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Episodios de fuertes lluvias como el registrado este martes en Málaga capital y la zona del Guadalhorce sirven para profundizar en el conocimiento del comportamiento del cauce urbano del Guadalmedina, para el que el Ayuntamiento tramita un ambicioso plan urbanístico que contempla embovedar un tramo ... de unos 350 metros entre los puentes de la Aurora y de Armiñán para crear una gran plaza sobre el cauce que una el Centro con el barrio de la Trinidad, trazar los bautizados como 'puentes-plaza' en la zona de Santo Domingo y soterrar el tráfico en las avenidas laterales donde todavía discurre en superficie.
Mientras se completa la tramitación para aprobar este plan para el Guadalmedina, que todavía se encuentra en una fase inicial de análisis ambiental por parte de la delegación de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente que ya ha consumido más de dos años, el Consistorio avanza en un estudio más en profundidad de las condiciones naturales del cauce para ver si son compatibles o no con las propuestas que se están diseñando a nivel urbanístico.
Estas tareas se están desarrollando desde el área de Sostenibilidad Medioambiental que dirige la concejala Penélope Gómez. Para ello, desde Emasa se contrató el año pasado a la empresa Narval Ingeniería que, con un presupuesto de 131.587 euros, tiene encomendada la tarea de elaborar una modelización hidráulica del río. Esto servirá para verificar la viabilidad de las actuaciones previstas en el plan para el Guadalmedina, después de que otro estudio de la Junta haya reducido de 600 a 460 metros cúbicos por segundo la capacidad para desaguar los aportes de los arroyos y de la presa del Limonero.
No obstante, este trabajo de Narval se apoya a su vez en otro que, también por encargo de Emasa, está realizando la empresa granadina Ingeniería y Control Remoto, por un importe de 96.338 euros. Se trata de la instalación de casi una treintena de sensores en los puentes del Guadalmedina, los arroyos y los colectores de saneamiento que vierten al río para medir cuál es el caudal que soporta en momentos de fuertes lluvias como las que se han producido esta semana.
Así, episodios de intensas precipitaciones como el de estos días sirven para conocer en profundidad y revisar el comportamiento del río, una tarea que, según fuentes municipales consultadas, debería prolongarse de durante al menos dos años años para tener un radiografía lo más completa posible del papel y las condiciones del Guadalmedina como canal de evacuación de aguas.
Según las fuentes, en estas lluvias, los sensores han llegado a registrar valores de 70 centímetros de calado en algunos puentes, es decir, la lámina del agua ha alcanzado un nivel de 70 centímetros respecto al lecho del río. No obstante, el Ayuntamiento va a emplear estas mediciones «para un primer calibrado del modelo» del Guadalmedina, ya que para verificarlo bien «harán falta varias lluvias de varios periodos de retorno», han apuntado.
Según se especifica en las bases del contrato con Narval, este sistema de «monitorización de caudales» del río permitirá «calibrar el modelo hidrológico y el modelo hidráulico, y ajustarlo a los datos obtenidos, en caso de ser necesario». De este modo, se podrá hacer una «revisión de las propuestas de actuación» contempladas en el estudio de esta ingeniería, que tenía encomendado diseñar actuaciones para garantizar la seguridad frente al riesgo de inundación durante episodios de tormenta en el Guadalmedina y, al mismo tiempo, para la «mejora y aprovechamiento del río para su uso ciudadano», incluidas operaciones de embovedado parcial.
Para contener y laminar el agua que vierte al río se planteaba el estudio de implantar trampas para acumular acarreos y diques de consolidación en los cauces de los arroyos, desviarlos (está previsto el desvío del arroyo de los Molinos al arroyo Humaina), ampliar el cauce del Guadalmedina donde sea posible, modificar su encauzamiento y generar un cauce de aguas bajas en el lecho del río, como ya hizo la Junta dentro del proyecto para generar dos paseos en las bermas aguas arriba del puente de Armiñán, si bien ese riachuelo de agua permanente ya ha desaparecido.
En cualquier caso, habrá que esperar al menos dos años para terminar de contrastar todas esas propuestas con los datos que aporten los sensores instalados para medir el pulso a un río que, en estos días, parece haber aguantado correctamente el discurrir del caudal provocado por las fuertes precipitaciones de la DANA. Mientras, en los despachos oficiales seguirá la lenta tramitación del plan que fue diseñado por el Ayuntamiento en 2019 y que todavía tiene que ser validado definitivamente a nivel ambiental por la Junta, que en principio aprueba las propuestas que contiene, valoradas en unos 200 millones de euros.
No obstante, desde Medio Ambiente se ha pedido al Consistorio que se introduzcan medidas para proteger especies vegetales y animales protegidas, que se detallen acciones concretas para mitigar los efectos del cambio climático con el uso de energías renovables y para reducir la emisión de gases, que se aporte un análisis paisajístico de las actuaciones que abarca el plan, y que se tengan en cuenta cuestiones en relación al riesgo sísmico y a la economía circular, entre otros asuntos.
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