España carece de un calendario vacunal único; cada comunidad autónoma tiene el suyo. «Eso es una locura y una barbaridad», dice el director del departamento de pediatría de HM Hospitales y catedrático de esa especialidad en la Universidad CEU San Pablo de Madrid, Alfonso Delgado ... Rubio. Este experto pronunciará esta tarde (19.00 horas) la conferencia 'Mitos y realidades de las vacunas' en el ciclo 'Ciencia y salud', organizado por la Fundación Unicaja y SUR. El acto será en el centro cultural de la Fundación Unicaja, sito en la plaza del Obispo. Alfonso Delgado será presentado por el pediatra y vicepresidente de Cultura del Colegio de Médicos de Málaga, Pedro Navarro.
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–¿Cuál es la situación de las vacunas infantiles en España?
–Afortunadamente, los niños en España tienen unas altísimas coberturas vacunas; son de las más altas del mundo. Quiero aclarar que las vacunas no solo las necesitan los niños, sino también los adultos. En nuestro país hay una buena cultural vacunal infantil. Y se debe a que los pediatras y los puericultores hemos hecho un trabajo muy bueno durante muchos años, así como a que las familias se han dado cuenta de que las vacunas son muy útiles y salvan muchas vidas. Además, las autoridades sanitarias han apostado y apoyado la aplicación de las vacunas en los niños.
–¿Las vacunas están bien vistas en la sociedad española?
–Sí, pero el problema es que están floreciendo en España, en otros países europeos y en Estados Unidos unos grupos antivacunas que tienen unas ideas sobre las vacunas absolutamente equivocadas. En la conferencia hablaré del enorme beneficio de las vacunas y de los gravísimos perjuicios que se pueden originar por no vacunar a los niños. En España, esos grupos no son muy poderosos y los tenemos bastante controlados, pero sí tienen fuerza en otros países. Esos movimientos hacen muchísimo daño a la salud pública y a la salud individual.
–Desde un punto de vista científico y médico no hay motivos para rechazar la vacunación. ¿Por qué cree que hay gente que se opone?
–Esto no es nuevo. Cuando Edward Jenner empezó a vacunar contra la viruela, a finales del siglo XVIII, ya comenzaron a aparece los grupos antivacunas. En la actualidad, con las redes sociales e Internet, es más fácil que haya gente que considere que es mejor pasar una enfermedad que vacunarse contra ella. Eso es completamente ridículo, son ideas que no se mantienen en pie. Hay personas que se fijan más en algún efecto remoto y secundario de las vacunas que en los grandes beneficios que proporcionan.
–¿Considera que la población ha perdido el miedo a ciertas enfermedades infecciosas?
–La gente ya no percibe las enfermedades infecciosas con la gravedad de antes y eso hace que no se preocupe y que haya perdido el miedo. Incluso, por ponerle un ejemplo, la sociedad ha perdido el miedo al sida. Se ha pasado de la alarma mundial de los años 80 del siglo XX a dejar de ver el sida como algo mortal, porque ahora se ha convertido en un padecimiento crónico. Igual ha sucedido con otras muchas enfermedades.
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–Un problema que ha surgido es el de los brotes de sarampión que está habiendo en algunos países.
–En 2017 se declararon más de 40.000 casos de sarampión en Europa, que era una enfermedad que había desaparecido de Europa. Pero al dejar de vacunarse ha reaparecido. El sarampión mata a muchos miles de niños en el mundo, sobre todo en los países pobres.
–¿Qué porcentaje de inmunidad ofrecen las vacunas?
–No hay ninguna vacuna que sea eficaz al cien por cien, pero, como la eficacia es altísima, se evitan complicaciones importantes que aparecen si se cogen enfermedades como la difteria, el tétanos, la tosferina, etcétera, si no se está vacunado. La eficacia y la eficiencia de las vacunas es infinitamente superior a los posibles efectos secundarios, remotos o indeseables que pueden tener; está claro que hay vacunarse.
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–¿Qué vacunas deberían incluirse en España en la sanidad pública que ahora no lo están?
–La vacuna contra el rotavirus, que produce gastroenteritis graves en los niños pequeños, que debería pagar el Sistema Nacional de Salud, así como la que combate el meningococo B.
–¿Considera que debería haber un calendario vacunal igual para toda España?
–El problema es que cada comunidad autónoma tiene un calendario vacunal. Debería haber un calendario vacunal único, unificado y financiado por el Sistema Nacional de Salud para que no sean los padres los que tengan que pagar algunas vacunas, ya que ese hecho provoca desigualdades.
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–¿Y por qué no se ha logrado implantar ese calendario vacunal único y unificado si es lo mejor?
–Yo fui presidente de la Sociedad Española de Pediatría durante 11 años y luché por ello. ¿Me pregunta por qué? Pues porque los políticos quieren hacer las cosas cada uno a su manera en vez de escuchar a los expertos en vacunas. No hay diferencias entre las comunidades: tenemos las mismas enfermedades. Por tanto, no tienen sentido los calendarios vacunales distintos. Es una barbaridad que no haya un calendario vacunal único. El gobierno que consiguiera eso se apuntaría un tanto extraordinario. Ningún padre puede entender que haya un calendario distinto para cada comunidad. Eso en qué cabeza cabe. ¡Es una locura! No tiene ninguna base científica.
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