La industria de los drones pone el foco en el puerto de Málaga como zona de aterrizaje

Esta instalación podría ir en el muelle de San Andrés, cerca de la desembocadura del río Guadalmedina, donde ya se planteó años atrás un helipuerto. También en la plataforma del muelle 9, aunque de momento no se han concretado nada, según indican fuentes portuarias. Estas instalaciones también podrían servir para dar soporte a los equipos de salvamento de playas, con una posición estratégica para prestar servicio a todo el litoral provincial, desde Nerja a Manilva.

En este punto, el hecho de estar pegado al mar es clave, porque las rutas de los Vtol de pasajeros seguirán previsiblemente la línea de la costa para sus desplazamientos por la gran conurbación de la Costa del Sol. «Es el lugar perfecto para hacer un enlace desde el Centro de Málaga con el aeropuerto y con otros municipios de la Costa», indican fuentes expertas del sector.

Aunque desde Enaire no entran a valorar el negocio potencial, el fabricante con el que el ente público va de la mano para estos procedimientos, que es la compañía alemana Lilium, tiene en cuenta que una de las primeras líneas comerciales en España podría enlazar el aeropuerto y la capital malagueña con Marbella.

«Aunque no sea una gran metrópoli, Málaga tiene un área metropolitana muy extensa y de alto valor añadido, por su elevado poder adquisitivo, y además mal comunicada actualmente», explican estas fuentes. Y añaden: «Es la solución ideal para prestar servicio desde Sotogrande hasta Nerja, donde tienes la línea de costa que permite no tener que volar sobre poblaciones, con lo que la regulación puede ser más permisiva».

Otra ventaja es que el aeropuerto está prácticamente en el epicentro de esta gran conurbación lineal, bien situado y muy cercano a la playa, «por lo que los aerotaxis podrán entrar y salir como si fueran aviones, y luego desplazarse sobre la franja litoral».

Y es que, como viene informando SUR, Málaga está en la rampa de salida de la nueva movilidad aérea de proximidad. Enaire, el organismo estatal que gestiona el espacio aéreo español, junto con los profesionales de la torre de control, han hecho del malagueño uno de los aeropuertos pioneros en el desarrollo de las nuevas aeronaves de despegue vertical (Vtol). Si bien inicialmente la normativa europea obligará a que estos aparatos sean tripulados, a corto plazo se espera que las rutas estarán operadas por drones autónomos.

De acuerdo con el calendario previsto, hacia octubre o noviembre del año que viene se realizarán unos vuelos de validación de los procedimientos específicos para aerotaxis. Estos se harán inicialmente con helicópteros convencionales, y todavía no en las modernas aeronaves que se están construyendo.

La ruta irá entre Málaga y Granada, y la fecha elegida se debe a la bajada del tráfico aéreo que se produce habitualmente en esa época, lo que permitirá hacer los tests con menos riesgos.

A partir de ahí, Málaga estaría en la «pista de despegue». Una vez certificados los procedimientos, si todo va bien, en apenas dos años y medio, hacia finales de 2026 podrían llegar los primeros aerotaxis a Málaga.