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Llamó la atención que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, dudara sobre si la portavoz de Ciudadanos, Noelia Losada, socia de gobierno del ... PP, iba a intervenir en el debate de los presupuestos en el pleno extraordinario de esta mañana. La segunda dejó claro que sí, y expuso sus motivos por el que estas cuentas no serían la de su grupo si gobernara en solitario, pero de hecho gobierna, mientras que la oposición aprovechó para hacer una enmienda a la totalidad de los cuatro años de mandato municipal, que en el caso de Unidas Podemos llegó a las dos décadas de gobierno De la Torre. El concejal de Economía, Carlos Conde, aprovechó su vertiente más moderada, pero sacó pecho por la «dificultad» que tenía este año cuadrar las cuentas con la subida de la inflación, los suministros, el sueldo de los funcionarios, la pérdida de los ingresos por plusvalía (tras la sentencia del Supremo) o el encarecimiento de las licitaciones de obras municipales mientras la presión fiscal no aumentaba en Málaga, y se iban a aprobar las cuentas con la máxima rapidez. «Son las cuentas de mayor complejidad de toda la legislatura, las más difíciles de los últimos 20 años», subrayó el viceportavoz popular para pasar a decir que tras la pandemia, la crisis económica con la guerra de Ucrania de fondo, se van a aprobar unas cuentas «con rapidez» que van a aportar estabilidad y proyección a la ciudad, protección social, desarrollo económico, inversión y servicios públicos. En total, 976,6 millones de euros, que si todos los plazos van rodados, se entiende que entrarían en vigor a mediados de enero, como subrayó en la rueda de prensa de presentación.
Conde puntualizaba que, sin subir impuestos los presupuestos, crecían con recursos propios 20 millones de euros y que la deuda bajaría al 58% en 2023, y enarbolaba el gasto en la Málaga social, 140 millones, con un crecimiento de un 7,5%, vivienda social, ayuda a las familias, red de atención a las personas sin hogar, entre otras; en la Málaga sostenible, 218 millones, con plantaciones de arbolado, mejora parques infantiles, la obra del túnel de la Alcazaba para aminorar el ruido en su interior, impulso al corredor verde; en la Málaga innovadora, 53 millones en la la reforma del mercado de Bailén, y la inclusión de placas fotovoltaicas en los mercados así como distintos programas de emprendimiento; la Málaga cultural, 63 millones en el Neoalbéniz, obras de adecuación de la Coracha-Gibralfaro, y la campaña de promoción turística, y 330 millones en la Málaga urbana, entre ellos los planes de mantenimiento de los barrios por más de 20 millones y la renovación flota de autobuses.
Losada aprovechó su intervención para decir que Cs sumaba para aprobar los presupuestos pero desmarcándose en varios aspectos de los mismos. «Echamos de menos cosas, y por supuesto no serían los presupuestos de Ciudadanos si gobernáramos» se entiende que en solitario, ya que lo cierto es que cogobiernan, «pero sí son los presupuestos de un momento crucial y difícil». Y aquí sostuvo que el control exhaustivo del gasto público era una seña de Ciudadanos, «este sustrato nos permite seguir brindado estabilidad» y daba cuenta, al igual que Conde, que el pago medio a proveedores era de 18 días. Subrayó que Málaga era un lugar para visitar e invertir, y que en como ciudad para vivir aún hacía falta la mejora de los barrios, la limpieza y respuesta al gran problema de la vivienda. «El Ayuntamiento de Málaga ha hecho esfuerzos a pulmón en vivienda», indicaba Losada, y hay que decirle a la Junta que deje ya atrás el discurso de la herencia recibida y que se ponga manos a la obra. En esta línea, abundó en que el Ayuntamiento había hecho un gran aumento en el gasto de vivienda pública, con las más de 1.000 viviendas proyectadas.
Fue especialmente dura la portavoz naranja con la no eliminación de la plusvalía mortis causa, diciendo que había habido un pacto entre el PP y el PSOE en un pleno «para no agredirse demasiado» y para que unos y otros se portaran bien respecto a este impuesto, y con una iniciativa de la Fundación Unicaja, que por aquella época aún le quemaba a la De la Torre.
Y respecto a la caída de la inversión, Losada minimizó el impacto diciendo que hubiera sido más fácil dedicarse a pintar partidas millonarias de proyectos que no se iban a ejecutar. «Preferimos austeridad y rigor al engaño y la infografía permanente», subrayó quitándole hierro a que no hay grandes proyectos en los presupuestos 2023.
La oposición, PSOE y Unidas Podemos, no tuvo piedad alguna con los presupuestos que se van a aprobar pronto y con la estabilidad de la ciudad que tanto pregonaba Conde, y lanzaron una ofensiva, que acabó siendo una enmienda a la totalidad de los cuatro años de gobierno de De la Torre. En cuanto a enmiendas propias, tanto el PSOE como Unidas Podemos, habían sumado 40 millones de euros, y ambas se quedaron en el cajón por los votos en contra del equipo de gobierno, PP y Cs, y el edil no adscrito.
Para el portavoz socialista, Dani Pérez, Conde había contado «el cuento de las cuentas», indicando que el presupuesto era el de la tristeza, sin chicha, sin espíritu, para sólo seis meses, que «cambiaremos si gobernamos» y que el PP deberá subir los impuestos si lo hace porque «el Ayuntamiento está en quiebra técnica», subrayando que había un informe para la subida del IBI, que más tarde Conde matizó que se trataba del IBI diferenciado, que había pedido Unidas Podemos, y que se aprobó en un pleno estudiarlo. Para Pérez, los presupuestos actuales, sin inversión, no son una palanca de cambio y le afeó al concejal de Economía, que habiendo sido leal el PSOE con las cuentas en 2021, ni siquiera en esta ocasión los llamaran para recoger alguna de sus propuestas. «Las inversiones reales caen un 45% en el Ayuntamiento y las de la Gerencia, un 47%», indicó y dio el nombre del funcionario municipal que había hecho el informe, Juan Carlos Sondermeyer cuando Conde le decía que tenía mal las cuentas, y que las inversiones consolidadas estaban en 118 millones de euros, y 25 millones eran en planes de conservación.
El portavoz socialista hablaba de cuentas que falsean la realidad y que no se había dedicado ninguna partida al Guadalmedina, Repsol, Arraijanal o el Campamento Benítez y que eso suponía la decepción de miles de malagueños, ni tampoco a la Málaga abandonada, la de los barrios, «con las mismas baldosas de hace 30 años y las mismas farolas». De la plusvalía mortis causa, subrayó que si gobernaban la eliminarían, y le afeó al PP que dijera que iba a ir reduciéndola en un 12,5% de forma anual y que no haya hecho nada. A Losada le espetó como respuesta: «Usted podía haberla eliminado, es equipo de gobierno», y acabó diciendo que las cuentas se salían adelante por el PP, por el voto dominado de Ciudadanos y de un tránsfuga (Juan Cassá).
El portavoz de Unidas Podemos, Nicolás Sguiglia, contó que había estado trabajando en el fin de semana lluvioso en las cuentas de los últimos 21 años del Ayuntamiento, 20.000 millones de euros, y le dijo al alcalde que, con estos números, «honestamente y con respeto, creo que usted está muy sobrevalorado» porque sobre esa cifra se tenía que medir su capacidad, y que en vivienda parecía el día de la marmota, y que había partidas que se repetían año tras año sin ejecutarse, que luego pasaban al olvido y luego volvían a los presupuestos. «¿Cómo podía haber avanzado la ciudad con un alcalde que interponga el interés general al negocio privado?», hizo como pregunta retórica. Indicó que la estructura del Ayuntamiento es ineficiente y onerosa, y le criticó, al igual que Pérez, los más de 5 millones de euros que se dedican a gasto de directores generales y asesores (fuera de la propia estructura funcionarial). «En todos estos 21 años ha dejado sin ejecutar el 71% de las inversiones previstas», subrayaba Sguiglia, al tiempo que criticaba que el PP siendo neoliberal no actuara con la supuesta eficiencia en la gestión de la que se vanaglorian, que inflaba partidas para luego jugar con las modificaciones de crédito a su antojo y que un buen gestor haría los números con la gente dentro, «que es lo complicado». Pasó a reseñar la diferencia social entre los barrios más pudientes y los menos, «unos servicios sociales infrafinanciados», que no creían en la sostenibilidad y que el río Guadalmedina, cuando se marchara De la Torre sería «una de las grandes vergüenzas de su gestión», ridícula red de carriles bici, política de vivienda favoreciendo a los rentistas y especuladores, «el alcalde de la desigualdad», dijo para terminar.
Conde volvió más fuerte en los turnos de replica, y acusó a la oposición de falta de rigor y de altas dosis de postureo, y que se habían quedado en argumentarios manidos poniendo de ejemplo a la calle Larios, cuya obra se hizo hace 20 años, y ahí entró a defender la gestión de las dos últimas décadas bajo el mandato De la Torre, que era una ciudad de moda y atractiva gracias al PP, y explicó que en las cuentas, precisamente, se incluyen 1.170 viviendas sociales para el próximo ejercicio, y que se mantenía «una amnistía fiscal» frente a las 25 subidas fiscales del Gobierno de la nación, y le pidió rigor a Pérez, dando cuenta de que el Ayuntamiento no podía estar en quiebra técnica cuando tenía los mejores ratios de toda la serie histórica, con un índice de solvencia del 560%. Se quejó de que Málaga, en los presupuestos del Gobierno era la última provincia en inversión, y que mirando a la bancada de la izquierda subrayó que no estaban para dar lecciones. «Somos la ciudad de moda, somos la capital que todos ponen de ejemplo, somos a pesar de ustedes y de su voto en contra, la ciudad redonda», dijo para finalizar levantando el ánimo de su bancada, que se vino arriba.
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