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Limasam, la empresa municipal de limpieza que tomó el relevo de Limasa el 1 de julio de 2020, se ha cargado de un plumazo la fama de buen pagador que durante años se ha granjeado el Ayuntamiento de Málaga. Según ha podido confirmar este ... periódico a través de responsables de empresas proveedoras de la nueva sociedad pública Limpieza de Málaga, los retrasos en el pago de facturas se han convertido en una práctica habitual desde que Limasam cogió el testigo de Limasa, que pese a estar participada por el Consistorio funcionaba como una mercantil porque el 51% de su capital era privado. La razón fundamental tiene que ver con la burocracia y la supervisión de todos los pagos así como con el trasvase de contratos entre la anterior y la actual entidad.
Las quejas por la demora proceden de distintos empresarios que aseguran estar en apuros porque el pago de las facturas llega con cuentagotas, pero también lo reflejan los números, tal y como se viene acreditando en los sucesivos informes mensuales que realiza el departamento de Tesorería del Ayuntamiento sobre el periodo medio de pago a proveedores. El último, relativo al mes de febrero, recoge que la nueva entidad tenía pagos pendientes por valor de 782.858 euros y que tarda una media de 46,64 días en abonar los recibos por los bienes y servicios que contrata.
Para hacerse una idea, esta cifra supone el triple de los 15,92 que registraba el Consistorio y la sitúa entre los peores pagadores de las sociedades y organismos dependientes del Ayuntamiento, donde el plazo oscila entre las dos y las cuatro semanas con las únicas excepciones del Instituto Municipal de la Vivienda (88 días) y el Instituto Municipal para la Formación y el Empleo (IMFE), con 53. En estos dos casos se trata de situaciones coyunturales, ya que en los boletines anteriores se encuentran en torno al tiempo medio del conjunto del 'holding' municipal, que es de 29 días.
«Limasa siempre había pagado bien, pero desde el cambio a Limasam ha empeorado. Nos consta que están haciendo un esfuerzo para ponerse al día y agilizar todos los procedimientos burocráticos que requiere una entidad pública, pero tienen que mejorar porque a las empresas que no tengan colchón financiero las fulmina», afirma el gerente de una de las compañías proveedoras de Limasam que prefiere guardar el anonimato.
Estos retrasos han puesto con el agua al cuello a numerosas pymes. «Hemos tenido que echar a varios empleados y nos hemos salvado gracias al dinero que nos han prestado algunos familiares», comenta uno de ellos. Poco a poco, la entidad se va poniendo al día. De hecho, los 782.858 que adeudaba en febrero son menos de la mitad de los 1,87 millones que tenía pendientes en enero, cuando el periodo medio de pago era de 53,6 días.
Según apuntan varios proveedores, el abono de los pagos pendientes no guarda una relación temporal, de forma que se cobran antes facturas más recientes que otras que llevan más tiempo en el cajón. Del mismo modo, también se ha producido un cambio en la fórmula de pago. Limasa solía recurrir al 'confirming', un servicio financiero que ofrecen los bancos que permiten al acreedor cobrar el importe por adelantado cuando necesita liquidez inmediata. Ahora, se abonan por transferencia.
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