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El deán de la Catedral, José Ferrary, ha informado este viernes sobre la situación en la que se encuentra el proyecto del tejado para la Catedral pero también ha hecho alusión a la iglesia del Sagrario, cerrada al culto desde hace casi tres años por ... las grietas que la parten por la mitad y que están motivadas por deficiencias en su cimentación. El Obispado ha estudiado la solución para reforzar esos cimientos con un método que procuraría dañar lo menos posible los restos arqueológicos encontrados en el subsuelo del templo. Sin embargo, la delegación de la Consejería de Cultura, que debe autorizar las obras, no termina de desbloquear este asunto.
Según ha desvelado Ferrary, la Junta ha pedido que se haga una cuarta cata arqueológica que tendría un coste de 300.000 euros y un plazo de ejecución de ocho meses. El deán ha recordado que el Obispado ya ha hecho tres prospecciones arqueológicas bajo el Sagrario y su entorno y que se ha gastado 370.000 euros en estudios sobre las patologías del templo y las posibles soluciones. «Hemos recurrido y alegado respecto a este último informe de Cultura porque no creemos que sea necesario hacer más sondeos, no lo entendemos», ha afirmado el deán, quien ha admitido que, mientras la Junta no conteste a esas alegaciones, la iglesia seguirá sin repararse y cerrada.
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«Cada cierto tiempo se mide la grieta y vemos que avanza. Con un temblor de grado cuatro, igual se cae esta iglesia cualquier día», ha apuntado este sacerdote, quien ha remarcado que la situación de este templo, incluido en la Lista Roja del Patrimonio Español, «está afectando al patrimonio de Málaga». «Supongo que habrá que escoger en conservar lo que tenemos y no destruir lo de abajo, pero es que hasta los técnicos que hicieron las últimas excavaciones nos dijeron que ya estaba bien. No entendemos por qué ocurre esto», ha confesado.
A raíz del resultado de las prospecciones realizadas en los últimos años, la Iglesia ya tiene elaborada una propuesta técnica de intervención que consiste en reforzar la cimentación del templo, mediante inyecciones a baja presión, y frenar el movimiento de la fisura que lo parte en dos. Esta fractura está causada por una diferente consistencia del subsuelo en uno y otro extremo de esta construcción del siglo XVIII de una sola nave. Sus efectos ya se están dejando notar en el deterioro de algunas de las columnas de la galería que une el Sagrario con la Catedral.
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