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Tras más de dos años de espera, el plan que el Ayuntamiento de Málaga elaboró en 2019 para la integración del cauce del Guadalmedina en la ciudad tendrá a finales de este mes un primer dictamen ambiental de la delegación territorial de la Consejería de ... Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Así lo aseguraron ayer a SUR fuentes de la Delegación del Gobierno andaluz, después de que este periódico se hiciera eco de la demora que arrastra la evacuación de ese informe, denominado 'documento de alcance' y que, según los plazos teóricos establecidos por la propia Junta, debería haber estado listo tres meses después de que la administración regional admitiera a trámite la evaluación ambiental del plan para el río, algo que se produjo en mayo de 2022.
Como ayer informó SUR, la aprobación de la gran operación de integración del Guadalmedina, valorada en más de 200 millones de euros por parte del Consistorio, depende de una tramitación ambiental previa ante la Junta que arrastra un considerable retraso. Como otros muchos proyectos contemplados en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de 2011, la transformación del Guadalmedina tiene que someterse, antes de su autorización a nivel municipal, a lo que se denomina como una «evaluación ambiental estratégica».
Se trata de un trámite que se sigue ante la delegación territorial de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible y que tiene dos opciones: la simplificada (más corta) y la ordinaria (más larga). En el caso del Guadalmedina, tras una consulta realizada por la Gerencia Municipal de Urbanismo, la Junta aclaró que el plan para el río tenía que seguir la versión larga, dada la envergadura de la actuación.
En mayo del año 2022, la delegación de Desarrollo Sostenible admitió a trámite la documentación ambiental aportada por el Ayuntamiento para la evaluación ambiental ordinaria del plan. Según lo recogido por la propia Junta en su web, este procedimiento implica en primer lugar la emisión de lo que se denomina como un 'documento de alcance' que viene a ser una primera revisión del proyecto tras varias consultas internas a otros departamentos de la administración regional para que sea adaptado o corregido, lo que deriva en un estudio ambiental que tiene que salir a exposición pública. Según explica la web de la consejería, ese documento de alcance debe emitirse «en un plazo máximo de tres meses».
Pues bien, más de dos años después, todavía no ha sido evacuado por la administración regional, que ahora apunta a finales de este mes como el momento en el que ese documento será emitido. Con todo, la evaluación ambiental del plan para el Guadalmedina se encuentra aún en su primera etapa y ya ha superado el plazo total máximo estimado para este tipo de procedimientos, que está fijado en unos dos años.
Una vez que la Junta emita ese 'documento de alcance', el Ayuntamiento tendrá que aportar un nuevo estudio ambiental estratégico sobre el plan para el río adaptado a lo que se apunte en ese informe, y ese estudio pasará por una segunda ronda de consultas a varios departamentos regionales y por un periodo de exposición pública para recabar posibles alegaciones. Ese procedimiento está fijado en un plazo de más de un año, unos 15 meses, que previsiblemente se alargará, ya que la fase inicial, en teoría de tres meses, ha tardado más de dos años en completarse.
Por último, la Junta hará un último análisis técnico del expediente y emitirá la definitiva declaración ambiental estratégica, tras la que el Ayuntamiento podrá iniciar el trámite para la aprobación del plan a nivel municipal. Es decir, que todavía quedan varios años para que la operación del río reciba la luz verde definitiva para poder empezar a materializarse, para lo que aún no está clara su financiación.
Además de la culminación del trámite ambiental, el plan para el Guadalmedina, que pretende facilitar la conexión de las dos partes de la ciudad que divide el cauce mediante el soterramiento del tráfico en sus laterales, los llamados 'puentes-plaza' y el embovedado de un tramo 344 metros entre los puentes de Armiñán y de la Aurora, está a la espera de un nuevo informe encargado por Emasa a la consultora Narval para que estudie la ejecución de esas actuaciones en función del análisis de la Junta en 2023 sobre los caudales máximos del río, que han sido disminuidos, lo que facilita la operación.
No obstante, han sido una decena de informes y estudios los que se han recabado para el futuro del río en los últimos 13 años, desde que en 2011 se pusiera en marcha el concurso de ideas por parte de la Fundación Ciedes. En 2014 se hizo un estudio hidráulico por la empresa ICS para la citada fundación y otro hidrológico por la empresa Tecma, en 2015 un plan de saneamiento de la margen izquierda por parte de Emasa, en 2016 un estudio similar para la la margen derecha también por Emasa y un estudio previo de caudales aportados al río tomando en cuenta la red de drenaje de la ciudad, en 2017 se puso en marcha la redacción del plan especial por parte de Urbanismo que culminó en 2019, en 2020 Tragsatec hizo para la Junta un plan para reducir las aportaciones líquidas y sólidas al cauce, y en 2022 la Universidad de Málaga estudió la vulnerabilidad y erosión de las cuencas aguas abajo de la presa del Limonero.
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