Un año de inspiración verde para los socialistas

La Casona del Parque ·
Dani Pérez y los suyos remodelan el grupo con un jardín vertical, prescinden del agua embotellada, del plástico y reducen el uso del papel con las tablets

Pilar R. Quirós

Málaga

Miércoles, 15 de enero 2020, 00:51

Año nuevo, vida nueva. Cuántas veces el común de los mortales no se habrá hecho ese autocompromiso, que puede acabar llevándose el viento. Perder los kilos de las fiestas (y los insidiosos anteriores), ir al gimnasio, correr, dejar el tabaco y el alcohol, dedicar más ... tiempo a la lectura...todo cabe en el maravilloso mundo de volver a empezar cada año para que todo sea igual que el anterior. Pero, a veces, los propósitos de enmienda surgen efecto, y la mejor forma de llevarlos a cabo es empezar por las pequeñas cosas y ejecutarlas cuanto antes. Pues bien, el grupo socialista lleva desde que se inició el mandato municipal dando pequeños pasos para transformar los habitáculos en los que conviven los 12 ediles, el grupo más numeroso de la oposición, a tan sólo do concejales del PP, que tiene 14.

Con el mayor número de metros cuadrados de oficinas, las únicas que tienen un balcón con vistas a la Alcazaba y a los jardines de Puerta Oscura, su portavoz Dani Pérez lleva desde julio tratando de imprimirle un carácter más ecológico, comprometido con el medio ambiente y contemporáneo, en definitiva un buen espacio para trabajar y para recibir, ya que el grupo socialista, al igual que los demás, suele tener visitas.

Lo más llamativo, sin duda alguna, es que en el objetivo ecológico, además de visitar la COP25, en Madrid, ya decidieron dejar de usar el plástico de los vasos para servir el agua (cada uno tiene el suyo propio, y para los invitados, son reciclables) y han dejado de comprar agua embotellada. Se han hecho con un equipo de ósmosis inversa y beben el agua de Emasa, es decir del grifo, pero mejorada.

Han creado un espacio de trabajo al estilo 'coworking' en el que los ediles comparten dos grandes mesas, así como una zona para dar ruedas de prensa con un frontal rojo y el corazón que ahora lleva el logo socialista. Aunque lo más innovador es un pequeño jardín vertical que tapiza una de las paredes de la sala de reuniones, y que todos los concejales tienen el compromiso de regar con un vaporizador que, como explican «es muy relajante».

En el primer año de legislatura de un Gobierno central socialista (y de Podemos), a los ediles del PSOE se les ve con ánimos renovados. «Nuestra apuesta sigue siendo Málaga Central (el parque en los terrenos de Repsol), nos creemos y sentimos el discurso verde, fuimos a la COP25», explicaba Pérez, al que le apuntaban sus compañeros que los funcionarios no paran de visitar el grupo para el jardín de musgo. «En este ayuntamiento vetusto estamos dispuestos a encontrar la modernidad», añadía.

Ni que decir tiene que el grupo municipal Adelante Málaga (coalición de Podemos e IU) están estos días especialmente eufóricos. No hay nada más estimulante para un partido político que saberse capaz de llegar a gobernar el país, lo que significa que tienen más opciones de ir conquistando otros espacios como los autonómicos o municipales, como es el caso de Málaga.

En las pasadas elecciones municipales, PSOE y Podemos, se quedaron a tan sólo un concejal de la mayoría absoluta para conformar gobierno, el que han consagrado el PP (14 ediles) y Cs (2). Especialmente satisfecho del nuevo Gobierno de la nación estaba el edil podemista Nicolás Sguiglia, quien mantiene una relación cercana con Pablo Iglesias desde hace muchos años en los que el líder de Podemos visitaba la Casa Invisible, que el primero coordinaba entonces. En estos días, Sguiglia le felicitaba por WhatsApp: «Enhorabuena. Mucho ánimo y paciencia. Aquí estamos para lo que necesites». Iglesias le contestaba con un «muchas gracias», un puño cerrado y un beso (los dos últimos a través del emoticono).