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Cola de estudiantes esperando a entrar en la Biblioteca Provincial a las nueve de la mañana. Eva sánchez navarro
Opositores en busca de biblioteca en Málaga

Opositores en busca de biblioteca en Málaga

Horarios reducidos, menos sitios y largas colas para poder acceder a las distintas entidades públicas de la ciudad

Eva sánchez navarro

Miércoles, 26 de mayo 2021, 00:40

Los jóvenes de hoy día se han encontrado ahogados por distintas crisis, tanto económicas cómo sanitarias. Esta situación ha empujado a muchos de ellos a buscar distintas vías para lograr puestos de trabajo más estables que les permitan una independencia, que, en muchos casos, ven casi imposible. Para muchos de ellos, la forma más eficaz de lograr este fin ha sido a través de unas oposiciones, independientemente de si están relacionadas con sus estudios superiores o no.

Esto hace que los jóvenes sacrifiquen gran parte de su tiempo para pasar días y días encerrados y concentrados entre libros y apuntes, todo por lograr esa ansiada recompensa. Pero la crisis actual por la pandemia y control de aforos ha puesto esta situación aún más complicada, ya que ahora, cada vez es más difícil estudiar en una biblioteca. Las largas colas a las puertas de estos edificios a las 9.00 de la mañana cada día ponen de manifiesto la situación. «Ahora hay algo menos de cola y si llegas a las 9.00 puedes sentarte, pero ha habido momentos en los que me tenía que ir a las nueve menos veinte de la mañana», comenta la opositora para el examen de judicatura Sara Sánchez.

Pero el único problema no es que se formen estas colas. Esperar no les garantiza un puesto de estudio, ya que, en estos momentos, los espacios están muy reducidos. Es el caso de Juan Manuel Sepúlveda, estudiante a oposiciones de Policía Nacional. «En la Biblioteca Provincial, donde yo estudio, el espacio está muy limitado, tienen muchas salas, pero solo se usan dos. Hay mucha gente estudiando y nos ponen muy poco sitio y la verdad es que me indigna, la gente viene media hora antes para entrar y si yo llego un poco más tarde tengo que darme media vuelta e irme a casa», afirma.

«A la Biblioteca Provincial tenemos que ir bastante pronto porque si llegas de los últimos no puedes entrar en la sala de estudio sino en la que se hace la recogida de libros y siempre hay mucho ruido. De hecho, hay gente que se tiene que sentar en las mesas que hay en los pasillos», añade la opositora a administrativo del estado Inma Doña.

Juan Manuel Sepúlveda: «En la Biblioteca Provincial, donde yo estudio, el espacio está muy limitado, tienen muchas salas, pero solo se usan dos»

Sara Sánchez: «Para estudiar los sábados por la tarde voy a Fuengirola y conozco a muchísima gente que va porque es la única abierta»

«En esta biblioteca, la Biblioteca provincial se que si vengo a cierta hora voy a tener sitio y no me suelo quedar fuera, pero alguna vez me ha pasado y sé que pasa en muchas bibliotecas. Además, hoy, por ejemplo, si quiero volver por la tarde sé que a las tres de la tarde ya está llena por lo que me tendré que quedar en casa», reafirma con un tono algo más positivo Aarón Martín, estudiante para las oposiciones de educación por matemáticas.

Reserva de puestos

La situación es algo más llevadera en las bibliotecas municipales, universitarias y en La Térmica, donde a través de una reserva los estudiantes pueden ahorrarse el estrés que supone esperar para, finalmente tener que volver a casa. Aunque esta no es una situación que se ponga en práctica en las bibliotecas municipales, ya que no es obligatoria y, si transcurridos 15 minutos desde la apertura no se ha hecho uso de la reserva, se perderá igualmente. «En la biblioteca de Las Chapas también hay que llegar media hora antes, mínimo 20 minutos, sino te quedas fuera. Yo, precisamente, me he quedado un par de veces el siguiente en la cola a una persona o dos para entrar, simplemente que pilles un semáforo más en rojo y estás fuera», apunta el opositor a Policía Nacional Juan Antonio Pascual.

Además, algunas de éstas cuentan con un horario muy reducido. De las 16 bibliotecas municipales de Málaga capital solo dos, la Biblioteca Miguel de Cervantes y la Manuel Altoaguirre, abren con un horario permanente de lunes a viernes, a pesar de que cierren a mediodía. Además de estas dos, solo están disponibles durante toda la semana la sala de estudio de La Térmica y la Biblioteca Provincial, la única que no cierra a mediodía. «Al lado de mi casa hay una biblioteca, pero solo está abierta los lunes, miércoles y viernes por la mañana y los martes y jueves por la tarde, así hay muchas y no tiene sentido», indica Juan Manuel Sepúlveda.

Pero esto se limita aún más los fines de semana, cuando no hay ni una sola biblioteca en toda la ciudad que disponga de horario de tarde. «Los fines de semana hay muy pocas bibliotecas, creo que la Provincial y La Térmica, pero solo están abiertas hasta las dos de la tarde. Yo, para estudiar los sábados por la tarde, voy a Fuengirola y conozco a muchísima gente que va porque es la única abierta. El año pasado sí que abría La Térmica pero debido al Covid-19 han reducido horario y no hay ninguna biblioteca en Málaga los fines de semana», recalca Sara Sánchez.

Situación en verano

Todas esas limitaciones que tienen las bibliotecas malagueñas desaparecerán durante un mes en las bibliotecas de la UMA que abrirán a partir del próximo día 29 de mayo con un horario que abarcará tanto fines de semana y cómo un horario semanal mucho más amplio. Pero, el problema para estos estudiantes de oposiciones es que, durante este año, debido a la pandemia, estas salas se han limitado para estudiantes universitarios actuales o recientes, ya que es necesario contar con el carnet de la UMA para acceder a las instalaciones, dejando atrás a un gran número de personas que en muchos casos tienen que optar por estudiar en casa, aunque no encuentren en ella el mejor entorno para enfrascarse en los estudios.

«Voy a la UMA o a la Biblioteca provincial porque en mi casa no me concentro. Aunque como la primera, que está más cerca de mi casa, cierra a mediodía tengo que adaptarme al horario de mi trabajo y tengo que ir a la Biblioteca Provincial. Además, a la Universidad solo puedo ir porque conservo mi carnet de estudiante», explica Inma Doña.

Estudiantes ocupando las mesas de los pasillos en la Biblioteca Provincial Eva Sánchez Navarro

No obstante, esta situación de la que podrán beneficiarse algunos privilegiados acabará pronto, ya que en el momento en el que los estudiantes de la Universidad, los institutos y colegios acaben su año académico, el horario se reducirá aún más. Solo las bibliotecas de Miguel de Cervantes y Miguel Altoaguirre seguirán abriendo cada semana por la tarde durante todo el verano. Durante ese tiempo, la ciudad se olvida de todos esos estudiantes que no disponen de un calendario escolar, sino que se esfuerzan durante meses o años sin tener en cuenta las vacaciones, los puentes o los fines de semana.

«El verano pasado solo estaba abierta la Biblioteca Miguel de Cervantes en Las Chapas y la Miguel Altoaguirre en Cruz de Humilladero y había muchísima gente. Incluso era totalmente imposible volver a casa a comer a medio día porque cerraba de 14.00 a 15.30h y a las 14.50 había una cola que le daba toda la vuelta al edificio», relata Sara Sánchez.

Retrasos y cancelaciones

Pero esas no son las únicas preocupaciones a las que se enfrentan, ya que estos meses de crisis han supuesto muchos cambios en las fechas de los exámenes. Ejemplos de ellos han sido los de la Policía Nacional y los de administrativos del Estado. «Mis exámenes para administrativo son todos los años y estaban programados para los últimos meses de 2020 pero estamos a mediados de 2021 y ni siquiera sabemos si serán este año o no», indica Inma Doña.

La situación no se ha prolongado tanto en el caso de la policía, pero los exámenes estaban programados para la primera semana de diciembre, se pospusieron a enero, después a una semana más tarde y finalmente se realizaron en marzo, avisando a los estudiantes con solo 15 días de antelación. «Esos meses fueron de mucha presión y con muchas ganas de hacer el examen que estábamos acostumbrados a hacerlo en diciembre», destaca Juan Manuel Sepúlveda.

Esa es la situación de incertidumbre y estrés a la que se enfrentan actualmente cientos de jóvenes españoles en este proceso, que, ya en situaciones normales requiere un gran esfuerzo, sacrificio y fuerza de voluntad por su parte y que, en ocasiones ni siquiera llega a ser recompensado, pero que durante este último año han encontrado muchas piedras más en este camino hacia su futuro.

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