Fueron el salvavidas de la capital ante la famosa metasequía de 1995, y los van a ser de nuevo en la de ahora, casi 30 ... años después. El Ayuntamiento de Málaga y Emasa fiarán, desde el momento en que estén listas las obras, hasta la mitad del suministro de agua a la población a los pozos antiguos del bajo Guadalhorce. Se trata de un conjunto de 18 tomas en desuso, que van a ser rehabilitadas para aportar hasta 25 hectómetros cúbicos al año.
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El asesoramiento del equipo de Hidrogeología de la Universidad de Málaga (UMA), bajo la dirección del catedrático Bartolomé Andreo, ha recomendado reactivar las captaciones de este importante acuífero, que ya existen pero que tienen que ser restauradas, limpiadas y aforadas (para sacar la cantidad que sea viable, sin comprometer la viabilidad del río subterráneo), según explicó ayer la concejala de Sostenibilidad Medioambiental, Penélope Gómez, que compareció junto al gerente de Emasa, Juan José Denis.
Además, es necesario ejecutar varias obras: de una parte, una tubería para llevar el caudal hasta un depósito situado al norte del aeropuerto; y otra para enganchar con la red que llega hasta la desalobradora de El Atabal. Emasa ha redactado los proyectos y la Consejería de Agua de la Junta las pagará, con un presupuesto previsto de 15,5 millones de euros.
También hay que hacer una serie de trabajos en El Atabal, consistentes en la mejora de las instalaciones de tratamiento mediante ozono en dicha planta (con un valor de 600.000 euros). Con ello, esta infraestructura estará preparada para hacer frente a la llegada de un líquido con más contenido orgánico, como es la procedente de los pozos. En total, se van a invertir más de dos millones para preparar la estación para tratar este tipo de caudales nuevos.
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El permiso de Minas ya está concedido, por lo que la edil espera comenzar con los trabajos a finales de febrero, con un plazo de ejecución de seis meses. Una vez que estén operativas, estas captaciones permitirán un aporte de hasta 800 litros por segundo, un equivalente a 25 hectómetros cúbicos al año, que supone el 50% de la demanda hídrica de la ciudad de Málaga. Cabe recordar que el suministro que presta Emasa a todos sus clientes suma unos 1.500 litros por segundo, que equivalen a 47 Hm3 anuales.
Con todo, el aporte real dependerá de las condiciones finales en las que se encuentren dichos acuíferos y del aforo que los investigadores de la UMA determinen. Los primeros que se pondrán en marcha serán los de Perales y Puente del Rey, en el entorno del aeropuerto; y también están en el foco los de San Isidro (bajo la segunda pista); Intelhorce, Amoniaco, finca Marín y finca El Patillo (arroyo Bienquerido).
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«Las esperanzas están puestas en estos pozos, todos los técnicos de Emasa están trabajando en estos proyectos, y agradecemos a la Junta que haya entendido que son obras de emergencia; gracias a eso iremos mucho más rápido; van a ser un buen colchón para garantizar la demanda de la ciudad», valora Penélope Gómez.
El objetivo es llegar a reducir hasta un 20% la dependencia de los embalses del sistema Guadalhorce-Limonero, del que actualmente beben la capital y también los principales municipios de la Axarquía.
Para ello, también, se han acometido y ya están activas una serie de captaciones, tales como los pozos de Fahala y Aljaima, que suministran tres hectómetros cúbicos al año; y el aprovechamiento del caudal superficial del azud (pequeña presa) de Aljaima, que da 2 Hm3 más. Ahora, se trabaja también en reactivar otros nueve pozos más en Fahala y Aljaima, que estarán listos en dos meses y que pueden añadir hasta 400 litros por segundo (10-12 Hm3 al año).
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En otro orden, el cuarto decreto de sequía también contempla la ampliación del tratamiento terciario de la depuradora del Guadalhorce, para que se puedan regenerar y aprovechar la totalidad de los 150.000 metros cúbicos de aguas residuales que esta recibe cada día, con destino a riego de zonas verdes y agrícolas, así como a baldeo en el cercano parque del Benítez, Churriana, Arraijanal y Torremolinos, entre otros. Esta ampliación tendrá un presupuesto de 3,6 millones, financiados de nuevo por la Junta.
Al tiempo, se va a llevar a cabo una prueba piloto, mediante el cambio del punto de vertido de 20.000 metros cúbicos diarios de aguas regeneradas, que se van a volcar al cauce del río Campanillas (en el punto donde conecta con el Guadalhorce). El objetivo de esta iniciativa es lograr una mejora ambiental del cauce y, de paso, una recarga artificial de su acuífero. Tendrá un coste de 181.500 euros y empezará en un mes. Por último, el plan de reparación de fugas de la red (otro motivo importante de gasto) lleva acumuladas 30 actuaciones, con un valor de un millón de euros.
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