La tramitación del plan para integrar el cauce del Guadalmedina en la trama urbana de Málaga sale al fin del letargo en el que se encontraba sumida desde hacía más de dos años, a la espera de un primer informe de la delegación territorial de ... la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul. Ese documento, que según los plazos marcados por la propia Junta debió haberse recibido en el Ayuntamiento tres meses después de que, en mayo de 2022, la administración regional admitiera a trámite el primer estudio ambiental del Plan Guadalmedina, ha llegado este lunes a la Gerencia Municipal de Urbanismo, dos semanas después de que SUR informara del retraso de este escrito el pasado 12 de julio.
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En concreto, se trata de un «documento de alcance» que viene a ser una primera revisión del proyecto por parte de la Junta tras varias consultas internas a otros departamentos de la administración regional para que sea adaptado o corregido, lo que derivará en un segundo estudio ambiental que tendrá que redactar el Ayuntamiento y someterlo a un periodo de exposición pública. La última de esas consultas internas fue evacuada por el servicio autonómico de gestión del medio natural el pasado 15 de julio, dos días después de que SUR publicara que la demora de este análisis ambiental mantenía frenada la operación para el río.
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Como ha venido informando este periódico en los últimos años, el Gobierno andaluz se muestra en general conforme con el plan del alcalde, Francisco de la Torre, para el Guadalmedina, que se basa en facilitar la conexión de las dos partes de la ciudad que divide el cauce mediante el soterramiento del tráfico en sus laterales, los llamados 'puentes-plaza' y el embovedado de un tramo 344 metros entre los puentes de Armiñán y de la Aurora, para generar una gran plaza que conecte peatonalmente el Centro y el barrio de la Trinidad.
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El documento que acaba de recibir Urbanismo recoge las conclusiones de un informe del servicio de dominio público hidráulico, elaborado en septiembre de 2022 y que fue desvelado por SUR en febrero de 2023, en el que se da vía libre a la realización de ese embovedado que De la Torre vislumbra como «la plaza más grande de Málaga». La propuesta que ha analizado la Junta contempla adaptar el lecho del río mediante «una excavación en la zona del puente de Armiñán de tan solo medio metro aproximadamente, lo que provoca el descalce de los apoyos intermedios», y que logra facilitar una pendiente continua entre el puente de Armiñán y el de la Aurora para garantizar la capacidad de desagüe del cauce, que entonces se estimaba en 600 metros cúbicos por segundo pero que recientes estudios de la Junta han rebajado a 460.
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«Esta alternativa, además, integra el plan director de bicicletas y permite la remodelación e integración del Guadalmedina con referencia a las actuales fronteras arquitectónicas y el paisaje vegetal», señala el documento de alcance evacuado por la delegación de Sostenibilidad, en el que se consideran «correctos y suficientes» los análisis realizados a nivel hidráulico respecto a ese futuro tramo embovedado del río «con múltiples huecos horadados en el tablero» y su comportamiento en caso de inundaciones.
No obstante, este primer informe ambiental de la Junta sobre el Plan Guadalmedina también señala a los técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo y del área de Sostenibilidad Medioambiental, que ya lo están analizando, cuáles son las cuestiones que deben modificar o mejorar en el estudio ambiental estratégico que ahora tienen que redactar. Así, por ejemplo, la consejería pide que las redes eléctricas que conlleve el desarrollo del plan se hagan de la forma menos impactante sobre el medio vegetal, que se introduzcan medidas para proteger especies vegetales y animales protegidas, que se detallen acciones concretas para mitigar los efectos del cambio climático con el uso de energías renovables y para reducir la emisión de gases, que se aporte un análisis paisajístico de las actuaciones que abarca el plan, y que se tengan en cuenta cuestiones en relación al riesgo sísmico y a la economía circular.
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En cualquier caso, a diferencia de anteriores etapas de gobiernos autonómicos del PSOE, no existen grandes reparos de la Junta a la operación para el Guadalmedina, cuyo desarrollo se ha dividido en varias etapas que suman unos veinte años. Actualmente, los principales retos de este plan son la tramitación, ya que todavía se encuentra en una fase inicial pese a que el Ayuntamiento culminó la redacción de la propuesta hace cinco años, y la financiación, al haberse valorado en unos 200 millones de euros en total que el Consistorio confía en cubrir en parte con la aportación de otras administraciones.
Pese al documento de alcance ambiental emitido por la Consejería de Sostenibilidad, al Plan Guadalmedina le quedan todavía varios años de tramitación por delante para que pueda ser aprobado de manera definitiva. Una vez que el Ayuntamiento ya dispone de este documento, con las indicaciones que contiene, ahora tiene que ponerse a redactar el estudio ambiental estratégico en sí, y someterlo a un periodo de exposición al público no inferior a 45 días hábiles, junto con una segunda ronda de consultas a los departamentos de la Junta que ya han informado el trabajo inicial presentado por Urbanismo en noviembre de 2021.
Todo ese proceso está tasado por la administración regional en unos 15 meses, más de un año que, si se tiene en cuenta la experiencia con este tipo de expedientes urbanísticos, es previsible que dure más.
La última etapa de la aprobación del plan a efectos ambientales debe terminar en lo que se denomina una declaración ambiental estratégica de la Junta, sin la que el Ayuntamiento no puede aprobar de manera definitiva la operación para el río, que también deberá ser informada por otras administraciones distintas a la autonómica.
Así, aún queda un largo camino burocrático para una actuación que también está pendiente de un estudio encargado por Emasa para valorar el encaje de las medidas del plan en relación a la actualizada capacidad de desagüe que debe ofrecer el cauce.
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