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Es cierto que en la última remodelación, muy profunda esta vez, del staff del Ayuntamiento de Málaga, ha afectado a dos pilares para el alcalde Paco de la Torre como son Urbanismo (como ya contábamos, para muchos es el eterno concejal in pectore) y Cultura ( ... la Málaga de los Museos), pero también es verdad que el regidor ha acuñado una nueva forma de dejar caer a sus pesos pesados. Bueno, realmente no es dejarles caer porque, a mitad del vuelo y antes de que toquen el suelo, les ha recolocado en otros lugares. ¿Quién no querría que le medio-cesaran así? Como ya sabemos, el ya exgerente de Urbanismo, José Cardador, es el flamante director general de Movilidad aunque deje el área hardware del Ayuntamiento, y el exgerente de los Museos municipales, José María Luna, es otro de los asesores de la cartera de Turismo del concejal comodín Jacobo Florido, que a todos les busca una salida, algo que ya hiciera con el exedil Raúl López.
Las cosas de palacio. Si no se levantan alfombras se ponen nuevos cuadros en la pared y tan contentos. Estos son los dos últimos de la lista negra de De la Torre, bueno en este caso gris, pero en total se cuenta una decena en algo más de un año. La estructura municipal está que arde y el que se mueva no sale en la foto. Nunca antes se destituía y se cesaba con tanta alegría. Ni se recolocaba con tanto garbo.
Algunos de los que pertenecen a esta decena han pasado sin pena ni gloria como la ya destituida directora de Movilidad María Remedios Santana, de la que es difícil escribir algo porque ha pasado casi sin que le pongamos cara. Como dice su currículo, licenciada en Derecho y funcionaria A1 de la Diputación en donde era jefa de servicio de Formación y de Desarrollo Económico hasta que llegó en octubre de 2023. Es obvio que no ha encajado en la gran estructura municipal que cuenta en la actualidad con 22 directores generales, 15 gerentes y 44 asesores. En total, 81 personas de confianza puestas a dedo. Han caído once, el 13,5%. A ritmo de multinacional.
Empezando por el principio, los primeros en caer al inicio del mandato fueron el gerente de Málaga Deportes y Eventos, Ignacio Gómez Camarero; y la responsable de Canal Málaga, Vanessa Martín Alloza. El primero había sido contratado por Ciudadanos, que por entonces, en 2021, era socio de gobierno de De la Torre. El mánager de deportistas cayó en julio de 2023, y el equipo de gobierno puso a un gerente de su cuerda, Miguel Mayorga, para seguir con la tradición no escrita de que Málaga Deportes y Eventos la gestione cargos del PP, como ya pasó con Luis Verde o Pepe del Río. Mayorga fue jefe de gabinete de la Subdelegación de Gobierno, y también fue candidato por el PP en las municipales.
El caso de Martín Alloza es paradigmático en el Ayuntamiento porque ella, junto a Juanjo Denis, de Emasa, son los dos únicos gerentes que han sido elegidos en tiempos recientes por consenso, el equipo de gobierno y la oposición, cuando el PP adolecía de mayoría absoluta. Cuando la ha tenido, dejaba caer a Martín Alloza y nombraba en su lugar a Fernando del Valle, el que fue director de la edición Andalucía del diario ABC, en Málaga.
También prescindió De la Torre, en verano de 2023, casi entre bambalinas, de los servicios de Beatriz Becerra, que se fue en silencio un 14 de julio. La exparlamentaria de UPyD, con un amplio seguimiento en redes sociales, no encajó de directora general de Participación, a donde llegó de la mano de Ruth Sarabia. Su destitución aparecía en el epígrafe 'Otros asuntos' de la nota de prensa de la junta de gobierno local. Imagínense la trascendencia que tuvo. Fue sustituida por Isabel Pascual, proveniente de Promálaga.
En estos envites, también se fue el otro contratado por Ciudadanos como director general de Deportes, Juan Ruiz, que acabó sustituido por el atleta Dani Pérez. Otra marcha silenciosa. Fue destituido el 30 de julio de 2023.
En septiembre también se marchaba Luis Medina-Montoya. Detrás estaba la falta de feeling con la nueva concejala de Medio Ambiente, Penélope Gómez, que le sustituyó por el nuevo director general Javier Gutiérrez del Álamo, que era asesor de Medio Ambiente.
El que parecía el fichaje del siglo, director con el rimbombante nombre de Transformación y Digitalización Urbana, Víctor Solla, llegó en julio de 2020 saliendo de la primera ola de pandemia, y acabó cesado fulminante en abril de 2024, en un sequía que también terminó con su puesto. Acabó sustituyendo al querido gerente David Bueno, y es obvio que no funcionó.
La marcha del gerente de Smassa, Manolo Díaz, era un secreto a voces. Las «irregularidades por costumbre» en la sociedad municipal de las que habló la concejala de Movilidad, Trinidad Hernández, en un pleno para dar cuenta a la oposición, y el hecho de que De la Torre dijera que todo estaba en sus manos, sentenciaron a Díaz. Un fin de semana del pasado mayo estuvo el regidor con el tira y afloja hasta que Díaz cayó. Ahora, Hernández, de consejera delegada de Smassa (sin gerente), cuentan que se ha fajado y no para de currar en la empresa de aparcamientos, que acabará absorbida por la EMT. La crisis de las presuntas irregularidades en el aparcamiento de Pío Baroja, y tres causas pendientes en los tribunales eran demasiadas para mantener a Díaz por mucho que De la Torre apretara para salvarlo. Al final, Díaz se fue pidiendo indemnización, y la consiguió: 22.300 euros.
También salió por la puerta de atrás el pasado mes de junio el gerente de la OFM, Juan Carlos Ramírez. Dimitió por irregularidades en la contratación de músicos. Y colorín, colorado, la historia de los caídos en la estructura municipal de Málaga se ha acabado. Por ahora...
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