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Felip Ariza
Málaga, ante la desescalada

Málaga, ante la desescalada

Mascarillas y guantes, controles de acceso, limitación de aforo, mamparas, pulseras inteligentes, apps para rastrear contagios... Así será la «nueva normalidad»

Domingo, 26 de abril 2020, 01:49

Las salidas controladas de menores de catorce años suponen la primera medida de relajación del confinamiento decretado hace un mes y medio. El Gobierno anunció ayer un plan de desescalada cuyos detalles se conocerán este martes y que comenzará con la posibilidad de hacer deporte a partir del 2 de mayo. El presidente, Pedro Sánchez, reclama «prudencia» y advierte de que se trata de un proceso «lento y gradual» que se aplicará «por territorios». Con la pandemia remitiendo, pero aún bajo el eco de la tragedia (en España han muerto casi 23.000 personas por Covid-19, el tercer dato más letal del mundo después de Estados Unidos e Italia), el país se prepara para lo que los expertos han llamado «la nueva normalidad».

A prácticas con las que ya convivimos desde hace semanas, como el distanciamiento social o el uso de mascarillas y guantes, se sumarán diferentes fórmulas para facilitar cierta recuperación de la actividad habitual, como la instalación de mamparas en negocios, los controles de acceso a la playa y las limitaciones de aforo en comercios. La tecnología, a través de apps y pulseras inteligentes, jugará un papel clave en este nuevo mundo, como explica Joaquín Cuenca, cofundador de Freepik: «Ya hay países que usan aplicaciones para rastrear posibles contagios. No es lo ideal, porque pueden saber con quién has estado, pero si queremos hacer una vida medio normal no hay muchas más alternativas». Entre la comunidad científica, como recuerda la profesora de Genética Ana Grande, tienen claro que la desescalada pasa por la práctica masiva de test: «Los ensayos clínicos de las vacunas tardarán meses en concluir. Por eso es importante, mientras tanto, saber quiénes han pasado la enfermedad, quiénes no y quiénes son portadores». En Málaga, una de las provincias más castigadas por la crisis, los diferentes sectores estudian ya cómo amortiguar la caída.

El primer peldaño: los niños pueden salir una hora al día

Felip Ariza

Desde hoy, tras seis semanas confinados en casa, los menores de catorce años pueden salir acompañados de un adulto. La medida, aunque con restricciones (sólo deben hacerlo una hora al día, entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche, y a un kilómetro de su domicilio) supone el primer escalón hacia «la nueva normalidad», el conjunto de hábitos que tendremos que adquirir para mantener los contagios a raya y evitar repuntes que podrían devolvernos al aislamiento.

La necesidad de extremar las medidas de higiene y la recomendación de llevar mascarilla pueden complicarse, sobre todo en el caso de los más pequeños, incapaces de mantener protecciones en la cara y proclives a tocarlo todo. Por eso el pediatra Pedro Navarro apela a la responsabilidad de los padres: «Tienen que concienciar a los niños de la importancia de respetar las medidas de seguridad, pero sin infundirles miedo». Después de un encierro tan largo, los menores pueden haber desarrollado «alteraciones emocionales y temores» que estas breves salidas diarias deberían reducir: «Es fundamental que tomen el sol y hagan ejercicio, que vuelvan a tener sensación de libertad».

Aunque podrán llevar juguetes y pelotas, el acceso a los parques infantiles sigue sin estar permitido. Navarro recomienda el uso de guantes si van a jugar con balones u otros objetos que rueden por la calle o estén en contacto con diferentes superficies: «Después de jugar, lo aconsejable es que tiren los guantes y se laven las manos». Los padres deberán permanecer especialmente atentos a los protoclos de higiene si sus hijos tienen entre dos y siete años, cuando están programados para saltarse todas las reglas, pero sin que estos recreos supongan una fuente de estrés para la familia. El reto no es sencillo.

Paseos, deporte al aire libre... y el síndrome del topo

Felip Ariza

Cuando el próximo 2 de mayo se permitan las salidas de adultos, limitadas durante los primeros días a paseos y deporte al aire libre, puede producirse una especie de síndrome del topo: el miedo a pisar la calle después de más de un mes encerrados. El psiquiatra Enrique Trujillano, director médico de la Clínica Triora Montealminara, advierte de un previsible aumento de síntomas relacionados con la ansiedad: «Con el desconfinamiento progresivo, personas que en casa se encontraban seguras pueden desarrollar temor a salir». Por ese miedo, explica, habrá una tendencia «a restringirse la vida y crear un ambiente hiperprotector que puede ser complicado de romper». En caso de que esto ocurra, la recomendación principal consiste en aplicar lo que en psiquiatría denominan técnicas de exposición progresiva: «Hay que hacer un esfuerzo, que la intensidad de la ansiedad pueda ser creciente pero controlable: salir primero al portal, luego dar una vuelta a la manzana, al día siguiente ir un poco más lejos... Siempre dentro de los límites marcados por las autoridades sanitarias».

Cuando el miedo aparece, conviene frenar los pensamientos catastrofistas, como explica el psiquiatra: «Hay que tranquilizarse y darse instrucciones positivas: 'Estoy cumpliendo con las normas de seguridad y no tiene por qué pasarme nada'». En otros casos, sobre todo para quienes llevan semanas esperando medidas de desconfinamiento, las salidas serán un deseado camino de rosas: «No debería haber problemas graves en personas mentalmente sanas antes de esto».

Los comercios abren sus puertas: llega el 'método Mercadona'

Felip Ariza

La apertura de comercios aún está rodeada de incógnitas. El Gobierno no ha dado una fecha, ni siquiera estimada, pese a las peticiones del sector para disponer de un calendario que permita establecer las medidas de seguridad necesarias para empleados y clientes. En medio de esta incertidumbre, los empresarios se ponen frente al espejo de los supermercados. Cadenas como Mercadona han reforzado de forma paulatina los protocolos de higiene desde el inicio de la pandemia, hasta implantar controles de acceso, limitación de aforo, gel desinfectante y guantes a la entrada, mamparas en las cajas y protecciones para sus trabajadores. La lógica, y el ejemplo de otros países que llevan semanas de ventaja en el control de contagios, dicta que los locales más pequeños, de hasta unos 400 metros cuadrados, abran antes que las grandes superficies, con horarios reducidos que vayan ampliándose poco a poco.

Comerciantes malagueños ya han reclamado indicaciones sobre cómo será la recuperación de la actividad, conscientes de que probablemente tendrán que adoptar medidas costosas como la compra de pantallas de materiales especiales de protección. El sector, que representa cerca de un 13 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país, es uno de los más afectados por la crisis. Por eso necesita margen para cumplir en tiempo y forma con las medidas de prevención.

Adiós a las playas llenas: la Policía controlará el acceso

Felip Ariza

Pocas imágenes simbolizan con tanta fidelidad el confinamiento como las playas precintadas. Juanma Moreno ya ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que reabran con limitaciones de aforo para garantizar la distancia mínima. En ese escenario, los policías locales se encargarían de regular los accesos. El Ayuntamiento de Málaga baraja que cada persona ocupe entre diez y veinticinco metros cuadrados de arena, cuando lo normal son cinco, aunque este perímetro también podría establecerse por familias siempre que vivan en la misma casa.

Los chiringuitos, guardianes de las playas, ya han perdido cerca del treinta por ciento de su actividad anual por el cierre decretado entre Semana Santa y el puente de mayo. Ahora, con más esperanza que convencimiento, han marcado en rojo una fecha: 15 de junio. «No creemos que podamos abrir hasta entonces, si es que llegamos a abrir», explica el presidente de la Asociación de Empresarios de Playa, Manuel Villafaina, que recuerda que el sector ya está curtido en crisis de todo tipo: «Quien tenga doscientas hamacas tendrá que reducirlas a cien o cincuenta. Y los chiringuitos tal vez abramos con la mitad de mesas, pero al menos podremos trabajar».

La hostelería del futuro: al menos dos metros entre mesas

Felip Ariza

Bares, qué lugares. Si tomarse algo es uno de los viejos hábitos que más echa de menos, no se preocupe. No está solo, y hasta tiene una explicación: España es uno de los países con más negocios de hostelería por habitante. A la espera de medidas oficiales, los establecimientos buscan fórmulas para adaptarse a las nuevas normas de seguridad, desde pequeñas reformas hasta la instalación de mamparas. El sector da por seguro que deberá haber al menos dos metros entre mesas, una distancia que será insalvable para los locales con menos espacio. La patronal augura el cierre del 15 por ciento de los restaurantes y la destrucción de cientos de miles de empleos.

El buen tiempo, aunque no acompaña estas semanas, y la profusión de terrazas serán un punto a favor para Málaga. Las condiciones de exposición al aire libre complican la transmisión del virus. Por eso el sector exige flexibilidad en las ordenanzas para aumentar las superficies de sus terrazas, aunque paradójicamente habrá un menor número de mesas.

Un nuevo turismo: viajes nacionales y pasaporte sanitario

Felip Ariza

Tras varias temporadas históricas, el sector turístico, motor de la economía malagueña, se prepara para su año más negro. Los empresarios coinciden en que la aprobación del pasaporte sanitario, un certificado de que el viajero está libre de coronavirus, podría resultar clave en la recuperación del sector. Es hasta ahora la solución más apoyada para facilitar la apertura de fronteras y la activación del tráfico aéreo.

Este pasaporte, también llamado biológico, sería digital. En algunos países asiáticos ya se usan códigos QR, la evolución tecnológica del clásico código de barras, para viajar. Estos códigos, que confirman que el turista no es transmisor de la enfermedad, se validarían al modo en que ahora se revisa la documentación habitual en aeropuertos, estaciones de trenes y fronteras: un salvavidas para el sector más amenazado.

La cultura limita su aforo: menos entradas a la venta

Felip Ariza

El estado de alarma pilló a Málaga con la alfombra roja de su Festival de Cine cubriendo ya algunas calles. El confinamiento ha forzado la cancelación de espectáculos, obras de teatro, eventos deportivos, exposiciones, rodajes, firmas de libros y conciertos. Ahora la cultura y el deporte se lamen las heridas mientras estudian el modo de recuperar parte de su actividad, probablemente imponiendo una limitación de aforo que en el mejor de los casos reducirá la rentabilidad y a menudo hará inviable la producción.

Museos y librerías abrirán con controles y cines y teatros no sacarán a la venta todas sus butacas. Para los grandes eventos habrá que esperar.

Los eventos multitudinarios miran ya a 2021

Felip Ariza

Sin el control del virus, aún desconocido, y con posibles nuevos brotes en otoño e invierno, la celebración de eventos multitudinarios parece definitivamente pospuesta a 2021. Aunque el Ayuntamiento aún no ha cancelado la Feria de Málaga, ni siquiera las previsiones más optimistas dibujan un escenario donde este tipo de concentraciones sean posibles en los próximos meses. Los partidos en La Rosaleda, pendientes de la decisión de LaLiga, podrían disputarse a puerta cerrada.

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