Durante semanas se ha convertido en una cuestión de estado en Málaga, donde decenas de ciudadanos han solicitado a través de este periódico y de las redes sociales una solución a la calima que ensucia la pérgola del Palmeral de las Sorpresas, uno de los ... espacios más emblemáticos y queridos de la capital, que era originalmente de color blanco y que quedó cubierta por la lluvia de barro histórica que ocurrió en marzo. Ese día ya ha llegado. Tras dos meses de espera, los operarios comenzaron el miércoles a retirar el polvo sahariano que ha quedado adherido a la estructura, y que la ha teñido de marrón.
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La Junta de Andalucía, a través de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación (Avra) es la que ha asumido estos trabajos, como titular de las instalaciones existentes en el muelle 2. Estas tareas se prolongarán durante al menos 15 a 20 días, dada la extensión de la pérgola y la minuciosidad de los trabajos, ya que hay que ir limpiando lama por lama para recuperar el color blanco original. A ello se une la altura, por lo que es necesario utilizar una plataforma elevadora y la intervención de varios operarios, equipados con máquinas hidrolimpiadoras.
El episodio histórico de calima tuvo lugar en dos oleadas, entre mediados y finales de marzo, y la limpieza se ha iniciado en junio. El retraso en acometer estas tareas se ha debido, primero, a la amenaza de nuevas lluvias de barro durante la primavera, por lo que, ante el elevado presupuesto necesario para la limpieza, se optó por esperar hasta que no hubiera ningún riesgo de que se pudiera repetir, según explica a SUR Juan Jesús Bernal, director provincial de Avra.
Posteriormente, fue necesario licitar un contrato menor, ya que la contrata de mantenimiento del Palmeral alegó que estas tareas no estaban incluidas en su cartera de servicios. Para colmo, la primera empresa adjudicataria renunció a llevarlo a cabo, y cuando ya estaba acordado con la entidad que finalmente lo está acometiendo, fue necesario ponerse de acuerdo con la Autoridad Portuaria y con el Ayuntamiento de Málaga, para coordinar el montaje de una exposición que se podrá visitar en la misma zona.
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De hecho, ayer se interrumpieron temporalmente estas tareas para dejar paso a los camiones para descargar las obras del artista belga Arne Quinze, una serie de estatuas de gran formato que se podrán ver a partir del día 24 de junio.
«Le hemos pedido a la empresa la máxima celeridad, esperamos que a principios de verano va a estar listo para que el paseo luzca», afirma Bernal, quien admite las numerosas peticiones ciudadanas que han recibido para acometer estas tareas.
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La pérgola es el elemento central y más característico del Palmeral de las Sorpresas del Puerto de Málaga, una obra premiada del arquitecto Jerónimo Junquera. La estructura que cose todo el frente marítimo y que los ciudadanos pronto asimilaron como el esqueleto de una ballena, ofrece una sombra variable a los paseantes en función de si es verano o invierno. El trazado sinuoso de 400 metros de largo, con sólo 16 puntos de descarga situados en dos líneas paralelas, discurre a 11 metros de altura y de ella penden 265 lamas de hormigón armado blanco.
La limpieza de la pérgola se suma ahora a la que la Autoridad Portuaria llevó a cabo a principios de abril para devolver la Farola a su estado original. Entonces, dos operarios de la empresa Matinsa, encargada de los mantenimientos por esta institución, se ocuparon de retirar la densa capa marrón que quedó adherida sobre las fachadas de la torre del faro, con la ayuda de una plataforma elevadora y de cañones de agua a presión.
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Tal fue el volumen de la calima histórica de marzo que todavía, más de dos meses después, la ciudad sigue retirando barro de las calles y fachadas. La embarrada cayó sobre Málaga y otros muchos puntos del Mediterráneo en dos oleadas casi consecutivas. La primera ocurrió el 15 de marzo de 2022 y fue calificada como histórica por los meteorólogos. El segundo episodio, apenas una semana después, concretamente el 24 de marzo, fue mucho peor que el primero, un acontecimiento inédito en la historia meteorológica de Málaga de los que no hay apenas referencias documentales anteriores.
La única medición científica aproximada hasta ahora la llevó a cabo Arturo Fernández, profesor de Biología y Geología del Instituto Politécnico Jesús Marín de Málaga. Según sus cálculos, la calima dejó sólo en la ciudad más de 5.000 toneladas de arcillas, sólo entre el 22 y el 25 de marzo. Es una carga equivalente a la que podrían arrojar 130 camiones bañera de los que se utilizan para reponer las playas.
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