Las conducciones llegarían al parque del Campamento Benítez. Migue Fernández

Málaga impulsa un proyecto para regar zonas verdes y campos de golf con agua reciclada

La actuación, valorada en 5 millones, prevé duplicar el sistema terciario en la depuradora del Guadalhorce y crear una red de tuberías hacia Churriana y Torremolinos

Jueves, 25 de junio 2020, 00:10

La depuradora del Guadalhorce trata cada día unos 165.000 metros cúbicos de aguas residuales procedentes de las zonas centro y oeste de la ciudad (incluidas las barriadas de Churriana, Campanillas y Puerto de la Torre) además de Torremolinos y Alhaurín de la Torre. Sin embargo, la capacidad de reutilización de ese caudal tras ser sometido a un tercer filtro de depuración (sistema terciario) apenas alcanza la décima parte y, además, la práctica totalidad va para el sistema de refrigeración de la central eléctrica de ciclo combinado ubicada junto al PTA, con un consumo medio de casi 14.000 metros cúbicos diarios (14 millones de litros). Una realidad a la que Emasa pretende darle la vuelta sacando del cajón un proyecto consistente en duplicar el terciario en la depuradora y crear una red de tuberías que permitan aprovechar ese caudal para el riego de instalaciones de gran consumo del entorno.

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Y si están dispuestos a dar este paso es porque hay potenciales clientes interesados en comprar esa agua para el riego de sus espacios verdes, tales como el Parador de Golf, la zona residencial prevista en la sierra de Churriana con cerca de tres mil viviendas y un campo de golf en Rojas-Santa Tecla e incluso el centro comercial Intu contemplado en Torremolinos. Una futura demanda a la que también se sumarían la del aeropuerto y las de espacios públicos como el Campamento Benítez o el futuro parque en Arraijanal.

La mayor parte del caudal tratado se reutiliza para el sistema de refrigeración de la central eléctrica de Campanillas

Para avanzar en esta línea, la empresa municipal de aguas ultima la contratación de la empresa Cemosa, por 63.036 euros, para la redacción del proyecto constructivo para calibrar el coste de la obra (se estima en unos cinco millones de euros) y, de forma paralela, está estudiando con el Ayuntamiento cómo se facturaría el agua suministrada a los futuros clientes. Actualmente, a la central eléctrica se le cobra un precio concertado, aunque en estos casos podría optarse por establecer una tarifa, con una cuota fija y otra variable en función del consumo.

«El objetivo es aprovechar ese aumento de la demanda para retomar un proyecto que ya estaba estudiado pero que no llegó a ponerse en marcha, y lo hacemos pensando en toda la zona de expansión alrededor de la depuradora», explican desde Emasa, donde calculan que a finales de año tendrán el proyecto sobre la mesa, ya que ahora mismo está pendiente de contratación con un presupuesto máximo de licitación de 108.000 euros y un plazo de ejecución de seis meses.

600 metros cúbicos por hora

Aunque la actuación definitiva dependerá del citado estudio en el que se valoren las distintas alternativas, la propuesta elaborada de partida por Emasa contempla incrementar la capacidad de tratamiento terciario en 600 metros cúbicos por hora (14.400 metros cúbico diarios). Además, se construiría una red de distribución compuesta por un depósito para almacenar un día de consumo, unos 12 kilómetros de conducciones desde la planta hasta cada uno de los sectores y los sistemas de bombeo necesarios para impulsar el caudal a los diferentes puntos de consumo.

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Un intento fallido hace un lustro al quedarse sin financiación

La construcción de una nueva planta de terciario en la depuradora del Guadalhorce para aprovechar el agua reciclada para el riego de zonas verdes se remonta hasta 2011, cuando se diseñó una obra para regar los jardines del aeropuerto, el campus de Teatinos, el cementerio o los dos campos de golf de la capital. Costaría 16 millones, que adelantaría la sociedad estatal Acuamed aunque Emasa abonaría la mitad en 50 años.

Para ello, en 2013 se suscribió un acuerdo de financiación, que actualizaba otro de 2008 que planificaba esa inversión para la planta del Peñón del Cuervo pero que tuvo que descartarse porque la normativa impide vender esta agua a comunidades de propietarios. Pero ya era tarde, porque la obra debía estar lista a finales de 2015 para poder usar 6,8 millones de fondos europeos. La inversión no llegó a materializarse y el proyecto se guardó en un cajón. Ahora vuelve a reactivarse, aunque en un ámbito más reducido, de ahí que se cifre en unos 5 millones.

En cuanto al trazado, se ha diseñado un eje troncal de unos 8 kilómetros de longitud que, partiría desde la depuradora y discurriendo en paralelo a la antigua N-340 desembocaría en el futuro parque comercial y de ocio de Torremolinos, previsto en el entorno del Palacio de Congresos y del parque acuático.

De ese eje principal habría dos grandes ramales. El primero de ellos, que mediría algo más de 1,5 kilómetros, arrancaría en el cruce de Churriana y avanzaría hacia el sur para llegar al Campamento Benítez y a las puertas del Parador de Golf. El segundo, con una longitud similar, subiría desde la zona de La Cañada en Torremolinos hacia Cortijo de Maza bajo el trazado del Camino del Pilar (carretera A-7050) que conecta con Churriana para llegar hasta Rojas-Santa Tecla. En principio, ésa sería la propuesta inicial, aunque con visos de ser ampliada en el futuro con nuevos ramales a medida que se vaya extendiendo el uso de agua reciclada.

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