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El 11 de diciembre de 1831, el general José María de Torrijos fue fusilado junto a 48 compañeros en las playas de San Andrés, en uno de los periodos más negros del absolutismo en España, el correspondiente a la etapa final del reinado de Fernando VII (la ominosa década). El motivo de ser pasados por las armas fue querer defender la libertad y proclamar la Constitución aprobada en Cádiz en 1812. El general Torrijos fue engañado por el entonces gobernador de Málaga y también militar Vicente González Moreno, conocido por el sobrenombre de Viriato.
Estos hechos y la figura de Torrijos, que murió «con valor y dignidad», han sido recordados este sábado en un acto institucional organizado por el Ayuntamiento de Málaga, con la colaboración de la Asociación Histórico-Cultural Torrijos 1831, que preside Esteban Alcántara. El marco elegido para evocar a Torrijos y a sus 48 compañeros ha sido la plaza de Merced, donde reposan los restos de los fusilados en las playas de San Andrés, en la cripta del monolito inaugurado en 1842 dedicado a los 49 liberales ejecutados por luchar contra el absolutismo y defender la Constitución de 1812. El único que no comparte enterramiento con los que fueron pasados por las armas es el norirlandés Robert Boyd, cuya sepultura está en el Cementerio Inglés de Málaga.
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha dicho que José María de Torrijos fue un «militar y un patriota comprometido con la libertad en España» y ha señalado que acto de homenaje se llevaba a cabo para recordar «un gesto heróico». El regidor, que ha puesto en valor el trabajo que realiza la Asociación Histórico-Cultural Torrijos 1831, ha asegurado que cada vez se profundiza más en el aprendizaje de un siglo complejo como fue el XIX. «El general Torrijos se levantó con la finalidad de que se volviese a implantar la Constitución de 1812», ha indicado De la Torre, quien ha recalcado que el fusilamiento de Torrijos y de sus compañeros originó una gran conmoción en Málaga.
A ese respecto, el alcalde ha explicado que en 1842 se inauguró en la entonces plaza de Riego (hoy de la Merced) un monolito dedicado a Torrijos, costeado por los malagueños y proyectado por el arquitecto Rafael Mitjana. «Málaga acoge la semilla de la libertad en la plaza de la Merced», ha afirmado De la Torre, que ha recalcado que con la Constitución española de 1978 se ha conseguido alcanzar el sueño de los liberales que pagaron con su vida la lucha por la libertad. El alcalde ha terminado su alocución con vivas a Torrijos, la libertad, la Constitución, el Rey y España.
Seguidamente ha intervenido Esteban Alcántara, quien ha manifestado que «el obelisco de la plaza de la Merced es un signo claro de las libertades»; ha habido unas ofrendas de flores a los pies del monolito de Torrijos y la Banda Municipal de Málaga ha interpretado los himnos de Andalucía y de España. Finalmente, personas vestidas de época han recreado el fusilamiento de Torrijos y sus compañeros, se ha leído la carta que Torrijos escribió a su mujer, Luisa Sáenz de Viniegra, horas antes de ser ejecutado, y el actor que encarnaba al general ha lanzado una proclama en defensa de la libertad.
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