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El exconcejal no adscrito y exdiputado provincial Juan Cassá, que abandonó Ciudadanos en 2020 generando una crisis de gobierno en la Casona, pero que más tarde firmó un pacto de estabilidad con De la Torre y siguió sosteniendo con su voto al equipo de gobierno ... en el Ayuntamiento, como en la Diputación, cerraba estos días su particular cuadratura del círculo con la contratación de su hombre de confianza. El equipo de gobierno de la Diputación, íntegramente popular, gracias a su mayoría absoluta en las elecciones del pasado mes de mayo, repescaba al asturiano a finales de julio a cargo de la bolsa de eventuales que tiene el ente supramunicipal. El presidente provincial, Francis Salado, le designaba como director del área de Nuevas Tecnologías de la institución provincial, con un salario bruto anual de 60.000 euros. Un nombramiento que no pasó desapercibido y que generó gran polémica y críticas entre los tradicionales grupos de la oposición, PSOE y Con Málaga (IU y Podemos) en el Ayuntamiento de Málaga y en la Diputación, que le achacaron al PP que era «un pago por los favores debidos». De hecho, Cassá estuvo más presente que nunca en el primer pleno ordinario del Ayuntamiento de Málaga, en julio, en el que pese a no estar, su nombre salía a colación en varias de las intervenciones, y no precisamente de forma positiva.
Estos días, Cassá también ha conseguido que el PP contrate en la Diputación a su más fiel escudero, el periodista Iñigo Vallejo, con el que empezó a tener relación profesional cuando éste le asesoraba en el Ayuntamiento de Málaga al inicio del mandato municipal en 2015, y Ciudadanos entró con tres ediles en la Corporación, el propio Cassá, Alejandro Carballo y Gonzalo Sichar.
Cuando Cassá se descolgó de Cs en mayo de 2020 se llevó consigo a Vallejo, que ya era asesor de él en la Diputación en esas fechas, del grupo naranja, y que más tarde mantuvo la citada asesoría cuando el asturiano siguió como portavoz del equipo de gobierno, pese a que ya había abandonado Ciudadanos. Cassá coqueteó una época con 'Por mi pueblo', pero en los últimos tiempos se le había visto en mítines del PP, y tanto sus redes sociales como las de Vallejo venían dejando huella de su nueva adhesión a los populares. Aunque este periódico ha podido confirmar que Vallejo forma parte del grupo popular en la Diputación, no ha podido conocer su sueldo como asesor, ya que éste está sujeto a la asignación que tienen los grupos políticos para contratar a su personal, que desafortunadamente no pasa por los filtros de Transparencia, y por tanto, no está colgado en la página web.
La incorporación de Vallejo al grupo del PP en la Diputación corrió como la pólvora durante ayer a mediodía en el Ayuntamiento de Málaga y las reacciones no se hicieron esperar. El portavoz socialista, Dani Pérez, dijo que la repesca de Cassá y de Vallejo era un «secreto a voces. Había un pago pendiente que se ha hecho en diferido. El PP paga finiquitos en diferido porque fue Cospedal la que ya lo puso de moda con Barcenas», subrayó al tiempo que incidió en que esta forma de actuar «lo único que ejemplifica es que cuando el PP quiere comprar a un tránsfuga lo compra, y cuando Feijóo ofrece a los diputados socialistas que voten en su investidura lo que hace es alentar el transfuguismo, y eso sólo es corrupción».
Para la portavoz de Con Málaga, Toni Morillas, el nombramiento de Vallejo es «absolutamente infame y prueba de que el PP está devolviendo los favores, que no servicios prestados a Cassá; además lo hacen de tapadillo como asesor de un grupo político y en la Diputación». A su juicio es, por desgracia, «la última temporada de un serial de transfuguismo, que dice mucho de quienes lo propiciaron, ni de su máximo responsable, que no es otro que el alcalde».
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