Luz verde a 400 adosados junto a la zona en la que un corrimiento de tierras obligó a demoler tres viviendas

En todo este tiempo, ninguno de los vecinos afectados ha recibido indemnización económica alguna, según asegura una portavoz de los residentes en esta urbanización construida a finales de los años ochenta, y todos siguen esperando la promesa que les hizo el Ayuntamiento en el año 2003 de que pondría en marcha la maquinaria urbanística para facilitarles 29 nuevas casas a las que poder mudarse.

Casi un cuarto de siglo después, esa promesa no se ha cumplido todavía, pero está más cerca de ser una realidad. Como ha venido informando SUR en los últimos años, las 29 viviendas serán construidas en el borde sur de un nuevo proyecto residencial conocido como La Platera y que supondrá la construcción de unas 400 viviendas adosadas en suelos situados en este mismo entorno, entre la fábrica de cemento de La Araña y la urbanización de El Candado, ocupando los terrenos existentes a ambos lados del trazado inicial de la ronda este.

Esta operación urbanística acaba de recibir una aprobación clave para poder hacerse realidad en los próximos años. Se trata de un informe positivo del Consejo Consultivo de Andalucía, el último paso necesario para que el pleno del Ayuntamiento pueda aprobar definitivamente el plan urbanístico de La Platera, cuya promotora es la actual empresa propietaria de la fábrica de cementos de La Araña: Votoratim. Este dictamen, con fecha del pasado día 14, concluye que se da luz verde a la actuación tras los últimos ajustes realizados en el planeamiento por parte del estudio del arquitecto Ángel Asenjo, que asesora este proyecto.

Como informó este periódico en agosto del año pasado, esos ajustes están motivados por los reparos puestos desde la Junta respecto a la ubicación de las parcelas para levantar las casas, ya que se trata de un suelo con un elevado riesgo geológico en algunas de sus zonas. Así, se tuvo que modificar la distribución de los espacios residenciales para evitar lugares concretos que, por sus condiciones naturales, son menos seguros a la hora de llevar a cabo la cimentación de las construcciones previstas.

La nueva ordenación reduce de 534 a 406 las casas previstas, y la superficie media de las viviendas sube de 89 metros cuadrados a 116, como se pedía desde la Gerencia de Urbanismo. «Se ha rezonificado el sector para concentrar las edificaciones en suelos óptimos para ello, reduciendo y retrazando viales para evitar la inestabilidad existente en determinadas zonas del ámbito de la actuación», se señala en el dictamen del Consejo Consultivo de Andalucía, órgano adscrito a la Junta.

Así, según la documentación que ha tramitado Urbanismo, en la mitad oeste del sector, se levantarán 215 viviendas adosadas distribuidas en tres manzanas; equipamientos educativo, social y deportivo; y las 29 viviendas unifamiliares aisladas para los vecinos de Montegolf (en el proyecto se reservan espacios para 30 casas en total). Por otro lado, en la parte este del ámbito, separada de la fábrica de cemento por el trazado de un arroyo, irán 161 adosados en dos manzanas y una zona comercial.

Los vecinos de Montegolf mantienen un acuerdo con la promotora malagueña Suba, sociedad perteneciente al holding Sinerba, para que les construya las 29 casas de la parte sur de esta actuación urbanística, la más próxima a la antigua carretera N-340, a cambio de que esta empresa pueda disponer de suelo en este sector, facilitado por el Consistorio, para un proyecto residencial que será «de tipo tipologia unifamiliar y con un diseño y equipamiento a la altura de la privilegiada localización de los terrenos», según han apuntado desde la promotora. Además, Suba asumiría la demolición de las casas que se vieron afectadas por el corrimiento de tierras en el año 2000 para dar paso a una zona verde.

Aunque la actuación debe pasar todavía por el trámite de aprobación del proyecto de urbanización, entre otros, desde Suba confían en que las primeras obras puedan empezar en el primer trimestre del año próximo. Con todo, la Junta ha impuesto varios condicionantes. Uno de ellos es que, antes de que se inicie la cimentación de los edificios, un técnico competente deberá verificar 'in situ' las condiciones del terreno para adoptar «todas las medidas preventivas» previstas en los estudios ya realizados y las que, de manera adicional, considere ese profesional. Y es que, a tenor del pasado de este sector, toda cautela es poca para la administración.