Representan uno de los colectivos más débiles y vulnerables en el complejo escenario de la asistencia sanitaria a las discapacidades de todo tipo: son los ... niños afectados de trastornos físicos o intelectuales, desde problemas más o menos graves con el habla a parálisis cerebrales o menores con TEA (Trastornos del Espectro Autista). A pesar de que, sobre el papel, la atención infantil temprana (AIT) está garantizada en el tramo de los 0 a 6 años, la realidad a la que se enfrentan muchas de estas familias en los últimos años lastra ese reto de la estimulación precoz: en el caso de la provincia de Málaga, los 27 centros que prestan este servicio cuentan con una lista de espera de más de 350 menores, una cantidad a la que hay que sumar, además, el centenar de niños que reciben terapias especializadas «pero en una cantidad menor de lo que necesitan porque los recursos están al límite». En este escenario de sobrecarga, la única alternativa con la que cuentan las familias es la de la atención privada, pero no todas pueden permitirse ese gasto extra.
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El foco sobre esta problemática «creciente» lo pone Domingo Collado, director general de Amappace (Asociación de Padres de Paralíticos Cerebrales de Málaga) y presidente de la Asociación de Centros de Atención Infantil Temprana (ACAIT), una plataforma que engloba a una buena parte de centros de estas características que funcionan en la provincia. Collado confirma que esas listas de espera «no son nuevas», pero que a esta sobrecarga de las ratios se suma un problema administrativo y burocrático más reciente «que ha terminado por ser el tapón definitivo para la prestación de un servicio adecuado».
En concreto, el presidente de ACAIT se refiere al retraso «de más de un año» en la puesta en marcha del concierto con el que la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía quiere unificar y organizar todo el sistema de la atención temprana en la comunidad autónoma. Con esta fórmula se deja atrás una normativa basada en acuerdos marco independientes y dispersos con las diferentes organizaciones especializadas en este servicio; y a pesar de que el nuevo decreto representa una «esperanza» para colectivos como el de ACAIT, el retraso acumulado de su entrada en vigor ha llevado al límite la capacidad de gestión de muchos de estos centros.
Su presidente se refiere a varias cuestiones fundamentales a la hora de abordar este problema complejo: en primer lugar, la acumulación de prórrogas; la última, anunciada la noche antes de la entrada en vigor del concierto, el pasado 28 de febrero, y fijada ahora para el próximo mes de junio. «Los centros licitadores, para cumplir con los criterios del concierto social con inicio el 1 de marzo, habían contratado a nuevos trabajadores e invertido en los centros para el cumplimiento de la normativa», recoge el escrito que el colectivo remitió a la Consejería, donde añade que «debido a estos retrasos no podemos hacer frente a los pagos de los trabajadores y otros gastos». Collado avanza, en este sentido, que el nuevo concierto estipula un incremento en el pago por sesión de estimulación de 22 a 28 euros, «y que en muchos casos ya se trabajaba teniendo en cuenta esta subida que de nuevo se retrasa».
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La segunda gran dificultad a la que se enfrentan los centros de atención temprana en la provincia está relacionada con el aumento en el número de horas que recoge la nueva normativa, y que, al no prestarse, agravan las listas de espera o, en el mejor de los casos, obliga a dispensar un peor servicio a los niños que ya están dentro del sistema.
En el caso concreto de Málaga, los números son los siguientes: los 27 centros de la provincia cubren 277.536 horas al año para atender a 3.628 niños. En una ratio «óptima» –explica Collado–, ese número de horas tendría que ajustarse a un colectivo de 2.891 menores, es decir, hay una sobrecarga de más de 700 usuarios. Con el nuevo concierto, estas horas escalarían hasta las 345.186, pero hasta que no entre en vigor «no mejorará el servicio». «Además, los expedientes no dejan de llegar; las familias nos llaman a nosotros porque son directamente derivadas del sistema de Salud y somos las asociaciones las que tenemos que dar las explicaciones», añade el presidente de ACAIT.
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Este escenario «imposibilita», además, que se abran nuevas líneas de atención temprana en zonas que no cuentan con ella; caso de Ciudad Jardín, Churriana, Carretera de Cádiz, Puerto de la Torre, Torre del Mar, Pizarra, Coín o Antequera, entre otras. Y que las que funcionan, en fin, contemplen con incertidumbre el servicio que prestan a los menores y sus familias.
La dificultad administrativa que implica poner en marcha un concierto social «desde cero» o los retrasos atribuidos a la pandemia del Covid están detrás de estos problemas que afectan a los CAIT. Así lo confirma Ana Carmen Mata, secretaria general de Familias de la Junta de Andalucía y al frente de un cambio de organización en estos centros que –avanza– «permitirá mejorar el servicio y que además haya puntos de atención temprana en toda Andalucía». La responsable de Familias del gobierno regional justifica que el «procedimiento sigue abierto porque es extremadamente complejo», y que desde que la mesa de contratación «comenzó a trabajar en septiembre para comprobar todas las ofertas, no han parado».
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Mata justifica esta complejidad en dos cifras: 91 millones de euros para la atención temprana en Andalucía y 175 ofertas presentadas. «Y hay que examinarlas todas porque algunas no cumplen los requisitos que se exigen en el pliego de condiciones», aclara. En el caso de la provincia de Málaga, han concurrido 30 entidades en 26 lotes que están en vías de resolución en estos momentos.
El último encuentro entre los responsables de la Junta y representantes de CERMI Andalucía (Comité de Entidades Representativas de Personas con Discapacidad) tuvo lugar el pasado jueves: en la reunión se abordó el proceso de vacunación de las personas con discapacidad; además de los últimos avances en el procedimiento de gestión de los centros de atención temprana. Tras el encuentro, Mata confirmó a SUR que los contratos del nuevo pliego comenzarán a firmarse a partir del 20 de mayo.
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La máxima responsable de Familias se muestra cauta a la hora de a cerrar una fecha para la entrada en vigor del concierto, aunque confía en que «no haya que apurar hasta junio» (la última prorroga). No obstante, insiste en dejar un último mensaje: «La atención temprana en Andalucía ha estado tan olvidada en las últimas décadas que ahora es muy complejo ponerla en orden para que funcione; pero aun así, nuestro compromiso está claro».
Los últimos meses han sido especialmente complicados para los centros de atención temprana en la provincia. A los retrasos administrativos que lastran su gestión se suma la dureza del año de pandemia, que ha obligado a sus responsables a aplicar fórmulas imaginativas para seguir prestando los servicios a sus usuarios y, a la vez, dar respuesta a las familias que asumían atemorizadas el riesgo de contagio en sus hijos , muchos de ellos vulnerables. En este escenario complejo, las terapias vía telemática y la teleasistencia se convirtieron en la única opción en los primeros meses de pandemia; salvo en casos excepcionales donde el fisioterapeuta acudía a los hogares una vez por semana.
La nueva normalidad y la relajación de las medidas más estrictas permitió que estos centros abrieran sus puertas el pasado mes de junio, aunque con todos los protocolos de seguridad para evitar contagios: en concreto, con terapias presenciales pero individualizadas y con un férreo control a los profesionales a través de test. Aún así, muchas de esas familias prefirieron seguir apostando por la teleasistencia dados los buenos resultados que dio durante el confinamiento ; y la ocupación en los centros osciló entre el 30% y el 80%, dependiendo del tipo de asociación. Ahora, esperan que las vacunas y la solución del concierto traigan, al fin la normalidad real.
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