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Los factores son múltiples. Van de la sequía, a suelos de mala calidad, a la dura competencia por el suelo por estar los pies de ... los ejemplares demasiado juntos... El Ayuntamiento es reticente a ofrecer datos actualizados de este calvario para los parques periurbanos de la ciudad. Ya el año pasado eran prácticamente mil los ejemplares afectados, sobre todo pinos. Castigados por esos factores y debilitados, la conjunción de plagas oportunistas hace el resto. Caen en cuestión de semanas.
Ahora, el Ayuntamiento de Málaga acaba de aprobar una modificación presupuestaria para llegar a los 2,8 millones de euros necesarios para un convenio con la Diputación. Hasta ahora venía realizando las tareas de seguimiento con la Universidad de Córdoba y las empresas adjudicatarias del servicio de zonas forestales. Pero es necesario ahora ir más allá y ver el calado provincial del problema.
Los técnicos municipales siempre remarcan que es un problema de toda España en todo caso. «Esta situación se produce como consecuencia de las condiciones climáticas actuales, aunque en los últimos meses se ha agudizado el decaimiento de ejemplares por la presencia de insectos perforadores de la madera que aceleran la muerte de los árboles más debilitados», indican desde el Área de Sostenibilidad.
Una de las claves es la de realizar clareos, retiradas de pies muertos y plantación de especies más resilientes, además de apostar por las autóctonas y arbustivas. «Se trata de eliminar los árboles que por su estado sanitario (pudrición, seca y afectación de los insectos perforadores de la madera) puedan suponer un riesgo a la ciudadanía (caída) o al resto de la vegetación (propagación) y promover prácticas forestales resilientes para mejorar el ecosistema y favorecer el aumento de la heterogeneidad de las zonas afectadas y, por tanto, la biodiversidad de los espacios forestales», añaden.
Se parte precisamente del estudio de la UCO, concretamente al Departamento de Ingeniería Forestal de la Escuela Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes. «Se va proceder al apeo de los árboles muertos, así como a su eliminación, con objeto de controlar la presencia de insectos y evitar su expansión. Posteriormente, se procederá a la plantación de especies arbóreas más adaptadas al clima mediterráneo», inciden.
Este estudio, realizado sobre cinco parcelas de muestreo de los parques Gibralfaro, Monte Victoria, El Morlaco y Monte San Antón, concluye que los agentes desencadenantes del decaimiento de los pinares son principalmente de carácter abiótico (fundamentalmente la irregularidad y disminución de las precipitaciones, el aumento de las temperaturas y periodos continuados de temperaturas cálidas) y de competencia ecológica incrementada por la escasez de recursos hídricos. No obstante, agentes perforadores de la madera (principalmente las especies orthotomicus erosus ycrypturgus numidicus) aprovechan la disminución de las defensas de los pinos afectados para desarrollarse en su interior, acelerando su muerte.
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