

Secciones
Servicios
Destacamos
Los gruesos cimientos de hormigón de la fábrica de cervezas Skol, que estaba allí en el siglo XIX, rompen la traza de muritos de piedra ... que aparecen un poco más abajo, y de las que apenas se conservan algunos restos. Aún así, lo poco que ha aparecido ayuda a seguir aprendiendo sobre la historia de la Málaga musulmana. Las obras del metro en Armengual de la Mota, frente a El Corte Inglés, han sacado a relucir nuevos secretos del pasado, desenterrados tras ocho siglos.
Las lluvias de la última DANA cayeron en el peor momento posible, justo cuando la excavación había quedado al descubierto y fue anegada por la lluvia y el barro, por lo que han hecho mucho daño. A cambio, han actuado como una especie de «tanque de tormentas», que evitó males mayores a las calles de su entorno. Además, dado que en el fondo lo que hay es arena de playa, el agua se infiltró en pocas horas, de camino hacia algún acuífero.
Una vez que se ha vuelto a limpiar, en pocos días gracias al trabajo de un equipo de casi 20 personas, comienzan a emerger los vestigios. Junto a los restos de un patio, que normalmente estaba en el centro de la vivienda, con un pozo para el suministro de agua del hogar, un arqueólogo señala a un suelo pintado de rojo que es propio de la época califal. De hecho, esta fase de la excavación ha puesto al descubierto el final del Califato en Málaga y el inicio del periodo taifa.
A pesar de su estado precario, ha habido algunos hallazgos llamativos. Sobre todo, los investigadores destacan que, para poder cimentar sobre las arenas, los malagueños del siglo X-XI ya realizaban mejoras del terreno, con obras de ingeniería para asentar la superficie con arcillas o mediante rocas clavadas. Sobre estas, se levantaban los muros de las casas. Es un sistema constructivo que aquellos pobladores traían bien aprendido de su lugar de origen, en los desiertos del norte de África.
Sin embargo, esa parte de la ciudad se abandona pronto, seguramente acosado por las razzias o ataques de cristianos u otros enemigos. Pero, sobre todo, por el continuo desbordamiento del arroyo del Cuarto, que discurría por allí y que, tal y como ha quedado patente durante las excavaciones, provocó el colapso de algunas viviendas... Algo que suena familiar en estos días posteriores a las inundaciones de las recientes danas. De manera que a partir del siglo XIII esa parte del arrabal de Attabanim cae en el olvido y queda convertida en campos de cultivo y huertas durante varios siglos.
En algunas partes del tajo, la fase de estudio histórico ya está terminando. Los restos están muy deteriorados y, a criterio de los historiadores, no hay nada que merezca la pena ser conservado en el futuro museo arqueológico del metro, que estará situado muy cerca de allí: en el túnel de la avenida de Andalucía, entre el antiguo edificio de Correos y la sede de la Agencia Tributaria.
Tampoco han aparecido todavía indicios de la muralla nazarí que previsiblemente puede surgir entre la esquina del Banco Santander y la cafetería Starbucks, en el cruce de Hilera con Armengual. Este es, por ahora, el único vestigio que, en función de su grado de conservación, podría tener afección sobre el ritmo de avance de las obras del metro, aunque de momento se desconoce su estado de conservación y se presupone que estará muy deteriorado por obras de épocas recientes.
La consejera de Fomento, Rocío Díaz, asegura que la Junta está trabajando «con las máximas cautelas arqueológicas» en la prolongación del metro hasta el Nuevo Hospital. «Ha quedado demostrado que las obras, además de mejorar la movilidad, han contribuido a rescatar la historia, poniendo en valor la huella que dejaron las diferentes civilizaciones».
«Para ello, contamos con equipos de arqueólogos con gran conocimiento del terreno, pues son los mismos que participaron en las anteriores intervenciones». Además, Rocío Díaz destaca la colaboración y coordinación con la Delegación Territorial de Cultura, «que nos permite anticiparnos y compaginar la investigación arqueológica con el desarrollo de las obras».
Aunque el tajo excavado en los primeros 60 metros del futuro túnel hacia el Civil se corresponde todavía con el arrabal de Attabanim (igual que en la cercana avenida de Andalucía), esta parte tiene un estado de conservación deteriorado por la coexistencia con las cimentaciones de las naves industriales de finales del XIX.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Descubre la fruta con melatonina que te ayudará a dormir mejor
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.