Más controles de velocidad en las calles de Málaga

La incorporación de estos dos nuevos aparatos por un presupuesto máximo de 35.000 euros fue activada por el Área de Seguridad a raíz de la implantación de los denominados carriles 30, que son aquellos en los que la velocidad está limitada a 30 km/h para facilitar la convivencia de los vehículos a motor con las bicis y patinetes. A esta necesidad de garantizar que los conductores cumplen con esta normativa municipal que afecta a 50 kilómetros de vías de la capital surgió otra el pasado mes de mayo con la entrada en vigor de los nuevos máximos en casco urbano fijados por la DGT, que redujeron de los 50 a los 30 km/h el límite genérico en las ciudades, a excepción de las avenidas con dos o más carriles por sentido.

Pese al tiempo transcurrido, no será hasta ahora cuando llegarán estos 'refuerzos'. Tras varias modificaciones que han retrasado la compra de los dos nuevos radares que estaba prevista para mediados de año, el Ayuntamiento tiene prácticamente finiquitado el proceso de contratación a la única empresa que se había presentado al concurso: Tradesegur.

Según la propuesta de la compañía con sede en Madrid, se trata de dos radares láser de última generación que permiten hacer hasta tres fotos por segundo a una distancia de hasta 1.200 metros cuadrados, aunque las mejores lecturas de matrícula se realizan de 80 a 100 metros, además de medir excesos de velocidad que lleguen hasta los 320 km/h con un margen de error de 2 km/h. Además, la cámara de 5 megapíxeles cuenta con autoenfoque dinámico y geolocalización por GPS, que resulta imprescindible para la validación de las denuncias. Al ser portátil, puede ser instalado en cabina, sobre un trípode, en un quitamiedos, sobre un báculo o acoplarse al vehículo patrulla.

De forma paralela a los pasos dados por la Policía Local, en el Área de Movilidad también tienen previsto desplegar una red de radares fijos por toda la capital para vigilar la velocidad en las vías en las que no se puedan superar los 30 km/h. La intención es poner una hilera de cabinas en todos los tramos y un número más reducido de cinemómetros que irán cambiando de ubicación para aprovechar el efecto disuasorio que provoca ver la señalización del control aunque realmente no se sepa si en ese momento está operativo.

En cuanto a los límites de velocidad vigentes desde el pasado mes de mayo, los conductores deben partir de la base de que la velocidad máxima es de 30 km/h en todas las vías de un único carril por sentido y de 20 km/h en calles semipeatonales de plataforma única en las que calzada y acera están a la misma altura. Por ejemplo, los carriles bus no computan, por lo que lo que en el supuesto de un vial con un carril para el tráfico privado y otro reservado para el transporte público no se podrán superar los 30 km/h. En cambio, sí que se contabilizan los citados carriles 30, por lo que en el vial normal se podrán mantener los 50 km/h. Por lo demás, en todas las calles con dos o más carriles por sentido la velocidad máxima sigue fijada en los 50 km/h.