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Alberto fiz
Miércoles, 17 de agosto 2022, 00:27
Ya es de día, o eso es lo que dice el reloj del móvil, porque no hay ninguna ventana en la habitación por la que ver la luz del sol. Era lo mejor que se podía encontrar en la zona centro de Málaga sin tener que pagar más de 400 euros. Ahora mismo solo hay dos opciones: un piso caro en el Centro y tener la suerte de que no sea una ruina o buscar un piso tan lejos que puedes acabar en otro municipio y rezar por que no sobrepase el presupuesto.
La persona que busca piso nunca sabe lo que se va a encontrar. Las fotos que los anunciantes han subido probablemente se tomaron hace diez inquilinos. Con suerte tres de los nueve muebles que se ven en las fotos son iguales y están en el mismo sitio. Las fotografías de pisos en portales inmobiliarios deberían ser un género artístico por sí mismas. Limpiar antes de enseñar una casa es opcional, total, siempre habrá alguien desesperado que pregunte por ella.
Este puede ser un deporte de riesgo para los aficionados al interiorismo. La arriesgada combinación del sillón de la bisabuela, tapizado tres veces para tapar las quemaduras de cigarrillos, con la mesa más barata de la tienda puede despertar la miopía de cualquiera. Son trasteros caros habilitados para la vida humana. Las imágenes que se ven en estos portales son tan esperpénticas que las cuentas que parodian estos anuncios cosechan miles de seguidores. Es el caso de Elzulista, que cuenta con 100.000 seguidores simplemente publicando anuncios inverosímiles en redes sociales.
La zona donde más oferta de pisos hay con diferencia es el Centro Histórico, pero es también la más arriesgada. Los edificios son antiguos, y en algunos de ellos la última reforma se hizo antes de que se aprobase la Constitución. Son caros, el precio medio del metro cuadrado según Idealista es de 11,4 euros, el segundo más alto solo por detrás de distrito Este. Si le gustó la serie 'Aquí no hay quien viva' encontrará en ellos una buena referencia, y si de milagro tienen ascensor ninguno funciona. Pero tampoco supondrá un gran problema, porque no tendrá ningún supermercado a menos de quince minutos caminando.
José Manuel Gutiérrez paga 350 euros por una habitación en el Centro en la que por si fuera poco los gastos no están incluidos. El apartamento está situado en el casco antiguo, cerca del Museo Thyssen. Ese precio da acceso a un piso sin ascensor, una habitación sin ventanas y por si fuera poco tendrá que compartir el único baño de la casa con cuatro inquilinos más. No tiene luz directa de la calle y la cocina no funciona. «Por lo único que pagas en este piso es por la ubicación», protesta José Manuel, que no tuvo muchas opciones para elegir cuando escogió esta habitación.
La opción más lógica para los estudiantes es buscar un apartamento en el distrito de Teatinos, cerca de la mayoría de facultades y bien conectado con el centro. Pero eso el propietario lo sabe, y así lo cobra. A pesar de ser un distrito relativamente alejado del Centro y de la playa, es el cuarto más caro de Málaga. Aunque es cierto que sí es posible encontrar opciones más baratas por aquí, de 300 euros por habitación no va a bajar. Ahora la clave es buscar que en las condiciones de los pisos estén incluidos los gastos, porque si además hay que pagar luz, agua, gas e internet el alquiler cada mes puede subir otros cincuenta euros. Una posibilidad algo más barata es el distrito de Cruz del Humilladero, aunque se aleja algo más de las universidades y cuyo precio medio es de diez euros por metro cuadrado.
Cada cual tiene su tope económico y a partir de ahí se empieza a buscar. Hay que poner unos filtros. Si se trato de un chico hay un problema: solo en Idealista, al especificar que es un varón, ya no tiene la opción ni de preguntar por al menos cien ofertas. Siguiente filtro: los compañeros. Eso va a gusto de cada uno, pero lo ideal es encontrar a gente de la misma edad con la que se puedan compartir aficiones y vivencias. Buena suerte, a seguir probando. No hay oportunidad de elegir. Cualquier piso, por caro que sea, ya tendrá decenas de personas que hayan preguntado por él antes de que un nuevo interesado. Alguien pagará, siempre habrá alguien que pague.
En estas condiciones, encontrar piso en Málaga cuesta mucho trabajo. Es el caso de Elena Trigos, que después de semanas de búsqueda ha conseguido uno por 200 euros al mes. Está por la zona del parque del Cine, en Teatinos. Es un piso compartido de cuatro habitaciones que no está nada mal. Ella ha tenido más suerte: «El baño está reformado y el espacio es amplio, está muy bien. Lo malo es que está alejado de las facultades».
Además una de las mejores opciones es elegir a tus compañeros de piso antes, para así solo tener que alquilar una casa entera en lugar de contratos por habitaciones, que salen más caros ya que los propietarios suben los precios. Una alternativa para los universitarios que vienen por primera vez es buscar piso a través de Twitter, donde se encuentran decenas de mensajes de usuarios desesperados por encontrar casa. Los tuits más comunes buscan compañeros con los que formar un grupo antes de solicitar la firma de un contrato.
Buscar piso en Málaga es un trabajo que requiere 24 horas al día. Los apartamentos buenos vuelan y hay que estar atento. Lo mejor es activar las notificaciones de las aplicaciones de los portales porque demorarse una hora en preguntar por un anuncio que se acaba de publicar ya puede suponer que otro lo haya alquilado. Aquí gana el primero que pague la señal.
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Óscar Beltrán de Otálora e Isabel Toledo
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez (ilustraciones)
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