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Se han esforzado en los cuatro años de Secundaria y en los dos últimos de Bachillerato. No es nada fácil sacar un 10 en todas las asignaturas. Pero 138 chicos y chicas de centros públicos, concertados y privados de Málaga han conseguido el máximo grado ... de excelencia. Un trabajo, esfuerzo y sacrificio que el Ayuntamiento de Málaga ha querido recompensar haciéndoles protagonistas de los premios Educación Ciudad de Málaga, en su décimo quinta edición.
El Palacio de Ferias de Málaga acogió en la tarde-noche de ayer esta celebración. Chicos y chicas lucían sus mejores trajes y sonrisas para una nueva noche especial para ellos, como lo fue hace poco la graduación en sus respectivos institutos o los viajes de estudios con los que han cerrado una etapa de su vida.
Con una discapacidad que le ata a su silla de ruedas, Yusen Liu tuvo la precaución de acercarse al elevador para subir al escenario antes de que citaran su nombre. Un gesto que el alcalde, Francisco de la Torre, agradeció posteriormente durante su intervención. «No hay barreras para la educación», dijo en referencia a la incapacidad de Yusen, que no le ha impedido terminar Bachillerato con un 10 en el IES Portada Alta. Como también citó las intervenciones de las alumnas de Secundaria que tomaron la palabra en nombre de sus compañeros: Lilian Cazorla y Ángeles Muñoz, del colegio El Atabal, y de Mar Muñoz, del IES Teatinos.
Por los estudiantes de Bachillerato intervinieron Alejandro Mesa, del IES Campanillas, y Rurika Usui, del Vicente Espinel. Él levantó sonrisas del auditorio cuando dedicó el premio a su novia, «a la que quiero mucho», y a sus abuelos. Sobre Rurika, el alcalde dijo que es muestra de una Málaga abierta y cosmopolita.
Yusen Liu, de 19 años, estudiará en la UMA Ciberseguridad e Inteligencia Artificial. Nació en Barcelona y sus padres regresaron por un tiempo a China, de la que regresó, ya a Málaga, con 6 años. Agradecía a compañeros y profesores del IES Portada Alta el haberle hecho sentirse bien acogido entre ellos. Isabel, «más amiga que tutora», decía de él que es «inteligente, tenaz y trabajador incansable».
Cintia y Lidia Gómez Granados, hermanas de 18 años, emprenden ahora caminos diferentes después de haber estado todos estos años en el colegio Maristas juntas. Cintia estudiará el doble grado de Finanzas y Contabilidad y Lidia Ingeniería en Tecnologías Industriales. Las hermanas debatían sobre las horas de estudio que han tenido que dedicar una y otra (más en el Bachillerato de Ciencias, zanjó Lidia), pero que no les han impedido participar en el club de Baloncesto del colegio.
Algunos padres, madres y abuelos sustituyeron a los hijos que no pudieron acudir al acto, en su mayoría por estar ya disfrutando de sus vacaciones. También resultó curioso que una de las jóvenes recibiera el premio de manos de su padre. Mercedes Vila Aguilar, de 17 años, ha estudiado en el Sagrado Corazón. Su padre, Francisco Vila, vicerrector para la Reforma Estatutaria, Relaciones de Empleo y Negociación Colectiva, acudió al acto en representación del rector. Mercedes estudiará el doble grado en Derecho y Relaciones Internacionales en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Está en el equipo de remo del club El Candado (han quedado en tercer puesto en el Campeonato de España). «Cuanto menos tiempo tienes, mejor lo aprovechas», decía la joven.
En su intervención, Rurika Usui no pudo evitar las lágrimas al citar los esfuerzos de su madre. La familia conoció España en unas vacaciones y decidieron instalarse aquí, cuando tenía 9 años. La joven recordó su 0,25 en el primer examen -«no entendía nada», bromeó- que hizo en el Gaona, instituto y profesores a los que está muy agradecida porque «es un centro muy multicultural y se esfuerzan por facilitarnos las cosas». Habló sobre la dificultad de adaptarse a los cambios, que requieren un esfuerzo que «no es imposible» y dijo al auditorio que «estudiar es un privilegio». Ella podrá estudiar Medicina, en principio en Barcelona (pendiente de que se muevan las listas en próximas adjudicaciones), gracias a una de las 50 becas de estudio que ha concedido La Caixa.
El Ayuntamiento ha premiado a 138 estudiantes, 17 de Secundaria y 121 de Bachillerato, por sus expedientes de 10 al terminar sus estudios. Son 90 chicas y 48 chicos, una desproporción numérica que el alcalde, Francisco de la Torre, puso de manifiesto en su intervención, en la que habló de la educación como elemento clave para el progreso personal y también social. Los premios, aseguró, «simbolizan el esfuerzo realizado hasta ahora, que seguro hacen los más de ocho mil estudiantes de Secundaria y Bachillerato de la capital, pero que tienen en vosotros el máximo exponente con esa nota sobresaliente». Dijo a los chicos que ahora deben prepararse para ser útiles a la sociedad, estudiando y trabajando porque «necesitemos gente volcada y esforzada, lo más importante de un país es su capital humano», señaló.
En el acto de clausura también intervino el director de actividades sociales de la Fundación Unicaja, Miguel Gil, quien coincidió en que la industria del conocimiento «es clave para el futuro». Dijo a los chicos y chicas que ese premio «supone un gran broche para cerrar una etapa, pero al mismo tiempo representa el comienzo de otro camino en el que la formación va a contribuir a un mejor futuro personal y colectivo».
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