Conde, Barrionuevo, Pérez de Siles, Porras y Pomares, círculo que se ha ido ensanchando poco a poco pero en el que nunca ha entrado la alcaldesa accidental. ¿Por qué? Una pregunta que tiene varias respuestas. Vamos por partes. La oficial es que Carillo no concederá entrevistas ni se entrevistará con medios de comunicación hasta que no coja el mando el alcalde. ¿Razones? Así se ha decidido. Sin más. Lo cierto es que ella tampoco parece que quiera imponerse y ejercer en esta situación. Deberá entender, inteligente, que lo suyo es transitorio.
Entre las respuestas oficiosas, una camarilla de concejales estima que el núcleo duro del alcalde es muy consciente de que a Carillo le falta colmillo político y que no quieren exponerla a zozobrar en una entrevista en la que se abra mucho el abanico, y no sea de su ámbito, Nuevas Tecnologías. Otro ala de los ediles populares, la de enfrente, estima que si la dejaran tomar el mando podrían sentirse incómodos los que entienden que ella es una independiente colocada en una posición muy privilegiada, y que no representa al partido ni tiene bagaje político para estar ahí. Ya saben, leyendo 'El Príncipe', de Maquiavelo, acabamos antes.
Mientras tanto la oposición, primero el portavoz de Adelante Málaga, Eduardo Zorrilla, en una entrevista en Facebook la semana pasada, y después el portavoz socialista, Dani Pérez, ayer a este periódico, expresaban que en el Ayuntamiento falta liderazgo político, que tanto era el espacio que ocupaba De la Torre que ahora nadie lo llena. A esto habría que añadir que, además, el propio alcalde lleva toda su mandato intentando que nadie lo ocupe. Cada vez que un delfín despuntaba, acababa fuera del organigrama de poder del Ayuntamiento o en otras administraciones. Carolina España, Elías Bendodo, Mario Cortés, Carlos Conde...
La pregunta de quién manda en Málaga es fácil contestarla: De la Torre. Pero y ¿cuándo él no está operativo como ahora? Es meridiano es que la alcaldesa accidental sólo tiene firma, pero no poder. De ahí que el Ayuntamiento esté descabezado. Cada edil lleva sus áreas pero en este 'impasse' del regidor, no hay quien coja la vara de mando. Nadie asume el liderazgo.
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