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La guía muestra una foto del Cautivo a los turistas durante la visita realizada por el Centro. SUR
Málaga, a vista de guiri

Málaga, a vista de guiri

SUR acompaña a un grupo de turistas durante un tour gratuito por el Centro para conocer qué impresión se llevan los visitantes de la ciudad

Juan Soto

Málaga

Sábado, 14 de mayo 2022, 00:57

¿Sabía que Málaga fue fundada por los fenicios en el siglo VIII aC como Malaka? ¿Y que en esta tierra existe una forma especial de pedir un café o que la flor típica se llama biznaga? ¿Acaso conocía que la fuente más antigua de la ciudad se encuentra en la plaza de la Constitución? Si usted es de la provincia, probablemente serán datos que ya conocía; pero si acaba de llegar de fuera, a buen seguro serán detalles que aprenderá durante alguno de los tours que recorren la ciudad y que sorprenden a diario a miles de turistas. Es la Málaga a vista de guiri.

Aunque el calor ya aprieta y está a punto de entrar el verano, Málaga amanece durante todo el año repleta de paraguas coloridos: rojos, azules, naranjas... Es la señal inequívoca que distingue a las ciudades más turísticas y sirve para identificar a cada uno de los grupos que recorren a pie la ciudad en diferentes idiomas. Pero, ¿qué se enseña en ellos? SUR ha acompañado este viernes a uno de ellos por el Centro para conocer la imagen que se llevan los visitantes de la ciudad y de su apasionante historia de varios siglos.

Tras consultar disponibilidad y opciones en la oficina de información turística de la plaza de la Marina, nos unimos a un ruta organizada por la empresa Málaga a Pie. El recorrido sale desde la plaza de la Marina y termina junto al teatro Romano. Durante dos horas, Carmen, la guía –de cuyo cuello cuelga una autorización oficial de la Junta de Andalucía–, va desvelando curiosidades de monumentos, calles e incluso ofrece recomendaciones para comer o visitar posteriormente.

Imagen principal - Málaga, a vista de guiri
Imagen secundaria 1 - Málaga, a vista de guiri
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Este tour en concreto es gratuito (al final del recorrido se paga lo que cada uno considera que cuesta en función de las explicaciones recibidas) y entre las casi 30 personas que lo llenan se encuentran numerosos argentinos y turistas llegados desde diferentes puntos de España. El truco, si es que existe, es que durante el tour se ofrecen determinadas visitas que sí son de pago, por lo que muchos de los turistas terminan contratándolas.

Las explicaciones comienzan en la misma plaza de la Marina. Carmen, que se apoya en diferentes fotografías e ilustraciones que lleva cuidadosamente ordenadas en una carpeta, recuerda que la ciudad fue fundada por los fenicios en el siglo VIII antes de Cristo y que le pusieron Malaka, «que quiere decir factoría porque era una ciudad muy comercial». También cita que el punto sobre el que nos encontramos es terreno ganado al mar y muestra una vista de la zona sin tantos edificios y con la Catedral como gran protagonista. Sin haber comenzado a andar, realiza las primeras recomendaciones: «tenéis que comer espetos en la playa, pasear por el palmeral de las Sorpresas y el Muelle Uno o ir a las playas de Huelin, Pedregalejo o El Palo».

Cruzando la acera, el grupo se detiene en la misma entrada de la calle Larios, «la más famosa y emblemática de la ciudad». Recuerda que para su construcción el Ayuntamiento de Málaga puso a la venta acciones por valor de dos millones de las antiguas pesetas y que la familia Larios adquirió el 90 por ciento. «Por eso lleva su nombre». Parada junto a la estatua del marqués, señala que en 1931 los republicanos tiraron al mar la figura del burgués y en su lugar colocaron al joven obrero con el pico que actualmente se encuentra en la cara sur del monumento.

Negocios históricos del Centro

Entre el grupo apenas hay preguntas y la guía avanza por la calle Larios (con parada en el centro para hablar de la estética de la calle y negocios históricos como la farmacia Mata, el quiosco de Arturo o Casa Mira). También habla sobre la Feria, la portada que luce desde hace años, y el espectáculo de luces de Navidad. «El alcalde de Málaga se ha picado con el de Vigo para ver quién las luces más espectaculares», opina.

Al llegar a la plaza de la Constitución, anterior plaza de las Cuatro Calles, expone diferentes usos históricos que ha tenido el enclave a lo largo de los años, como Ayuntamiento, prisión o plaza de toros. Añade un detalle que asegura muchos malagueños desconocen: la fuente que hay en uno de los laterales fue construida en Génova a encargo de Carlos V y es la más antigua de todas la que hay en la ciudad. En este punto también se acuerda del Café Central, negocio centenario que cerró el pasado mes de enero y que «no habéis conocido por muy poco». A pesar de ello, resume las diferentes formas que el Central inventó para pedir tan popular bebida.

Las siguientes paradas son en la plaza de Chinitas (para hablar de la historia del antiguo convento de las Agustinas y posterior Café Chinitas) y en la puerta del restaurante Chinitas, en la calle Moreno Monroy (en donde explica lo que es un biznaguero y un cenachero mostrando los cuadros que expone en su fachada el popular restaurante).

La ruta continúa en la plaza del Obispo, en donde se realiza una de las paradas más prolongadas para explicar diferentes detalles de la Catedral y sus problemas constructivos. En este punto, en donde también se concentran numerosos grupos escolares, Carmen habla de la 'manquita' («porque en Málaga nos gusta ponerle motes a todo») y de la belleza de la cubierta, que se considera la cuarta fachada.

Semana Santa y Chiquito

Especial curiosidad despiertan sus explicaciones sobre la Semana Santa, la liberación del preso que realiza la cofradía del Rico en esta misma plaza el Miércoles Santo y la gran devoción al Cautivo (que ilustra con una fotografía realizada por un fotógrafo de SUR). Yéndose un poco del tema termina hablando sobre Chiquito de la Calzada y del cariño que le tenían los malagueños hasta el punto «de que le han puesto un semáforo».

Sobre la Catedral puntualiza dos detalles más: dice que la Puerta del Perdón, que es la que hay junto al Sagrario, es lo único que se conserva de la antigua mezquita de Málaga, y relata diferentes hipótesis sobre las cadenas que rodean a la plaza que da entrada al templo. «Se dice que son las cadenas de los cristianos liberados por los Reyes Católicos cuando tomaron la ciudad».

El itinerario termina con paradas en San Agustín, Granada y Alcazabilla. En el primer punto habla de la figura de Picasso y de su museo (en el resto de la visita no hay ninguna otra referencia a los museos que hay en la ciudad); en Granada se refiere a la iglesia de Santiago, y en Alcazabilla se detiene junto a la figura de Ibn Gabirol, «que fue el primer malagueño internacional y es muy poco conocido por los malagueños».

Para terminar, y tras sorprender con algunos detalles sobre la Alcazaba, el teatro Romano y el garum que se producía en esa zona, aprovecha para recomendar a los visitantes que coman en El Pimpi, «un sitio muy tradicional con una decoración andaluza y buena calidad-precio», y para cotillear que «en ese ático vive Antonio Banderas, aunque estos días parece que está en Barcelona y no os lo vais a cruzar». La ruta concluye entre aplausos, con una foto de familia y con los turistas pasando por 'caja' y una somera idea de lo que es y representa Málaga.

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