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La implantación de una zona de bajas emisiones que vetará a los vehículos contaminantes del Centro de Málaga empieza a cobrar forma. Con el objetivo de cumplir la normativa europea y la Ley de Cambio Climático que establece que todas las ciudades de más de ... 50.000 habitantes limiten el acceso de coches antes de que expire 2023, el Ayuntamiento acaba de adjudicar la instalación y puesta en marcha de un centenar de cámaras de lectura automática de matrículas para restringir el tráfico rodado en función del distintivo ambiental.
Los trabajos han sido contratados a la unión temporal de empresas formada por Tecnologías Viales Aplicadas y Tevaseñal con un plazo de ejecución de un año y un presupuesto de 3,1 millones, que serán financiados por los fondos europeos Next Generation a través del programa de ayudas del Ministerio de Transportes para la implantación de zonas de bajas emisiones (ZBE).
En principio, la delimitación contemplada abarca una envolvente total de 437 hectáreas que se iría aplicando de forma gradual en la que quedan englobados no solo la 'almendra' del casco antiguo, sino también toda la zona de La Malagueta y el Monte Sancha, el barrio de la Victoria, El Ejido, Capuchinos, Segalerva, la Trinidad, el Perchel y la zona de la avenida de Andalucía.
El método ideado para impedir que los vehículos accedan a esa zona en función del nivel de contaminación que provocan es el de un sistema de lectura de matrículas que estaría conectado con el centro de control de tráfico del Ayuntamiento y que podría llegar a abarcar medio centenar de localizaciones con 97 cámaras, una por cada carril de circulación de entrada y salida desde esta zona blindada. En cualquier caso, el Consistorio podrá determinar si establece permisos especiales para vehículos de servicios públicos, residentes, puntos de atracción concretos como equipamientos o comercios, y también para usuarios de aparcamientos públicos y privados.
La regulación del acceso de los vehículos a la zona se iría aplicando de manera progresiva. Así, el estudio prevé una primera etapa de desarrollo de cinco años, para 2025 ó 2026 aproximadamente, en la que se permitiría el acceso a los vehículos con distintivo medioambiental Cero, ECO, C y B, por lo que estaría prohibido el acceso a los vehículos sin ese distintivo. Estima que eso provocaría reducir en un 10% el tráfico que recorre la zona. No obstante, habría excepciones para vehículos de residentes y autorizados. Más a largo plazo, en el horizonte de 2035, la previsión es que la reducción del tráfico rodado sea de un 20%.
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