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A pocas horas de que el pleno del Senado haya aprobado de forma definitiva la reforma de la ley del 'solo sí es sí' para ... evitar las rebajas de penas y excarcelaciones de agresores sexuales que se estaban produciendo desde la entrada en vigor de la norma en octubre de 2022, el catedrático emérito de Derecho Penal de la Universidad de Málaga (UMA), José Luis Díez Ripollés, se ha pronunciado este jueves sobre la polémica que ha rodeado la iniciativa impulsada en su día por el Gobierno de coalición. Ha sido en el homenaje que la Facultad de Derecho le ha rendido este jueves por su prolífica carrera en el ámbito penal y por la «generosidad» que siempre tuvo a la hora de trabajar con colegas y alumnos.
Minutos antes de iniciarse la jornada inaugural, a la que seguirían varias mesas de debate con expertos de la UMA y otras universidades españolas, Díez Ripollés ha admitido a este periódico que no era necesaria la reforma que se hizo inicialmente. «Había que hacer unos pequeños ajustes en el Código Penal pero, en lugar de eso, se llevó una reforma con una fuerte carga ideológica, con muy poca técnica legislativa y que ha originado más problemas que soluciones», ha zanjado.
En cuanto a la corrección de la ley, que ha salido adelante con la inusual alianza de PSOE y PP y con la que se da carpetazo a seis meses de polémica, el que fuera impulsor de los Estudios de Política Criminal y del Instituto Andaluz de Criminología ha asegurado que con ella se intenta paliar la deriva que tomó la ley, «pero la situación a la que llegamos es peor que la que había antes de la reforma de la ley del solo sí es sí». Muy crítico con la norma, en su opinión, se han intentado «neutralizar» algunos problemas, «pero sigo pensando que con algunas pequeñas reformas la situación anterior era mejor», ha recalcado.
Y es que según el catedrático, el Código Penal tiene una capacidad de intervención «muy fuerte» sobre las personas, por eso tiene que manejarse con mucho cuidado; «de otro modo puede provocar mucho sufrimiento innecesario tanto a víctimas como a delincuentes». Cree que la situación estaba clara y simplemente había un problema de interpretación judicial (que se corrigió por el Tribunal Supremo posteriormente) que mostró cierta necesidad de reforma, «pero lo que se hizo fue algo muy distinto». En este sentido, explica que el Código Penal tiene que ser necesariamente muy técnico para evitar hacer intervenciones excesivas y lo que se hizo fue utilizar «una técnica muy defectuosa que trastocó muchas cosas y, al final, no solo produjo las excarcelaciones, sino que ha alterado otros aspectos».
Ha aclarado que si le preguntan si apoya la última reforma, «contestaré que sí, pero, insisto, estábamos mejor antes de la ley del 'solo sí es sí'». Díez Ripollés lamenta que el Derecho Penal haya sido utilizado para poner de manifiesto determinadas opciones ideológicas. Ha asegurado que «estas ideologías» se tienen que trasladar al ámbito de las políticas sociales, que intentan cambiar la sociedad, pero el Derecho Penal no está para cambiar la sociedad, solo interviene cuando ésta está muy preocupada por determinadas actuaciones que son «muy dañosas» y cuando todo el mundo está de acuerdo en que es así; «entonces interviene el Derecho Penal para prevenirlas».
Pese a todo, Díez Ripollés no ha dejado pasar la ocasión de aplaudir las bondades de esta ley. «Tiene otras muchas medidas que no tienen que ver con el Derecho Penal (actuaciones sociales de distinta naturaleza) que son muy acertadas. Algunas son muy oportunas y las sigo apoyando, pero los creadores de la reforma penal no tuvieron en cuenta para qué sirve el Derecho Penal».
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