Los indigentes vuelven a la playa de los Baños del Carmen de Málaga

«Aquí todo el mundo me conoce», afirma el joven. Dice que se lleva bien con todos y procura ayudar a los agentes que visitan la zona periódicamente para mantener la zona en orden. Hasta el punto de que Babakar afirma que él mismo retiró ayer varios colchones que otras personas sin hogar habían dejado en los últimos días en el arenal, y que ha amontonado junto a los contenedores de basura para que los servicios de limpieza se los lleven.

Cerca de donde está Babakar hay otros dos hombres de mediana edad, descansando o poniendo en orden sus enseres y escasas pertenencias. El resto de lo que han ido llegando en los últimos días para dormir en esta zona, cerca del astillero Nereo, están fuera en el momento de la visita de SUR. Buscándose la vida. Porque con la llegada del calor, este enclave siempre polémico, que algún día se convertirá en un parque público para el barrio, se ha vuelto a convertir en el punto de reunión de personas sin hogar llegadas de diversos puntos.

Además de que este espacio no está habilitado para dormir, sin aseos ni los servicios más básicos; y de la acumulación de mobiliario y de basura en las playas, los residentes del núcleo de casas cercano tienen miedo. Y es que estas personas encienden fogatas por las noches para cocinar y calentarse, y los habitantes de la calle Tiriri, el callejón del Perejil, callejón de la Marina y Ferrari Blanco alertan del elevado riesgo de que las llamas se extiendan a la hojarasca del suelo y a las ramas secas de los eucaliptos y acaben a las puertas de sus hogares.

«Las fogatas aquí son todos los días; además acumulan mucha basura y hay peleas entre ellos», advierte una vecina, que prefiere no ser identificada. «Ahora en verano vienen muchos; se ve que se corre la voz de que ahí pueden estar y llegan de todas partes».

«Ponen unas piedras y una parrilla y ahí hacen la comida». En este punto, la afectada admite que todos en el barrio tienen temor a que haya una desgracia: «Las hojas del suelo están todas secas, y algunos árboles tampoco están bien; cualquier día vamos a salir ardiendo», alerta. De hecho, recuerda que no sería la primera vez que se enfrentan a situaciones de peligro por negligencias como estas.

Por ello, la malagueña reclama que se haga de una vez el parque previsto en los terrenos, para que el espacio salga del abandono en el que está desde hace décadas.