Málaga muestra su apoyo a la tasa turística y rechaza gravar el agua al sector

La moción de la coalición de izquierdas recogía en su expositivo la posición del alcalde, Francisco de la Torre, a favor de la implantación de una tasa turística, con lo que acerca sus planteamientos a los expresados ya por los regidores de Córdoba y Sevilla. «De igual forma, recientemente, la Junta de Andalucía se abierto a estudiar un marco regulatorio y ha mostrado su disposición a abordar la tasa turística con los municipios, a la vez que reconoce la carga cargas económicas que tienen que soportar y las necesidades de las ciudades turísticas para proporcionar a las personas visitantes, a la vez que a las residentes», se recogía en la moción, que ha sido defendida por la portavoz, Toni Morillas.

Los puntos que se han debatido han sido: posicionar institucionalmente al Ayuntamiento a favor de la tasa; instar a la Junta de Andalucía a regular este concepto en cada modalidad turística; implantar un tasa de basura para las viviendas turísticas; otra tasa específica de agua; hacer públicos los informes elaborados por Gestrisam al respecto de la concentración de la propiedad; pedir a Vía Pública a agilizar el proceso de retirada de todos los candados llavero que hay anclados por toda la ciudad, y estudios de diagnóstico entre el Ayuntamiento, la Universidad y otros organismos sobre la concentración de viviendas turísticas en distintas zonas de la ciudad, así como la presencia de fondos y otros inversores. Han salido aprobados sólo los dos primeros.

La representante de Vox, Yolanda Gómez, ha mostrado su rechazo frontal a la tasa turística por no verla solidaria, ni estar a favor de que sea una tasa finalista y por el daño económico al sector. «En Málaga hay que hacer un estudio de mercado, que ya lo ha hecho el sector, y va a impactar muy negativamente. Se va a acabar desviando el turismo hacia otros destinos mediterráneos. El mercado de Málaga es muy sensible a los precios», ha señalado, al tiempo que ha criticado medidas «intervencionistas». También se ha mostrado crítica con el último decreto de la Junta por ser más «laxo» con las viviendas turísticas.

Por el PSOE, Maricarmen Sánchez, ha mostrado su posición favorable. Su lógica: apenas va a repercutir en el bolsillo del visitante y sí va a venir bien para la prestación de servicios públicos. «Estamos hablando de un consumo de agua ahora en sequía. Se van a llenar las piscinas de los complejos turísticos y creemos que hay que colaborar. Tenemos monumentos muy importantes que la tasa turística podría ayudar a mantener o rehabilitar», ha dicho, al tiempo que ha defendido una moratoria de viviendas turísticas en la ciudad. «Están tensionando los precios y expulsando a los malagueños de los barrios», ha dicho.

Por el equipo de Gobierno ha sido el edil de Turismo, Jacobo Florido, el responsable de intervenir en el debate y fijar postura. «Más del 90% de los propietarios tiene entre 1 y 2 viviendas y es un complemento a sus ingresos. Y hablemos con propiedad: no es un tasa, es un impuesto, el impuesto sobre la estancia turística. ¿Quién tiene potestad para hacer un impuesto: el Estado. Pídanselo al Gobierno», ha incidido.

Florido ha supeditado aplicar una tasa turística a una existencia de un diálogo y consenso. «No estamos en contra de la tasa turística. Eso sí, no estoy a favor de que la paguemos los andaluces y no los podemos excluir porque la normativa es clara», ha añadido. En este punto ha propuesto una enmienda en la línea de apoyar las conversaciones y acuerdos con el sector. Las enmiendas han sido rechazadas por el grupo proponente, que pedía claridad al PP.

«Triple pirueta. Siempre han dicho que es la Junta la competente. Y hoy cambian la posición del alcalde sobre la tasa turística porque Moreno Bonilla se ha echado atrás. Y ahora señalan al Gobierno», le ha recriminado Morillas, que ha pedido claridad al equipo de Gobierno en el posicionamiento sobre la tasa.

Sánchez, del PSOE, también le ha recordado al PP que la responsabilidad de la tasa es de la comunidad autónoma. «Otra cosa es que Moreno Bonilla no sea capaz de llegar a acuerdos con el sector», ha indicado.

Por su parte, Carlos Conde, ha tomado la palabra para hablar de la basura y el agua en calidad de concejal de Hacienda. Ha recordado que la tasa de basura fue frenada por los tribunales y que ahora se va a impulsar la prestación de un cobro por la prestación de servicios de basura. En cuanto al agua, no ha visto justificado este extremo, que, por otra parte, debería aplicar en todo caso Emasa. «Difícilmente podremos establecer que en una vivienda turística hay mayores consumos», ha apostillado.

Florido ha recalcado que el Ayuntamiento está a favor de la tasa turística si hay consenso con sector, que no se ha producido ningún cambio de postura.

El debate no es nuevo y llegaba otra vez al plenario en la antesala de un momento álgido como es la Semana Santa, cuando la ciudad espera recibir a 1,4 millones de visitantes.

La iniciativa de Con Málaga recoge que la tasa turística se aplica bajo diferentes fórmulas en ciudades como París, Florencia, Venecia, Berlín, Praga, Lisboa, Viena o Ámsterdam. En España, Cataluña y la Comunidad Valenciana cuentan con tasas aplicadas al turismo. Ciudades como Barcelona, Girona, Tarragona, Lleida, Palma de Mallorca, Ibiza, Menorca y Formentera aplican la tasa turística desde 2012 y 2016.

«Tenemos que resaltar que Málaga cuenta con un 150% más de pisos turísticos que plazas hoteleras y estamos asistiendo a una expulsión de la población joven de la ciudad y de los habitantes de nuestra ciudad a causa de la subida de los precios de los alquileres y por los problemas de convivencia derivados de las viviendas turísticas», expresaba la propuesta, que hacía especial énfasis al turismo en un contexto de sequía grave como la que sufre la provincia.

Según los cálculos de la formación, las más de 3 millones de pernoctaciones en hoteles, sumadas a las más 3,8 millones en viviendas turísticas, supondrían, con una tasa de un solo euro, una recaudación anual de 6,8 millones y, si se fijaran 2 euros, hasta 14 millones anuales.

Morillas también ha pedido la implantación de una tasa de basura, que ya fue aplicada en 2019 a las viviendas turísticas pero fue tumbada por el TSJA. Entonces se fijó, en concreto, para las viviendas de una a cuatro plazas, 63,90 euros; las de cinco a ocho, 127,80 euros; las de nueve a doce, 191,70 euros y las de más de doce plazas 255,60 euros.