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Familias enteras participaron en la carrera por la conciliación y la corresponsabilidad en los cuidados.

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Familias enteras participaron en la carrera por la conciliación y la corresponsabilidad en los cuidados. Marilú Báez

Málaga corre la carrera de obstáculos de la conciliación y la corresponsabilidad

4.000 personas, más de 1.000 de ellos, hombres, participan en la iniciativa organizada por la Asociación Yo No Renuncio del Club de Malasmadres y el Ayuntamiento de Málaga

Domingo, 15 de septiembre 2024, 11:36

Familias enteras, padres, madres, niños, abuelos, abuelas, han madrugado este domingo para participar en la Cuarta Carrera de Obstáculos Yo No Renuncio, una prueba reivindicativa y festiva que organizan el Ayuntamiento de Málaga y el Club de Malasmadres. Había disponibles 4.000 inscripciones y se han cubierto todas, más de 1.000 de ellas, además, con nombres de hombre, lo que ha destacado Laura Baena, la presidenta de la Asociación No Renuncio: «Hay que hacer equipo», ha clamado, para arengar a la participación masculina y su implicación en la causa de la igualdad y la conciliación.

Porque la competición por la corresponsabilidad ha hecho gala en su participación mixta de ese mismo concepto. Por ejemplo, por allí estaba con la camiseta amarillo fosforito sobre la que llevaba prendido el dorsal Juan NG Molina, un hombre que se ha acogido a la reducción de jornada para cuidar a sus vástagos: «Así lo decidimos en la familia, porque era más fácil que me la cogiera yo: soy médico de familia y mi mujer es cirujana», explica, rodeado de más de una decena de personas, porque habían quedado cinco familias que se han conocido por el cole al que llevan a sus hijos, que también formaban parte del animado y deportista grupo. «La conciliación es difícil, pero se puede conseguir, y da igual que sea uno o sea otro el que se recorte la jornada», añade Juan NG Molina. Un ejemplo similar lo constituyen Raúl Torres y Carolina Florido, de 36 años, que se habían sumado a la carrera con su niño Raúl, de cinco años y medio: «Somos autónomos y nos repartimos, uno trabaja lunes y miércoles, el otro martes y jueves, el viernes nos lo tomamos libre todos y el fin de semana trabajo sólo yo», relata Raúl Torres.

El grupo de amigos de Juan NG Molina, quien se ha cogido jornada reducida para conciliar con su mujer. Marilú Báez

Pero los roles de género siguen pesando. Julia Moreno, de 32 años, decidía sumarse a la iniciativa reivindicativa porque ahora que tiene un niño de dos años ha tomado más conciencia sobre la importancia de la responsabilidad compartida. En su caso, ha sido ella la que se ha recortado jornada: «Él (su pareja) no quiso y eso que mis condiciones laborales son mejores, pero, por presión social, no quería dar la imagen de ser un hombre vago o de que le dijeran que hacía lo que suelen hacer las mujeres», relata.

La carrera discurría dentro del Estado de Atletismo Ciudad de Málaga y por sus alrededores. Los corredores tenían que saltar la docena de obstáculos físicos que hacían las veces de símbolos de los que hay que superar para conseguir la corresponsabilidad, la conciliación y la igualdad: el peso de la culpa que sufren las mujeres porque siempre piensan que no cuidan bien ni lo suficiente; los roles de género tradicionales que las atan a la casa y a los cuidados de mayores y pequeños; la soledad perpetua que sufren las madres; las tareas invisibles y que por tanto no se valoran y que tienen que realizar, como hacer de sostén anímico de la familia; la carga mental que acarrea hacerse cargo del hogar; el techo de cristal que les impide ascender en la empresa; la falta de corresponsabilidad en las tareas domésticas; la renuncia a la vida personal; el mito de la superwoman o de la madre perfecta que puede con todo; la carencia de tiempo libre y para los autocuidados; el coste de la conciliación; o el mobbing maternal.

Los participantes tenían que sortear obstáculos físicos que simbolizan los que sufren las mujeres para conciliar. Marilú Báez

Aunque uno de los principales obstáculos para la conciliación y la corresponsabilidad, relatan muchos de los testimonios recogidos por SUR, reside en los horarios laborales. Ello, explica Lourdes Méndez, que corría con su marido y sus dos hijos, obliga a que, o bien haya uno que se reduzca jornada o que se eche mano de los abuelos. En su caso, tuvo ayuda familiar, pero si no, habría sido ella quien se hubiera recortado horas de trabajo: «A veces no depende de que se sea hombre o se sea mujer, sino que tiene que ver con el cariz de las empresas».

Las participantes también se llevaron a sus bebés. Marilú Báez

Pero, en términos generales, Gema Cañete, otra de las participantes junto a su amiga Belén Gil, explica: «Los horarios laborales no son compatibles con los escolares. Los niños tienen jornadas en el colegio más largas que las de los adultos en el trabajo. Y, luego, en verano, como tengas varios hijos, cuestan más las extraescolares y los campamentos que lo que ganas tú de sueldo». Ante esa situación, apunta, «la primera que se suele recortar jornada es la madre». Aunque, tal y como añade Belén, cuando los niños cumplen doce años todos los beneficios laborales desaparecen y la vida se les complica aún más a las familias y surge eso de «he tenido que dejar al niño solo» y, si les pasa algo a los pequeños mientras, los «pero cómo es que ha dejado al niño solo», culpabilizadores hacia las madres.

Por eso, Baena apeló a la corresponsabilidad no sólo como un concepto a desarrollar en la familia, sino en el conjunto de la sociedad, implicando también a las empresas y a las instituciones, ésas que legislan y que hacen posible, por ejemplo, como relató a SUR Ana Almodóvar, de treinta años, que su generación pueda disfrutar de bajas iguales para el cuidado de hijos, a diferencia de lo que sucedía con la de sus padres, Ildefonso y Ana, que también correrían la carrera de obstáculos a la que les había apuntado la pareja de Ana, Efrén García.

El corte institucional de la cinta, que daba comienzo a la carrera de obstáculos. Marilú Báez

Junto a Laura Baena corrió también la atleta olímpica Ona Carbonell, conocedora de las adversidades que se encuentran las deportistas cuando son madres, pero también de los avances que se están registrando también en ese ámbito: en los Juegos de París las deportistas se han podido llevar a sus hijos. Y también Raquel López, directora de Mamifit España, que reivindicó el tiempo libre para las madres para su ocio, disfrute y autocuidados, muchas veces olvidados. Por parte institucional participaron el concejal Paco Cantos y Ruth Sarabia, delegada territorial de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad.

Tan nutrida era la participación, que estuvo llegando gente más allá del mediodía, porque, además, había ludoteca para los niños y puestecillos para entretenerlos con manualidades. Y además había actividades para los adultos, así como un taller de baile comandado por Raquel López.

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