Málaga subirá un 32% el recibo del agua el verano que viene

En suma, los bolsillos de los malagueños empezarán a notar esta subida hacia el verano. La contestación política y social del primer anuncio, que hablaba de una subida de golpe de un 42% ha llevado al Ayuntamiento a replantearse su aplicación: subirá algo más, un 44%, pero de manera escalonada durante cinco años. Y para el año que viene, un 32,8% de media, según adelantó SUR el 6 de noviembre. A partir de ahí, el recibo experimentará alzas anuales hasta 2028, cuando la subida final será de 12,97 euros, aproximadamente un 44% con respecto a la actual.

Es la primera subida en los últimos ocho años, en los que el IPC ha aumentado más de un 27% y ha disparado costes como los energéticos y de suministros.

Ahora mismo, el recibo medio bimestral según el consumo medio de una familia es de 29,18 euros. El año que viene será, por lo tanto, de 38,6 euros y, en 2028, de algo más de 42.

Eso en cuanto al recibo doméstico, pero el agua también subirá para los demás usos. En este sentido, los comercios pagarán de media 28 euros más por recibo. Las comunidades de propietarios sin contadores pasarán a pagar 210 euros por recibo.

El dinero que se ingrese de más se va a destinar no sólo a garantizar el equilibrio financiero de Emasa, muy alterado por capítulos como los 13 millones de euros de gasto energético anual debido fundamentalmente al funcionamiento de las instalaciones del Atabal, sino también a la ejecución de obras necesarias en infraestructuras ante la acuciante sequía y a la prestación de nuevos servicios. Así, en próximos días, Emasa dará a conocer su plan de inversiones.

En este sentido, se prevé una inversión de 100 millones de euros para proyectos de abastecimiento, defensa contra inundaciones, disminución de vertidos al mar, la separación de redes o aumentar la cantidad de agua regenerada. Por ejemplo, Emasa se fija como objetivo inyectar en la red hasta 500 litros por segundo de agua regenerada que pueda ser utilizada por ejemplo en la limpieza viaria, en parques y jardines, etc.

De momento son 130 las actuaciones previstas. Entre ellas, se encuentran la ampliación de la capacidad de los colectores de Carretería y San Lorenzo por la Avenida Manuel Agustín Heredia y hasta el interior del Puerto; un nuevo colector de pluviales para resolver los problemas históricos de inundación en las barriadas Alaska, Dos Hermanas, 25 Años de Paz; tres nuevas conexiones con el embalse de la Viñuela y nuevos depósitos de almacenamiento en la zona Este; nuevas estaciones de bombeo de aguas residuales en Churriana (zonas Parador y Arraijanal); sustitución de tuberías de amianto y reducción de fugas, o un proyecto para recuperar las aguas de lavado de las membranas de desalinización del Atabal. Ya hay redactados proyectos por un montante de 53 millones de euros y que, por lo tanto, podrán entrar en fase de obras.

La subida va a ser gradual porque el encarecimiento de los servicios de saneamiento y depuración tiene un desarrollo a cinco años. En el caso del saneamiento la aplicación es del 72,20%, 78,17, 84,11, 92,10 y del 100% sucesivamente en cada ejercicio. La depuración tiene un recorrido similar, aunque se aplica la revisión en un 92,70%, 94,24%, 95,90%, 97,94 y, finalmente, 100%.

Entre las novedades que se aplicarán en la factura es que se elimina el concepto de desalación. Lo mismo ocurrirá con el canon que se había anunciado para obras. También se elimina el recargo de impulsión, que ahora afecta a 47.000 clientes.

Otro concepto que se añade a la factura, pero, en este caso no es competencia del Ayuntamiento, es el canon de mejora que la Junta de Andalucía dejó en suspenso en este ejercicio 2023. El importe ronda los 3 euros por factura en la capital.

Entre las nuevas responsabilidades para justificar el alza en los recibos, Emasa pasa a asumir las injerencias de las comunidades de propietarios y las casas con la red de saneamiento. Son 84.000 e implican un impacto económico de 3,2 millones de euros anuales. La empresa también asume también asume la red de pluviales, que supone otros 4 millones. Aquí se incluyen 666 kilómetros de redes, 40 de arroyos embovedados y 58.488 de imbornales.

Sobre la sequía, Gómez ha valorado las medidas para buscar nuevos suministros en el Bajo Guadalhorce, reparación de fugas y bajadas de tensión, etc. En cuanto a posibles restricciones, volvió a asegurar que hay agua para un año y descartó por el momento cortes del suministro.