Borrar
Ignacio Díaz de Tuesta: «Hay que anticiparse en lugar de reaccionar. Si vamos al ritmo de la enfermedad, no llegamos»

Ignacio Díaz de Tuesta: «Hay que anticiparse en lugar de reaccionar. Si vamos al ritmo de la enfermedad, no llegamos»

El cirujano cardiovascular del Hospital Regional de Málaga se enorgullece de haber desarrollado en tiempo récord, junto a otros profesionales, el prototipo de respirador que ideó hace treinta años

Sábado, 28 de marzo 2020, 00:25

Lo diseñó en el último año de carrera, usando entonces piezas de jardinería. El presupuesto de estudiante no daba para comprar componentes médicos. Lo que nunca imaginó Ignacio Díaz de Tuesta, cirujano cardiovascular del Hospital Regional de Málaga (antiguo Carlos Haya), es que aquel prototipo básico de respirador artificial lo desarrollaría 30 años después, junto a ingenieros de la UMA y otros profesionales sanitarios del Ibima, para su fabricación a escala industrial. ¿Objetivo? Salvar vidas si faltan respiradores convencionales en esta crisis sanitaria.

La Junta respalda el proyecto, que ya se ha probado en animales. Solo falta el visto bueno de la Agencia Española del Medicamento para iniciar los ensayos clínicos en humanos. El último paso sería su fabricación industrial, que estará en manos de Fujitsu.

Como en los inicios, este «respirador de campaña» utiliza piezas industriales, no usadas en la medicina. Esa es una de sus grandes ventajas, ahora que la demanda es tan grande. «Aún no faltan respiradores, pero hay que anticiparse a los acontecimientos en lugar de reaccionar. Si vamos al ritmo de la enfermedad, no llegamos», advierte Díaz de Tuesta, orgulloso del trabajo titánico que han desarrollado en apenas una semana. «Málaga no es solo playa, también es industria, investigación, gente motivada y capacidad de producción», presume.

El respirador suministra oxígeno al paciente mediante conducción y no con oxígeno de ambiente. Se convierte así en una alternativa real a los actuales respiradores homologados que se encuentran en las unidades de cuidados intensivos para pacientes graves con la sintomatología de la enfermedad Covid-19. Aunque Díaz de Tuesta puntualiza: «No puede competir con un respirador convencional; se usará en situaciones extremas, cuando no se disponga de uno convencional y el paciente corra peligro de muerte», aclara el cirujano.

El coste de la materia prima para la fabricación de uno de estos respiradores es de unos 600 euros, aunque a ello hay aún que sumar el precio de las pruebas de seguridad, el personal que realiza el trabajo y otros costes. La única condición que ha puesto Díaz de Tuesta en este proceso es que el respirador sea de código abierto «para que nadie se lucre y, además, pueda desarrollarse allí donde haga falta», recalca.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Ignacio Díaz de Tuesta: «Hay que anticiparse en lugar de reaccionar. Si vamos al ritmo de la enfermedad, no llegamos»