Málaga planea limitar los pisos turísticos a las plantas baja y primera en las zonas saturadas

Lo más probable es que, a lo largo de este año, este decreto pueda ser aprobado por el Gobierno andaluz y entre en vigor. Será entonces cuando se darán las condiciones que ha venido reclamando el alcalde, Francisco de la Torre, para poder regular los pisos turísticos, ya que dispondrá de un marco normativo a nivel regional para hacerlo, y no solo de sentencias judiciales que lo avalan.

Según ha podido conocer SUR, esa regulación de las viviendas turísticas a nivel municipal se hará mediante una modificación de la normativa del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de Málaga en la que se diferenciarán dos tipos de viviendas: la de estancia permanente o residencial habitual, y la de estancia temporal o residencia transitoria. Así se expresa en los documentos remitidos por el Consistorio a departamentos de la administración regional a modo de consulta previa sobre el procedimiento que prevé establecer para regular los pisos turísticos, que en los últimos años se han multiplicado exponencialmente en la ciudad. Actualmente están declaradas 9.920 viviendas turísticas que suman 51.322 plazas.

La intención del equipo de gobierno es establecer tres tipos de zonas en función de la concentración de estos pisos, para lo que tendrá en cuenta el número de los inscritos en el registro de la Junta. Así, el Ayuntamiento baraja que haya un tipo de zona en la que no haya limitación alguna para la implantación de más pisos turísticos, otra en la que estos no puedan superar el 50% de la superficie del edificio en el que se encuentren ni establecerse por encima de la planta segunda, y una tercera en la que, debido a la excesiva proliferación de estas viviendas, únicamente se podrán abrir en las plantas baja y primera de los edificios, y deberán contar con un acceso directo desde la calle, de forma independiente respecto al resto de la construcción.

El fin de esta propuesta de regulación es buscar un mayor equilibrio entre la vivienda de residencia permanente y la temporal, evitar los problemas de convivencia que en ocasiones genera la presencia de este tipo de alojamientos respecto a los vecinos residentes, y también modular el uso de los pisos de alquiler, cuyos precios han experimentado una notable subida en los últimos años, al reducirse la oferta por la tendencia hacia el destino turístico de las casas para alquilar.

No obstante, aún pueden quedar años por delante para que sea efectiva la regulación de los pisos turísticos en Málaga. En primer lugar tiene que aprobarse y entrar en vigor el decreto de la Junta. Y, en segundo lugar, tiene que tramitarse y aprobarse la modificación del PGOU, un tipo de expediente que puede tardar uno o dos años.

Mientras tanto, todo apunta a que las viviendas turísticas seguirán floreciendo en Málaga, aún inmersa en un 'boom' de proyectos de alojamientos en el que parece que hay margen de negocio tanto para particulares como para empresas que ponen en marcha un hotel o apartamentos.