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Los acantos del Parque se han llenado de varas con flores, con una profusión mayor que otros años.

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Los acantos del Parque se han llenado de varas con flores, con una profusión mayor que otros años. salvador salas

Málaga se llena de flores con la explosión de la primavera

Las copiosas lluvias de marzo y abril, junto a los nutrientes de la calima, provocan una eclosión de colores y aromas en los parques y jardines de la ciudad

Ignacio Lillo

Málaga

Domingo, 15 de mayo 2022, 00:43

La explosión de la primavera en Málaga tiene este año un color especial. Las copiosas precipitaciones de marzo, abril y los primeros días de mayo, junto a la calima, han provocado una floración explosiva en los parques y jardines de la ciudad. Con permiso del polen y de las alergias, lugares como el Parque, los jardines de Pedro Luis Alonso y Puerta Oscura, los de Picasso, y los jardines botánicos de la Concepción y de la Universidad, por citar algunos, merecen estos días una visita para reencontrarse con la naturaleza, antes de que el calor que ya aprieta marchite los pétalos.

Las lluvias de barro han provocado muchos problemas en la ciudad, pero si han tenido alguna ventaja esa ha sido la de nutrir el suelo con numerosos minerales, sulfatos y nitratos, que son vitales para las plantas. «Para crear esta diversidad de colores en tan poco tiempo se requiere de muchos elementos, que los ha aportado la calima», explica el botánico y profesor de la Universidad de Málaga (UMA), Enrique Salvo. «Esta floración, además de estar muy compactada en el tiempo, tiene una intensidad en los colores extraordinaria, para lo que es necesario algo más que el agua y la luz».

Los colores son importantes, porque cada uno está asociado a un grupo de insectos polinizadores. El blanco es el que mejor ven los escarabajos y los abejorros, que se alimentan, por ejemplo, de las grandes magnolias y quedan impregnados del polen. También son blancos los nenúfares, una de las flores más antiguas, que se pueden ver estos días en diversos estanques (como el del botánico de la UMA), y que tienen una particularidad que se está estudiando: son capaces de repeler el polvo.

Orden de los colores

La que Salvo califica como la «reina de las flores», la rosa, también está en su esplendor, con buenos ejemplos repartidos por toda la ciudad, aunque destaca la rosaleda de los jardines de Pedro Luis Alonso. Es también una de las plantas más hibridadas genéticamente, de la que se conocen casi 5.000 variedades, con distintas formas, colores y aromas. Como anécdota, una de las más premiadas lleva por nombre Penny Lane, en honor a los Beatles.

Por toda la ciudad, pero sobre todo en la plaza de la Merced y en el Jardín de los Monos (en la Victoria), las jacarandas aparecen completamente cubiertas de flores violetas. El botánico recuerda que este árbol simboliza la sabiduría, y por eso es habitual en los campus universitarios.

A ras del suelo, el Parque se ha llenado estos días de flores de acanto, una planta que da forma a uno de los estilos de los capiteles de las columnas clásicas, concretamente al orden corintio. También de alhelíes, en su variedad silvestre, que crece en las playas naturales y que tiene mucho interés en el entorno mediterráneo, por ser un preciso bioindicador de la calidad ambiental. En otro punto aparecen los ajos silvestres, con su olor desagradable. Una planta originaria de Sudáfrica, que es una de las pocas regiones del planeta que comparten el termo mediterráneo. «Este caso, como el geranio, la planta del dinero, la cinta y otras provienen de allí y se adaptan perfectamente porque tienen un clima casi igual».

Las azucenas y los lirios de San Juan, con vivos tonos amarillos y naranjas, dan pie a comentar el orden natural de floración de las plantas, en función de su color. Las primeras deberían ser, precisamente, las amarillas; luego las blancas, azuladas, violetas y rosas, según avanza la primavera y en relación con los insectos que cada una busca. Eso en la teoría, porque en la práctica este año la escala de tonalidades se ha difuminado y ha eclosionado todo a la vez.

Flores de todo el planeta

Los pacíficos o hibiscos, con su extensa variedad de colores, aparecen en muchos puntos, caso del Jardín de la Concepción. Estas flores han evolucionado hasta el punto de modificar su tonalidad a lo largo del día, para captar a distintos polinizadores.

Gracias a su clima privilegiado, en Málaga se pueden encontrar plantas procedentes de todo el planeta, empezando por las que la burguesía comerciante del siglo XIX cultivó en el Parque y en la Concepción. Entre los casos más llamativos está la bauhinia, más conocida como el Árbol de las orquídeas, por la forma de sus flores. «Si las viéramos con infrarrojos, nos daríamos cuenta de que contienen una serie de señales que indican a los insectos cómo llegar hasta los granos de polen».

Sin salir de Málaga también se pueden observar árboles frutales en su estado silvestre, como los manzanos y, sobre todo, los granados. Sobre estos últimos, El profesor explica que estudios genéticos recientes sitúan en la villa malagueña de Casarabonela el primer ejemplar que se cultivó en Europa. Y cómo no, multitud de especies que se usan en la cocina y en la perfumería, como la salvia, el tomillo, el romero, la lavanda, el hinojo, la mejorana, etc

El calor comienza a apretar en la ciudad y la eclosión de formas, colores y aromas se marchitará pronto; así que aprovechen estos días para salir a los parques y jardines y disfrutar del espectáculo de la primavera.

La riqueza de las hierbas humildes

A menudo, los vecinos se quejan de que las «malas hierbas» invaden los solares y descampados porque atraen a los insectos. Tanto es así que en algunos barrios, el Ayuntamiento ha tapado los alcorques de las aceras, donde sólo se mantiene el árbol (naranjo, jacaranda, etc). En cambio, el botánico Enrique Salvo advierte de que estas plantas tienen un papel trascendental para la polinización y para los cultivos.

La tendencia en la jardinería urbana en los países desarrollados es a mantener esta flora silvestre, sin desbrozar ni utilizar herbicidas. «En muchas ciudades se están aprovechando los alcorques para dejar que se críen solas las campanillas, las margaritas, los ajos silvestres y otras flores autóctonas», con el fin de que proliferen los insectos polinizadores.

Si se fijan y tienen suerte, en el campus de Teatinos es posible que encuentren alguna pimpinela escarlata, que da nombre al célebre personaje novelesco. Se mezclan, entre otras muchas hierbas, con el asfodelo, gamón o varilla de San José. Esta era tan abundante que fue la primera planta descrita por los griegos en sus viajes por la costa mediterránea andaluza. Incluso algunos investigadores la refieren como el posible origen primitivo de la palabra España.

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