Se acabó el sano cuchicheo entre los munícipes. Las medidas anticovid para posibilitar que todos ocupen sus butacas en el pleno –hasta ahora lo ... hacían dividiéndose entre las bancadas y la sillería del público– devolverán las votaciones electrónicas, la solemnidad de que cada uno esté en su puesto, evitarán las idas y venidas de los ediles de la sillería al atril, y en definitiva mejorará la interacción de la Corporación cuando haya comisiones y plenos. Esto será posible gracias a la instalación de mamparas para diferenciar los escaños, que si bien les permitirán estar todos en sus puestos y poder intervenir a placer sin mascarilla, también coartará su capacidad para comentar la jugada con el de al lado (que suele ser de su grupo político). No hay parlamento del mundo que se precie del que no ha haya salido una foto icónica en el que uno de sus representantes le hablaba al otro al oído. De hecho, con la era de las nuevas tecnologías, grabadas esas imágenes, incluso se han descifrado las conversaciones a través de la lectura de los labios. Eso, por ahora, en otros países y en sus altas instancias, ya que todavía estas labores adivinatorias no se realizan en la centenaria cámara de la Casona del Parque.
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Lo dicho, primero se distanciaron los concejales y dividieron los espacios para mantener la distancia social, y ahora las mamparas les embuten a cada uno de ellos dentro de su cubículo correspondiente. Así no habrá más quejas al alcalde Francisco de la Torre acerca de que Juan Cassá se sienta en un sitio privilegiado de la bancada de la derecha cuando es un concejal no adscrito, y ateniéndonos a la ley de la costumbre, éstos siempre han ocupado los últimos puestos, los que estaban cercanos a la puerta de entrada del salón de plenos. Así fue con el ya fallecido, el siempre ingenioso Carlos Hernández Pezzi, y en el mandato pasado, con el exMálaga Ahora Juanjo Espinosa. Pero también es cierto que ninguno de los dos eran soporte del regidor. No olvidemos que es el presidente del pleno, en este caso el alcalde, aunque podría ser cualquier otro edil del equipo de gobierno, el que tiene mando en plaza.
Las mamparas, que estarán ya operativas para las comisiones de Medio Ambiente y Urbanismo del próximo lunes, han costado unos 3.000 euros, y dividirán también la mesa de la presidencia en cuatro puestos: presidente, dos para la Secretaría General y uno para Intervención.
Para salvar las separaciones y comentar las estrategias en el debate y cara a posibles enmiendas de la bancada de enfrente siempre les quedará a los ediles un socorrido WhatsApp o retranquear sus sillas y encontrarse en el pasillito trasero. Habrá que ir viendo cómo se las apañan. Pero, anécdotas aparte, la disposición de las mamparas y que cada edil pueda estar en su puesto no deja de ser una medida interesante adoptada por la Alcaldía-Presidencia para esta época de transición.
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Con motivo del acto del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, en Álora, el ocurrente socialista Sergio Brenes, el poli malo del anterior mandato municipal, subía este tuit con bastante retranca: «Oyendo siempre a mi querido y respetado Juan Espadas en Álora sin necesidad de que José Luis Ábalos me ofrezca la secretaría general del PSOE Málaga ni la presidencia de la comunidad de mi bloque«. La indirecta iba dirigida a Dani Pérez, del que comentan que tiene prometida la secretaría. Las primarias socialistas en la región de las querencias y los apretones prometen seguir dando mucho juego.
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