En abril, todavía en pleno confinamiento, llegó la eclosión de las mariquitas, que son buenas aliadas contra las plagas. Sur
Málaga se llena de insectos
Explosión de vida ·
La confluencia de lluvias abundantes durante la primavera, temperaturas frescas al principio que subieron de golpe, y el menor cuidado de alcorques y jardines ha sido aprovechada por numerosas especies en la ciudad
Este año hay muchos bichos en Málaga. La frase se puede escuchar en casi cualquier reunión familiar y se ha convertido estos días en motivo de conversación. Como suele ser habitual, la sabiduría popular acierta. Sí, hay más insectos en la ciudad que otros años, y ello se debe a la confluencia de varios factores, que empiezan por una primavera atípicamente lluviosa, que fue fresca al principio y que está siendo calurosa al final. Y a ello se une el menor cuidado de alcorques y jardines públicos y privados, que ha hecho brotar con fuerza la vegetación, el hábitat natural de estos animales.
En las últimas semanas ha habido dos episodios especialmente llamativos: el de la explosión de las mariquitas, primero; y más recientemente la formación de nubes de quironómidos, los mosquitos que no pican. Pero hay muchos más insectos que han aprovechado la ausencia de actividad humana durante dos meses para tomar posiciones en los hogares. El catedrático de Zoología de la Universidad de Málaga (UMA), Raimundo Real, ayuda a identificarlos y a reconocer sus cualidades.
«La primavera es la época de los insectos, en invierno están con el metabolismo muy reducido, su biología esta totalmente vinculada a la de las plantas y se ayudan mutuamente», comienza. Además, añade otro factor, y es que la agricultura ha estado más parada por el confinamiento, lo que ha evitado muchos tratamientos insecticidas de otros años. «Es paradójico pero a veces se pueden ver más insectos en la ciudad que en el campo».
Las primeras en asomar fueron las mariquitas, que tuvieron su explosión en el mes de abril y que cumplen una función muy importante en el control de las plagas, ya que se alimentan de pulgones y de esta forma libran de estos molestos compañeros a los árboles. De hecho, técnicos municipales admiten que los ejemplares de la ciudad que están afectados normalmente están este año especialmente saneados.
Otro comentario habitual es la abundancia de hormigas, que están en plena actividad. «Es fácil que aparezcan en las cocinas en esta época, se meten en los alimentos y pueden formar hormigueros en los quicios de las puertas». En cambio, también tienen una función ecológica, en la medida en que «ordeñan» a los pulgones por el abdomen y les sirve como reserva de alimentos.
En los últimos días el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga ha recibido numerosos avisos sobre la presencia en puntos como Guadalmar, Parque Litoral e Intelhorce de lo que los ciudadanos aprecian como nubes de mosquitos, que aparecen sobre todo al atardecer y a primeras horas de la noche, atraídos por puntos de luz potentes como farolas y focos de chiringuitos. Se trata de quironómidos, que si bien pueden resultar molestos por su abundancia y su zumbido, en realidad no pican y son una fuente fundamental de alimento para aves y peces.
Pequeños aliados para combatir las plagas en los jardines de Málaga
El uso controlado de insectos permite combatir plagas sin necesidad de insecticidas químicos. Es lo que hace la empresa malagueña Grupo Lagar, que es pionera en el mantenimiento ecológico de jardines en hoteles de lujo y grandes villas de la Costa, instalaciones deportivas y comunidades de vecinos, entre otras. Su director general, Joseba Laserna, pone como ejemplo los temidos pulgones, que ellos combaten por dos vías: una avispa parásita (que pone sus huevos dentro y sus larvas se alimentan de ellos); y las mariquitas, que son depredadoras naturales.
Otra plaga habitual, la de la araña roja, se controla mediante la suelta de unos ácaros específicos; mientras que para las cochinillas, uno de los insectos más temidos en jardinería, se introduce en el hábitat otra avispa parásita (que actúa como en el caso anterior); y también un pequeño escarabajo, el cryptolaemus montrouzieri.
Los que sí pican son los mosquitos, sobre todo los tigre, que este año han empezado a fastidiar antes de tiempo, incluso en pleno invierno. Sin embargo, la incidencia en los puntos habituales, como Guadalmar, está siendo más baja que en otras ocasiones. Junto a los tratamientos que lleva a cabo el Ayuntamiento, el investigador apunta que ha habido menos temporales de levante y eso ha reducido la incidencia del mosquito de las marismas.
Mariposa monarca
Un caso especialmente llamativo es el que añade Antonio Román Muñoz, ornitólogo y profesor de Biología de la UMA: en Benalmádena ya existe una población estable de mariposas monarca, una de las más grandes y bellas. «Están vinculadas a las asclepias, una planta cada vez más común en los viveros y en los jardines de las urbanizaciones, aunque otras cruzan el Atlántico desde América en las masas de aire y alcanzan Europa casi todos los años».
También se ha producido la proliferación de avispas de cintura de hilo, alfareras o del barro, que son más grandes que las comunes y pueden pican. Sin embargo, son beneficiosas porque se alimentan de otros insectos, y además son parasitoides, esto es, sus larvas se desarrollan dentro de las de otras especies y se alimentan de estas, por lo que son muy beneficiosas para el control de plagas.
A modo de conclusión, el catedrático afirma: «La ciudad se ha asilvestrado un poco durante el confinamiento, pero no es nada malo ni alarmante; esta es una oportunidad para fomentar la coexistencia con la naturaleza».
Algunas de las especies más habituales que se pueden observar
Antonio Román Muñoz
Mariposa monarca: Ya hay una población en Málaga, vinculada a la asclepia, una planta común en los viveros.
Sur
Quironómidos: Se parecen a los mosquitos pero no pican. Sirven de alimento a aves y peces.
Mariquitas: Además de ser vistas como insectos amables, son un gran depredador de pulgones.
Mosquitos: Se alimentan de sangre, las peores picaduras las causan los tigre, que son una especie invasora.
Avispas de cintura de hilo o alfareras: Pueden picar, pero tienen un papel clave en el control de plagas.
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